Comienza la cuenta atrás para 2020 y, cómo no, para la carrera popular de la San Silvestre de Elda, uno de los acontecimientos sociales del año en la localidad. La prueba, que se disputa el 31 de diciembre por la tarde y que cumplirá su trigésimo novena edición, ha trascendido en los últimos años de su carácter deportivo para convertirse en, fiestas de Moros y Cristianos al margen, el evento más multitudinario de la ciudad.
La concejalía de Deportes espera mantener la progresión en el número de participantes y superar los 8.000 de 2018
Ambiente lúdico
El pasado año fueron más de 8.000 los corredores que tomaron parte en la prueba, de 3,8 kilómetros de recorrido, y se calcula que fueron más de cuatro mil los espectadores que durante algún momento estuvieron siguiéndola de cerca en la calle.
A estos espectaculares datos de participación y seguimiento hay que unir la cantidad de gente de la organización, tanto de la Concejalía, como jueces o voluntarios; en total unas 120 personas, que velan porque todo salga a la perfección y sin incidentes.
La San Silvestre eldense ya es, por méritos propios, una de las carreras de fin de año más valoradas de la Comunidad Valenciana, sobre todo por el ambiente lúdico que se respira durante toda la prueba. Y es que la organización ha sabido maridar con acierto la vertiente deportiva -la competición pura- con la diversión.
Una de las claves del espectacular repunte de la prueba en los últimos años está en el cambio de escenario
Cambio de escenario
Una de las claves del espectacular repunte de la prueba en los últimos años está en el cambio de escenario, según afirma Chema Martínez, técnico de la concejalía de Deportes de Elda.
Antes, la prueba se celebraba a las afueras de la ciudad, con salida y meta en la avenida de Chapí. Hace cuatro años, el nuevo equipo de Gobierno municipal se propuso impulsar la San Silvestre y decidió trasladarla a la plaza Castelar, una de las más céntricas. “Para mí fue un punto de inflexión. Hay más calor humano y la gente se siente más cómoda”, afirma Martínez, quien explica que con el nuevo recorrido se pasó en un año de 4.000 a 6.000 participantes.
«Hemos sabido juntar lo atractivo del deporte con lo lúdico» C. Martínez
Mayor ambientación
La nueva sede, además de ser más cómoda para la mayoría de los eldenses, también permite una mayor ambientación, otra de las claves del éxito de la prueba. “La San Silvestre no es solo una carrera. Es también la zona musical, las actuaciones, la batucada… Hemos sabido juntar lo atractivo del deporte con lo lúdico”, explica el técnico municipal.
Es tal el crecimiento de la prueba, que el Ayuntamiento se ve obligado a abrir las inscripciones en septiembre. Ya sea a través de la web o la misma plaza de Castelar, donde se ha habilitado un punto de información, todos los eldenses o vecinos pueden apuntarse a la prueba hasta el mismo día 30 de diciembre, apenas unas horas antes de su inicio.
Dos pruebas en una
La última carrera del año ha derivado en una suerte de carnaval que ha acabado por comerse a la competición. En Elda, sin embargo, se ha sabido equilibrar los dos aspectos.
Para aquellos atletas que se toman la competición en serio y buscan una marca existe la posibilidad de que puedan realizar la carrera al margen de la fiesta. “Deben enviar un correo acreditando que son atletas de élite y un jurado, en base a sus marcas obtenidos, decide”, relata Martínez.
Estos atletas de élite tienen reservados los 50 primeros dorsales y un cajón en la salida, para separarlos del público que no afronta la carrera con otro ánimo que el de divertirse. “El color de su dorsal es diferente al del resto y salen unos segundos antes que los demás. Ellos corren la misma carrera, pero un poco al margen”, explica el técnico eldense.
La otra carrera
La ‘otra carrera’, la de la fiesta y el cachondeo, también tiene su espacio y su tiempo. Existe una categoría de disfraces, con un viaje a Granada como gran premio para los ganadores, para aquel grupo de personas, ocho cómo máximo, que en opinión del jurado sean los más originales en su puesta en escena durante la prueba.
Para optar al premio es obligatorio que completen el recorrido. Es en esta categoría en la que los participantes exprimen cada año al máximo su imaginación y su sentido del humor para elaborar disfraces muy originales.
Una forma divertida de cerrar el año
A pesar de la enorme competencia que existe, puesto que todas las localidades celebran ya su propia San Silvestre, Chema Martínez presume de que la San Silvestre eldense cada año goza de mejor salud y aumentan los participantes llegados de otros puntos de la provincia y de la Comunidad.
“Yo creo que no hay un secreto, sino un cúmulo de factores. Simplemente creo que el conjunto de todo hace que sea súper atractiva. Por la música, por las pantallas gigantes, por los premios, por las categorías por edades, por los sorteos… la gente se lo toma como una gran Nochevieja deportiva antes de la otra, la de Fin de Año, que también se celebra en ese mismo sitio, la plaza Castelar”, argumenta Martínez.
Por último, el técnico eldense asegura que a la organización de la prueba no le obsesiona alcanzar un número de participantes determinado, sino “seguir creciendo cada año”. “No es una cuestión de cantidad, sino de calidad. Queremos que la San Silvestre siga siendo una fiesta atractiva para cerrar el año de forma divertida y haciendo deporte”, sentencia.