Siendo un periódico mensual, cuando el lector lea estas líneas (escritas el 30 de octubre) puede que ya se hayan celebrado las elecciones. Si se cumple lo dicho desde esta misma editorial en el ejemplar de agosto y en el de octubre, el PSOE puede que haya subido algo y seguramente el mayor beneficiado sea el PP.
Y también puede, como igualmente escribía meses anteriores, que la abstención haya sido más alta de lo normal. Los muy afines a izquierda y derecha habrán asistido, centrando su voto quizá en las opciones más antiguas para intentar lograr la suma que lleve a la victoria, y volviendo a poner en alza el antiguo bipartidismo.
Indecisos
Pero luego están los que en cada proceso electoral deciden por qué lado se decanta la balanza. Y elección tras elección los medios lo ponen como algo excepcional, como las noticias del tiempo que dan por extraordinaria una ola de calor en verano o de frío en invierno.
Hablo de los que denominan indecisos, que no lo son tal. Unos simplemente no creen que valga de nada ir a votar, otros están hartos de tanto proceso electoral, a otros les da igual y prefieren que opinen los demás, etc. y luego sí, están los que no deciden su voto hasta el último momento.
Convencer a esos grupos es importante ya que son los que al final decantan el signo político del Gobierno, puesto que el resto ´está controlado` y cada uno sabe perfectamente cuáles, y más o menos cuántos, son sus incondicionales.
Y muchos de los que al final no se deciden a votar no es porque quieran un sistema diferente a las elecciones democráticas, sino porque el desencanto que le provocan las decisiones políticas le produce desidia y hartazgo.
Okupas
Llevamos en nuestra ´Tira Lozana` de humor gráfico una de las cuestiones que ahora mismo están ´de moda`, con el permiso del proces de Cataluña, claro está. En breve sabremos, esperemos, quienes ocupan (que no okupan) el Congreso de los Diputados.
Y digo esto porque estamos viviendo lo que ya se está convirtiendo en un problema importante y que nos debe preocupar a todos. Existía en su nacimiento un movimiento okupa, que se instalaban en edificios abandonados o similares. Eso se fue convirtiendo en la okupación de otros, como los que los bancos ´quitaron` a sus legítimos dueños (mucho habría que escribir de esto) para dejarlos vacíos a la espera de especular con ellos.
Hasta aquí… sensibilidades pueden estar a favor o en contra. Pero ahora el okupa ya no se conforma con esos edificios, aprovecha las ausencias de casas particulares para entrar e instalarse, y según la ley, cuando llegas, y te encuentras en tu casa unos desconocidos, el que te tienes que quedar fuera eres tú.
La sinrazón
Además ni siquiera puedes darte de baja de la luz o el agua, ya que son ellos quienes te pueden denunciar por coacción. ¿Coacción ante alguien que se ha apoderado de lo que legítimamente es tuyo?
En definitiva, en toda esta sin razón te tienes que meter en un costoso proceso judicial (al menos unos 2.100 euros entre abogado, procurador, etc.) para que, en el mejor de los casos, más o menos un año después, el juzgado te dé la razón y entonces empiece el proceso de echarles, que esa es otra.
Solo escribir estas líneas me suena a que estoy contando una película de ciencia ficción, pero no, la realidad siempre acaba superando a la ficción y esto es correcto. Los bancos durante la crisis desahuciaban a la gente por el impago de tres cuotas; y un propietario, con sus escrituras perfectamente registradas, no puede echar a unas personas que le han robado su vivienda.
Problemas cotidianos
Sea cual sea el resultado electoral, y al margen de todos esos grandes proyectos de Estado que nos cuentan, y de los que la mayor parte de los mortales no entendemos, creo que los ciudadanos queremos que se solucionen los problemas del día a día.
El ejemplo de los okupas es uno, pero tendríamos otros muchos, por ejemplo las ayudas reales y recibidas a tiempo en las zonas que han sufrido la dureza de la DANA, que, como otras muchas ayudas, se tardan en gestionar, pero luego se tardan aún más en recibir si es que llegan, y todo se queda en una propaganda de declaración de intenciones que, si se cumplen, cuando aparece la ayuda ya no vale para lo que estaban previstas.
Barbas y república
Y por cierto, por finalizar con el título que daba inicio a esta editorial. Se sigue oyendo que los de izquierdas son unos barbudos, y no deja de ser curioso. Se oye en personas votantes de las únicas personas que se presentan con barba, y no me refiero al señor Rajoy, que también la tenía, sino a Abascal y Pablo Casado.
También, y con bastante más ignorancia, se sigue hablando de república como un sistema de izquierdas. Muchos lo usan en los cientos de WhatsApp que a todos nos han llegado con motivo de los independentistas catalanes.
Todo el mundo sabe, o eso quiere creer uno, que la república es simplemente un sistema de Gobierno donde el presidente de esa república es elegido democráticamente y su cargo es el de jefe del Estado. Por lo tanto las repúblicas, como por ejemplo EE.UU., no son ni de izquierdas, ni de derechas, aunque en ese caso precisamente rechacen ciertas opciones de izquierdas.