El Archivo Municipal Clara Campoamor ha publicado el documento destacado del mes de diciembre “100 años de la gota fría”, basado en el manuscrito del fondo municipal “Libro-registro mandamiento de pago, 1919-1920” en el que se relata uno de los episodios meteorológicos propios y, lamentablemente, habituales de la zona levantina: la gota fría o DANA.
Hace justo 100 años, entre el 30 de septiembre y el 1 de octubre de 1919, cayó en Crevillent una fuerte tormenta que provocó fuertes daños tanto en el núcleo urbano, como en el barrio de San Felipe Neri. Según relata el documento el alcalde, D. Francisco Magro Candela “visiblemente emocionado relató los hechos lamentables de la tormenta e inundaciones que en la pasada noche del 30 de septiembre y madrugada del día primero del actual, motivaron los sucesos que han consternado a la población”.
La mayor parte de los agricultores quedaron en la ruina al perder en pocas horas sus cosechas, por lo que la primera autoridad solicitó al pleno “que habían de remunerarles sus sacrificios pecuniarios y proporcionarles el pan de sus familias”. Este fenómeno, conocido hoy como gota fría, provocó también que muchos edificios quedaran en ruinas, concretamente más de 50 cuevas se derrumbaron, las cuales eran las viviendas de los crevillentinos más pobres y necesitados, los jornaleros, que solían vivir en este tipo de viviendas, típicas de nuestro urbanismo.
Además, esta fuerte tormenta provocó que las calles de Crevillent quedaran inutilizadas, así como los caminos vecinales y puentes, sobre todo el de la Rambla y Cruz de Ruiza hacia la carretera, y que los vecinos colindantes sufrieran el desprendimiento de sus casas.
Aparte de los daños en el caso urbano, el barrio de San Felipe Neri quedó completamente inundado y las aguas arrastraron todo tipo de enseres, así como a los animales. En el Hondo el agua alcanzó una altura de más de un metro sobre una extensión de más de dos kilómetros de largo por dos de ancho, cuyo estancamiento suponía un peligro para la salud de la población, por la aparición de posibles epidemias.
Ante la gravedad de la situación y dado que el Ayuntamiento no podía asumir tales pérdidas, acordaron viajar a Alicante, al Gobernador Civil, con el fin de conseguir la ayuda necesaria para socorrer, ante todo, a los pobres jornaleros. Como curiosidad, en la documentación encontramos que el Gobierno donó 6 tiendas de campaña destinadas a albergar a los vecinos damnificados del ciclón –como llega a calificarlo-, ocurrido en San Felipe Neri.
El crevillentino Sebastián Illán fue el encargado del transporte en tren de estas tiendas hasta la estación de Crevillent y desde aquí, con carruajes se llevaron al barrio vecino, con un coste de 13 y 25 pesetas respectivamente, recogidos en sendos mandamientos de pago abonados los días 3 y 31 de enero de 1920.
En esta ocasión, la documentación municipal describe un desastre meteorológico del calibre de la gota fría, en un momento en el no existían recursos ni planes de emergencia, lo que provocaba verdaderos desastres naturales y sobre todo, graves pérdidas económicas a la población, cuya economía agrícola tenía un gran peso, dependiendo en gran medida de la meteorología y sus adversidades. Una vez más, el patrimonio documental del Archivo Municipal es un claro reflejo –y en ocasiones único- del devenir de la historia crevillentina.