El Balonmano Benidorm ha echado raíces en la Liga Asobal. Ya son seis años los que el club benidormense lleva en la élite cumpliendo siempre los objetivos deportivos y sin gastar más de lo que puede. A pesar de las limitaciones económicas, la entidad que preside Javier Abínzano prosigue su hoja de ruta sin prisa, pero sin pausa.
Además de consolidar al primer equipo en la máxima categoría, el club ha multiplicado de forma exponencial su cantera y ha creado un equipo femenino al que pretende, a medio plazo, llevar a lo más alto del balonmano español.
El club cuenta con 200 jugadores en su estructura
Un lustro de locura
Para entender el crecimiento del Benidorm hay que retroceder en el tiempo y situarse en el curso 2010-11. Por aquel entonces, el equipo competía en categorías regionales hasta que llegó a la presidencia el empresario Javier Abínzano, que había sido jugador en la vecina Altea. Fue él quien pronosticó, ante la sorpresa de todos los que le rodeaban, que el equipo acabaría jugando en Asobal en menos de un lustro.
“Cuando llegué, el sueño era jugar en Primera Nacional, que es donde tenemos ahora a nuestro filial. Debieron pensar que estaba loco”, afirma con orgullo. “Solo estuvimos dos años en una misma categoría, todo lo demás fueron ascensos”, añade el navarro.
En aquella etapa, el Balonmano Benidorm contaba en su estructura con cuatro equipos. Ahora tiene una base potente, con más de 200 jugadores y tres conjuntos en las tres primeras categorías del balonmano español: el sénior, en Asobal; el filial, en la tercera categoría nacional y las mujeres, en la División de Honor B.
Todo ello, sin contar que el balonmano, gracias a la labor de promoción en los colegios, tutelada por la entidad, ya se ha convertido en el segundo deporte escolar, solo superado por el fútbol.
Un núcleo duro muy familiar
Pedro Muñoz, el hombre que empujó a Abínzano a la aventura de tomar las riendas del club; Jaime Alvado, mucho más que un fiel delegado y Fernando Latorre, el entrenador, forman, junto al presidente, el núcleo duro de una entidad que se resiste a perder su esencia familiar a pesar de su imparable crecimiento.
La evolución permitió a muchos jugadores de la casa cumplir un sueño. Es el caso de Javier Sánchez ‘Javito’, que compitió con el equipo de su tierra en todas las competiciones. A otros, como Carlos Grau, jugador benidormense ya consolidado en la élite, la llegada a Asobal le permitió volver a casa para liderar y capitanear el conjunto.
“Ha costado mucho trabajo y esfuerzo, pero vale la pena porque la gran recompensa que tenemos es la de ver cada vez a más niños practicando balonmano y haciendo deporte”, apunta Alvado, fiel escudero del presidente y paño de lágrimas de jugadores y técnicos.
Una carrera de continuos retos
Su trabajo lo abarca casi todo. “Cada semana está llena de retos. Montar, preparar y planificar. Y que llegue el fin de semana y todo salga bien”, añade el delegado-gerente y jefe de prensa de la entidad.
Benidorm, de momento, ya reina en una provincia con tanta tradición por el balonmano como Alicante. Ha tomado el relevo a la mismísima capital, Torrevieja o la vecina Altea como referente masculino. Su hegemonía, además, la extiende por toda la Comunidad Valenciana, donde se ha convertido, desde hace tres años, en el club más importante pasando por encima del Fertiberia Puerto de Sagunto. Aunque sea un torneo menor, la Copa Comunitat Valenciana confirma la supremacía: cuatro títulos consecutivos y cinco en total. Más que nadie.
Referente provincial
El club, consciente de ese liderazgo, está haciendo esfuerzos por convertirse en el equipo de la comarca y, sobre todo, de la provincia. De hecho, uno de sus principales retos tras conseguir el ascenso, retomado recientemente, fue repatriar a todos los jugadores alicantinos que estaban desperdigados por la Liga Asobal.
Es el caso, por ejemplo, del alicantino Álvaro Cabanas, los ilicitanos José Oliver y Adrián Nolasco o el benidormense Carlos Grau. También lo fue, en su momento, el de los ilicitanos Eloy González y Emilio Esteban o el torrevejense David Cuartero, ya fuera del club, entre otros.
Con algo más de 700.000 euros de presupuesto se codea con los mejores
Sin tocar techo
Con un presupuesto ligeramente superior a los 700.000 euros, de los que algo más de 200.000 se destinan a la cantera, el Balonmano Benidorm, instalado cómodamente en la mitad de la clasificación en los últimos años, se resiste a pensar que se ha topado con su techo de cristal.
“Siempre hay que tener sueños y hay que agarrarse a ellos. No podemos pensar que ya está todo hecho”, señala el presidente, quien tiene claros los próximos retos: “profesionalizar el club y hacer que la gente, tanto aficionados como patrocinadores, crea en nosotros”.
El sueño de los mil abonados
El primer reto ya se está consiguiendo. La entidad cuenta con 20 empleados que no estaban en el principio de esta nueva era. El otro objetivo está costando bastante más. “Lo estamos dando todo, pero no logramos aumentar la masa social. El sueño de llegar a los mil abonados se resíste”, lamenta Abínzano, quien pide a la sociedad de Benidorm que responda y apoye de forma efectiva “al único equipo que tiene ahora en la élite”.
“Este proyecto no es mío ni de la gente del club, sino de todas las personas de Benidorm”, insiste. “A veces pienso que no se valora lo conseguido, ni todo lo que ha costado llegar hasta aquí para pelear contra gigantes”, lamenta.
En cuanto al patrocinador, Javier Abínzano sigue rastreando el tejido empresarial de la provincia en busca de un socio potente que “crea en nuestro proyecto”. De momento, los abonos, la subvención del Ayuntamiento y la colaboración del Grupo Servigroup son los principales ingresos de una entidad que hace “malabarismos cada año” para cuadrar sus números.
Europa y el ascenso del equipo femenino son los próximos objetivos
Comprometidos con el equipo femenino
Más allá de los anhelos económicos, el presidente del Benidorm también tiene otros dos objetivos deportivos marcados en rojo. “Apostamos por el balonmano femenino en su momento y nos gustaría que las chicas alcanzaran la División de Honor. No es fácil, pero progresan adecuadamente”.
Además, añade que “tenemos la espina clavada con los chicos de una clasificación para la fase final de la Copa del Rey. El club y la afición se merecen vivir esa fiesta”, explica el presidente del Balonmano Benidorm.
Y es que, si se dan las circunstancias, por qué no aspirar a todo. “Estoy seguro de que con un poco más de ayuda podemos dar un salto cualitativo y aspirar, de verdad, a pelear por algún título o, por lo menos, a meternos en Europa”, sentencia Abínzano, quien no deja de soñar despierto desde hace ya nueve años.