Si algo ha necesitado ininterrumpidamente cualquier ciudad a lo largo de su historia, son médicos. Las enfermedades acompañan nuestra existencia desde los albores de la humanidad. Por esto, en toda civilización o tribu los curanderos siempre han ocupado posiciones sociales de gran relevancia y notoriedad.
Así pues, este mes hemos creído de justicia dedicar una página al recuerdo de tres de los más célebres médicos que ha tenido Alicante en su historia: el doctor Manuel Ausó y Monzó, el doctor Antonio Rico, y el doctor Pedro Herrero. Hoy ya no están entre nosotros, pero en el pasado contribuyeron en gran medida a la salud de nuestra ciudad y a la lucha contra las peores epidemias que la asolaron.
El doctor Ausó y Monzó introdujo la homeopatía y la psicología en Alicante durante el siglo XIX
El impulsor de la medicina natural
En 1814 venía al mundo Manuel Ausó y Monzó. Realizó el bachiller como interno en el colegio Santo Domingo de Orihuela y luego partió hasta Valencia y Madrid para estudiar la carrera de Medicina.
Siendo aún joven sufriría una larga y tediosa enfermedad que con los precarios medios medicinales del siglo XIX no lograban identificar ni curar. Sin embargo, halló la respuesta en los remedios naturales. Desde entonces, el médico alicantino se convirtió en uno de los primeros grandes percusores de la homeopatía en España.
Manuel Ausó también ejercía de profesor de Ciencias Naturales en el Instituto Público (actual IES Jorge Juan), llegando a ser su director durante varios años. Así mismo, era un gran partícipe de la vida social alicantina. Fue uno de los fundadores de la antigua Caja de Ahorros de Alicante (la futura CAM), creó un club local de amigos de la geología, fue un destacado miembro de la logia masónica y abrió el primer Centro de Estudios Psicológicos que tuvo la ciudad (si bien en aquel momento la Psicología estaba muy vinculada al mundo del espiritismo).
Además fue un referente del republicanismo alicantino de la época, y en 1868 participó en la Revolución de La Gloriosa que hizo caer el reinado de Isabel II. Actualmente el doctor Ausó y Monzó tiene una calle dedicada en el barrio de Princesa Mercedes.
El doctor Rico sufría un problema respiratorio, así que se hizo concejal y creó el Parque del Tossal
El creador del parque Tossal
Una historia similar le ocurrió a otro médico alicantino nacido ya en la siguiente generación, el doctor Antonio Rico Cabot. Venido al mundo en 1866, él también contrajo una dura enfermedad que en este caso era pulmonar y le impedía respirar con facilidad.
A este médico alicantino le dio por ser concejal y una vez llegado al Ayuntamiento impulsó la creación de un nuevo gran parque en el monte Tossal. A falta de unos buenos pulmones, Antonio nos regaló a los alicantinos todo un gigantesco y verde pulmón urbano que aún seguimos disfrutando.
El buen doctor también destacaba por su gran solidaridad hacia los más necesitados, brindándoles atención médica gratuita. De firmes convicciones republicanas, llegó incluso a tener un serio problema legal cuando en un juicio al que acudía como testigo se negó a jurar ante Dios. Aquello le costó un proceso en su contra que se volvió tan mediático que incluso llegó a interceder el presidente del gobierno Nicolás Salmerón para que finalmente fuera absuelto.
Hoy en día el doctor Rico tiene una avenida dedicada en San Blas, así como un busto ubicado en el parque que el mismo creó.
El médico Pedro Herrero pasaba consulta gratuita a los niños de las familias más desfavorecidas
El médico de los niños
Terminamos este homenaje a la Medicina alicantina con otro gran profesional que atendió a miles de niños, ya entrados en el siglo XX. Hablamos del doctor Pedro Herrero, quien nació en 1904 y estudió la carrera en Madrid teniendo como profesores a figuras tan destacadas como el premio nobel Santiago Ramón y Cajal o el presidente republicano Juan Negrín.
Al terminar la Medicina se trasladó a Francia y a Bélgica para realizar la especialización en Pediatría. Ya de vuelta en su tierra, primero estuvo destinado en la Maternal del Hogar Provincial de Campoamor y luego en el dispensario del Puerto atendiendo a los hijos de los trabajadores portuarios.
Al mismo tiempo pasaba consulta en su domicilio particular en la calle Castaños, sin cobrar nada a los niños de las familias más pobres. Llegó incluso a ser concejal de Sanidad en el Ayuntamiento durante los años 50, aunque siempre se quedó un tanto desencantado por las pocas iniciativas que el gobierno municipal franquista de Alicante le permitió impulsar con el fin de mejorar los cuidados infantiles.
Todavía hoy el médico Pedro Herrero tiene un busto dedicado que se encuentra en los jardines de la Lonja de Pescado (justo en al lado del antiguo dispensario donde ejercía su profesión) así como una calle en Alipark.
Feliz y saludable 2020
Se nos quedan muchos más médicos alicantinos ilustres en el tintero. Los doctores Pascual Pérez, Francisco Balmis, José Gadea, Mas Magro, Carlos Vander y un largo etcétera que a buen seguro también iremos recordando en nuestro periódico próximamente.
Por el momento, desde AQUÍ en Alicante solo nos queda desearles a todos un 2020 con mucha salud. Afortunadamente, los alicantinos llevamos décadas estando en muy buenas manos.