Entrevista > María Antonia Laviós / Concejala de Fondos Europeos en Altea
La Unión Europea, esa enorme confluencia de más de 500 millones de habitantes, es una realidad que los distintos estados miembro han ido conformando, con enormes dosis de paciencia y alta política, desde el final de la II Guerra Mundial hasta nuestros días. Pese a sus innegables carencias, esta realidad política ha traído al Viejo Continente la era de paz más larga de su historia y una prosperidad nunca antes vista en sus (todavía) 28 países.
Ha sido en las últimas dos décadas cuando la mediocridad política, asentada en los puestos de mando de los gobiernos de muchos de los países europeos, y la terrible crisis económica que golpeó de forma desigual a los 28, ha hecho que la herida del euroescepticismo, nunca cerrada por completo, se haya abierto en canal produciendo una hemorragia de desafección, que hace peligrar la esencia misma de la mayor parte del terreno conquistado en todas estas décadas de unión.
Con el Brexit como ejemplo, no son pocas las voces que, haciendo un discurso igual de fariseo que aquellos responsables de la próxima salida del Reino Unido de la Unión protagonizaron en 2016, promueven un sentimiento de animadversión hacia aquello que ellos llaman ‘Bruselas’ como sinónimo de todos los males de nuestra sociedad.
Europa es la respuesta
En Altea, un municipio mediterráneo y, por lo tanto, acostumbrado a la influencia de otras culturas que han ido escribiendo su historia con el paso de los siglos, se le quiere dar una vuelta a esa desesperanzadora visión.
La puesta en marcha de una idea pionera como la Oficina de Proyectos Europeos ha servido para que más de cien alteanos hayan podido visitar, a través de alguno de los distintos proyectos en los que la Villa Blanca participa, otros países del entorno para comprobar, de primera mano, cómo las ventajas de la pertenencia a la Unión Europea superan, con creces, a sus desventajas.
María Antonia Laviós es la concejala responsable de esa oficina y no tiene la menor duda de que Europa es la respuesta, y nunca el problema, para los grandes retos que, como sociedad, tendremos que afrontar en el futuro a corto, medio y largo plazo.
¿Cómo surge la idea de crear esta Oficina de Proyectos Europeos que es pionera en la zona?
Surgió en la pasada legislatura, de la mano de Pedro Lloret, que llevaba entonces la concejalía. Él y el alcalde vieron la oportunidad de abrir una oficina que tratara no sólo la cuestión de las subvenciones del Fondo Social Europeo, sino también aprovecharla para trasladar esas ayudas a la administración local.
Hay muchos proyectos que, por su envergadura y su financiación, que es excesivamente compleja, sólo pueden ser aprovechados a través de los fondos europeos.
Si la burocracia de una administración local ya es complicada, imagino que la de la Unión Europea será todavía más exigente y farragosa.
Contamos con una técnico, Paloma Verdú, increíble. Se ha tenido que formar, porque la complejidad de todos estos proyectos es enorme. Nosotros, ahora mismo, formamos parte de varios proyectos junto a otros países europeos. Algunos los lideramos y somos socios de otros.
Esos proyectos se engloban, más que en cuestiones de financiación, en el ámbito social de las iniciativas de la UE…
Sí. Estamos, por ejemplo, en el Programa Urban, que es el proyecto de Ciudades Voluntarias. También en el Programa Europe, en el que somos los que lideramos un proyecto sobre el euroescepticismo.
Esa es la vertiente que nada tiene que ver con el aspecto económico, sino el social. Por otro lado, está la vertiente dirigida a los fondos sociales para la administración local.
Todo ello, ¿ha dado la oportunidad a vecinos de Altea a viajar y participar en esos proyectos?
En efecto. Tenemos los Erasmus, con los que hemos podido enviar a mucha gente joven a otros países. Creo que ha sido una gran experiencia para abrir la mente, conocer idiomas, visitar otras ciudades, hacer amistades… En definitiva, para salir de su zona de confort.
También hemos obtenido becas profesionales en Belfast, en Glasgow, en Reino Unido…
«Son muchos los municipios que han venido a interesarse porque quieren montar su propia oficina»
Pese a esa percepción generalizada de que la UE es algo muy lejano al ciudadano, ¿considera que estas iniciativas demuestran que, junto a la local, la europea es una de las administraciones más accesibles para cualquiera de nosotros?
Sin duda. Pero también hay que buscar esos fondos. La Oficina de Proyectos Europeos de Altea es un referente total a nivel comarcal y provincial. Son muchos los municipios que han venido a interesarse porque quieren montar su propia oficina en el municipio.
Es cierto que la vertiente social nos ha beneficiado y repercutido enormemente. Ofrece un contacto muy directo con lo que significa la UE. En el Programa Urban, por ejemplo, hemos enviado a varios voluntarios que trabajan en Altea a otros países para ver qué es lo que hacen allí. Así, pueden aprender de sus buenas prácticas y desarrollarlas aquí, en Altea.
Quizás Altea, como el resto de la Costa Blanca, esté algo más a salvo del euroescepticismo por su realidad diaria, pero ¿hasta qué punto cree que ha conseguido penetrar esa idea en Altea?
Nosotros tenemos una percepción basada en lo que la gente nos transmite, que es el discurso de ‘Europa, ¿para qué? Si no sirve para nada’. Lo ven como algo lejano, pero también es cierto que, a través de estos proyectos, ya se está conociendo un poco más.
De hecho, con el proyecto que estamos liderando vamos a ir a Bruselas con una declaración de buenas intenciones que asumiremos todos los portavoces de todos los grupos políticos junto con los ciudadanos que quieran firmarla.
¿En qué se basa esa declaración?
En que tenemos que ir todos a una. Que tenemos que pelear contra el pensamiento totalitario y abrir la mente.
¿Aproximadamente, cuánta gente ha podido viajar fuera de España gracias a su participación en estos proyectos?
Han sido más de cien personas. Sólo en el ámbito de los jóvenes, con los Erasmus, han sido 86 las personas que hemos podido enviar fuera. También han participado en alguno de los proyectos entidades como Cruz Roja, Corazón Exprés…
Supongo que, especialmente para los más jóvenes, habrá supuesto una experiencia muy enriquecedora.
Este verano enviamos a un grupo de jóvenes de 16 años. Imagínate, siendo menores, el cuidado que hay que tener a la hora de organizar esa salida, lo que también nos ha servido a nosotros como una valiosa experiencia.
Ellos han vuelto encantados. Antes de irse se reunieron con nosotros y, al regresar, volvieron para contarnos su experiencia y fue algo totalmente gratificante. Todos quieren volver a repetir y todos los recomiendan.
Algo que les sirve, si me permite la expresión, para abrir los ojos.
Sí, para salir de su zona de confort y ver otro mundo.
«El IES Bellaguarda ya ha presentado un proyecto que ha sido aprobado por la UE»
Aunque haya que ir de la mano del Ayuntamiento, ¿uno de los objetivos de la Oficina es que distintos colectivos y asociaciones del municipio puedan liderar sus propias iniciativas en forma de proyectos?
De hecho los Institutos ya lo han hecho. El IES Bellaguarda empezó yendo de la mano con nosotros y han terminado presentando un proyecto ellos solos. Al principio sí es necesario que vayan con nosotros, porque desconocen la manera de poder entrar, pero cuando vienen a la Oficina y les enseñamos todo ya son capaces de presentar un proyecto que, además, ha sido aprobado por la Unión Europea.
Así, la Oficina sirve de nexo de unión, de punto de asesoramiento y de formación. Nuestra intención es ir ampliándola y poder dotarla de mayor personal porque vemos que está dando sus frutos.
Dejando de lado la cuestión de los proyectos sociales, ¿van a tratar de pelear desde esa Oficina otras ayudas como los FEDER o los Fondos EDUSI?
Sí, es algo que vamos a ir viendo. Lo que sucede es que, por ejemplo, los EDUSI conllevan muchísima información y una enorme inversión de tiempo. Es muchísimo dinero, pero para que te concedan ese tipo de ayudas implica que todo el Ayuntamiento, sus diferentes áreas, trabajen en ese proyecto. Es una de las vertientes en las que nos queremos centrar. Vamos a intentarlo.
«Me ha sorprendido muchísimo la cantidad de oportunidades que ofrece la UE»
Volviendo a la cuestión del desconocimiento general que se tiene de la UE y el euroescepticismo, usted ha comentado que el proyecto lo inició su compañero Pedro Lloret en la pasada legislatura. ¿Su llegada a esta concejalía la ha hecho cambiar a usted, personalmente, su visión de la UE?
La verdad es que me ha sorprendido muchísimo. El proyecto lo comenzó Pedro Lloret y es verdad que él te cuenta, tú vas viendo las cosas… pero cuando he entrado de concejala y me he empapado de todas las ayudas que podemos llegar a solicitar y a tener, la verdad es que terminas creyendo en Europa.
«Es muy importante entender que asociaciones y empresas pueden optar a estas ayudas»
¿Son muy grandes las posibilidades que ofrece la UE?
Podemos conseguir un montón de proyectos y ayudas. Empezando por el empleo hasta cuestiones como la movilidad o el reparto de recursos. Es muy importante que la gente entienda que, como tú mismo decías antes, no es algo que sólo se pueda conseguir a través de la administración local, sino que asociaciones y empresas también pueden optar a estas ayudas.
Lo que hay que saber es dónde hay y cómo conseguirlas. Ahora termina la agenda 2020 y arranca el programa operativo 2020-2023. Eso significa que se liberan nuevos fondos y que es el momento, si tienes una idea o un proyecto, de empezar a moverlo.
«Los proyectos europeos ofrecen una vacuna a los jóvenes contra los extremismos»
Con el panorama político que atraviesa la UE, a la que España, como reflejan las últimas elecciones, no es ajena, ¿considera que, sobre todo para los jóvenes, este tipo de iniciativas puede ser una buena vacuna contra los populimos antieuropeos?
Absolutamente. De hecho, a través del Programa Europeo estamos trabajando en ese sentido, a través de la línea dedicada a la lucha contra el pensamiento totalitario. Cuando sales fuera, ves que en la mayoría de los casos se está intentando, cada uno con sus medios, arrinconar a la ultraderecha.
Es una manera de que los jóvenes puedan ver otras realidades y se puedan vacunar contra estos pensamientos extremos, tanto de un lado como del otro.
¿No cree que ustedes, los responsables de las distintas administraciones, tendrían que hacer autocrítica y pensar hasta qué punto han sido parte responsable de ese sentimiento de desafección?
Sí, creo que la información y la educación desde las administraciones locales es indispensable para que la gente entienda que Europa está ahí y que nos podemos ayudar mutuamente. Que nosotros necesitamos a Europa, pero ella también precisa de los municipios.
Tiene que ser una cosa transversal que se retroalimente desde los dos lados. La administración local tiene que mover ficha y que, si no cada municipio, sí cada comarca contara con una oficina como la nuestra. También a nivel de Diputación, Generalitat y en todas las administraciones.
«Queremos estudiar la comarcalización del trabajo de esta Oficina»
Antes me ha dicho que varios municipios se han interesado por su modelo de Oficina y ahora me ha señalado la importancia de contar con, al menos, una a nivel comarcal. ¿Se plantean una comarcalización de la que ustedes han puesto en marcha?
Lo hemos hablado. De hecho es algo que se trató en unas jornadas recientes que mantuvimos en Altea. Queremos estudiar cómo se puede utilizar una Oficina que haga de eje en la comarca para que las de los municipios se puedan alimentar de ella.
Oficina de Proyectos Europeos de Altea
Casa de Cultura: Calle Pont de Montcau nº 14 ,1ª planta.
Telf. 96.584.13.00 (ext. 1233).
Email: europa@altea.es
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