Sin duda la Vega Baja vivió una auténtica catástrofe durante la gota fría o DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos). Llovió sin apenas descanso durante 48 horas batiendo récords en registros de lluvia acumulada, con más de 500 litros por metro cuadrado en Orihuela. Son cifras inauditas y que superan con creces la lluvia que recoge la ciudad normalmente durante todo un año.
A toda esta gota fría hay que sumarle otros fenómenos que ha causado la propia lluvia, como el desbordamiento del río Segura, la roturas del río en varios puntos y la apertura del embalse de Santomera. Por estos motivos se han inundado muchas pedanías, huertas y pueblos de la vega del Segura.
«Orihuela recogió en 48 horas más de 500 litros de agua»
Almoradí
Ha sido un pueblo duramente castigado por estos fenómenos. A la gota fría se le unió una primera rotura a la altura del puente de Algorfa el viernes sobre las 12 del mediodía, también una avería en el suministro de agua potable del pueblo y una segunda rotura en el río el domingo, tras arreglar la primera. La suma de todos estos desastres ha provocado inundaciones y el caos en este municipio de más de 20.000 habitantes.
Testimonio de afectada
Hemos hablado con María Isabel Pascual, vecina de la localidad. “El viernes todo iba bien, hasta que se rompió el Segura, entonces vino la inundación. Mis padres viven en el casco urbano de Almoradí y empezó a salirles agua por las tuberías. Una de las concejalas del Ayuntamiento, Mari Carmen Berná, a la que agradezco profundamente su ayuda, me dijo que sacara a mis padres de allí, que el río se había roto y que no sabía las consecuencias que esto podía provocar”.
“Fue todo muy rápido, en diez minutos de no haber casi agua pasó a llegarnos por las rodillas, arrasó con todo. Vivo en un cuarto y me llevé a mis padres conmigo hasta que pudimos volver ya el sábado por la tarde”.
«San Bartolomé se inundó apenas una hora después de que abrieran el embalse de Santomera por Abanilla» M. J. Vicente
San Bartolomé
Es una pedanía de Orihuela, situada entre ésta y Rafal, que cuenta con más de 2.300 habitantes. Allí también se encuentra uno de los hospitales comarcales. El Hospital sufrió inundaciones y el agua salía por sus tuberías, por lo que se vio obligado a suspender la atención ambulatoria, pero mantuvo en todo momento la atención vía urgencias.
San Bartolomé sufrió la gran inundación el viernes, apenas una hora después de que se abriera el pantano de Santomera por Abanilla para aliviar el flujo de agua e intentar evitar así un mal mayor, según la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS).
«Es muy duro vivir siete días sin agua corriente, no podíamos limpiar nada» M. I. Pascual
Testimonio de afectada
Hemos hablado con María José Vicente, vecina de Rafal aunque nacida en San Bartolomé. “Cuando escuchamos la previsión ya avisamos a mis padres porque viven en una de las zonas de más riesgo, el barrio Paraje de San Bartolomé. El viernes por la mañana ellos estaban bien, habían subido algunos muebles a la mesa por lo que pudiera ocurrir. A las dos de la tarde hablé con ellos y todo bien, pero a las tres recibí una llamada de mi madre llorando, diciéndome que el agua entraba con mucha fuerza y no podían salir de allí. Que llamara a alguien que los ayudara. Hacía menos de una hora que se había abierto el embalse”.
“Yo estaba en Rafal y el agua también había crecido impidiéndome coger el coche, por lo que me puse en contacto con la alcaldesa de San Bartolomé Natalia Cámara. Me dijo que no me preocupara, que su marido iba a ir a sacarlos en barca, porque la Unidad Militar de Emergencias (UME) estaba sacando a gente en El Badén. Cuando pude hablar con ellos ya estaban a salvo, habían sido rescatados y llevados al centro del pueblo donde no había agua”.
Pérdidas
María Isabel Pascual relata que “lo han perdido todo; muebles, electrodomésticos, ropa… es muy triste. No somos gente de recursos y no podemos comprar todo nuevo. Gracias a Dios hay mucha gente solidaria trayéndoles mantas, sofás, lavadora… muchísimas gracias a todos los que nos han ayudado tras la tragedia”.
Coincide con ella María José Vicente: “Lo hemos tenido que tirar todo; colchón, frigorífico, lavadora… todo estaba lleno de barro, mojado e inservible. El agua que entró en la casa subió unos 80 o 90 centímetros”.
Seguros
María Isabel de Almoradí nos cuenta: “mis padres no tenían seguro en la casa, por lo que lo van a tener muy difícil para restablecerse. El Ayuntamiento ha dicho que van a dar una ayuda a los afectados, así que entre eso y la solidaridad de la gente esperamos poder volver a la normalidad pronto”.
En cambio María José nos cuenta que sus padres sí cuentan con seguro “gracias a que el mismo lunes 16 llamé para que vinieran desde el consorcio a ver la casa, hoy ya está vista y peritada. En cambio ahora llamo para dar parte de los coches y del tractor y es imposible contactar con ellos, supongo que habrá miles de personas llamando y que ya hay que tener paciencia”.
Agradecimientos
Ambas coinciden con agradecer a los ayuntamientos, a las fuerzas de seguridad, al ejército y a los vecinos, su solidaridad, su esfuerzo y su trabajo.
“Han sido unos días en los que han demostrado estar, sin colores ni distinciones políticas, ofreciendo su mano y su ayuda a todos los afectados” dice María Isabel Pascual. “También a la empresa Salvaorico, que han trabajado día y noche sin descanso hasta arreglar las roturas del río Segura que provocaban que no parase de entrar agua a Almoradí”, añade.