Entrevista > Lara González / Jugadora de la Selección Española de Balonmano (Santa Pola, 22-febrero-1992)
No es casualidad que Lara González naciera en el año del despegue definitivo del deporte español en los Juegos Olímpicos de Barcelona. La niña prodigio del balonmano alicantino ya es toda una leyenda a sus 27 años, tras una trayectoria labrada gracias a una dilatada experiencia internacional en ligas tan exigentes como las de Francia, Hungría y Dinamarca.
Recién llegada de Japón y antes de incorporarse al Besançon galo, su actual club, Lara visitó a su familia para pasar las navidades en casa. Aún no termina de creerse la medalla de plata que lleva colgada al cuello tras un mundial épico, en el que el oro se le escapó a España entre los dedos en la última jugada.
Asegura que ser subcampeona del mundo es un sueño, aunque afirma que el cariño, la admiración y la pasión que han provocado las ´Guerreras` en los aficionados españoles brillan tanto como el metal.
Subcampeona del Mundo. ¿Ya se lo cree?
Poco a poco. Cuando aterrizamos en Madrid y volvimos a casa comenzamos a ser conscientes de todo lo que habíamos conseguido. En Japón no teníamos del todo conciencia de lo que se estaba moviendo en España. La verdad es que fue llegar a Madrid y juntarse muchas emociones a la vez. Nos hemos sentido muy arropadas y valoradas por los medios y los aficionados. Estamos muy agradecidas.
«Hemos conseguido algo histórico para el balonmano y el deporte femenino»
¿Ya se ha olvidado de esa última jugada tan polémica ante Países Bajos?
Costará olvidarla, porque estábamos muy cerca del oro. Nos dejó un sabor muy amargo, ya que pierdes la final de un mundial en la última jugada y por un solo gol. Pero, según iban pasando las horas, se valora más lo ganado que lo que se perdió.
No fue justo el final, pero bueno. Hemos conseguido una medalla de plata, algo histórico para la selección de balonmano y para todo el deporte femenino. Y eso, hay que celebrarlo.
Igual un éxito de este calibre es lo que necesitaba el balonmano femenino para despegar de una vez a nivel mediático.
Eso esperamos. Para nosotras todo el seguimiento que hemos tenido, y la repercusión y audiencias de nuestros partidos, valen como un oro. Ha quedado demostrado que, si se le da espacio y visibilidad, el balonmano femenino vende en nuestro país.
De las cosas que más me han impresionado es la cantidad de niñas que había en el aeropuerto de Madrid coreando nuestros nombres cuando llegamos desde Japón. Me parece increíble que podamos ser los referentes de tanta gente. Esa admiración y que nos vean como un ejemplo de valores es el mayor regalo que podemos tener.
«Todavía queda camino por recorrer para alcanzar la igualdad en el deporte»
Usted siempre ha sido muy reivindicativa con el deporte femenino, ya que cree que España carece de esa cultura para valorarlo. ¿Considera que ya estamos más cerca de esa igualdad que reivindica?
Evidentemente, algo hemos avanzado en los últimos años gracias a los éxitos de selecciones y de deportistas individuales. Los títulos, los torneos y las medallas dan valor y voz al deporte femenino, pero aún seguimos luchando por esa igualdad porque estamos muy lejos de ella.
«Estamos decididas a volver a Japón para disputar los Juegos Olímpicos»
Ya tiene la plata del mundial. ¿Se imagina este verano con otro metal en los Juegos de Tokio?
Tuve la suerte de estar en los Juegos de Río y fue una experiencia inolvidable a todos los niveles. Para mí, ser olímpica fue un sueño hecho realidad. Tras el Mundial ya nos hemos garantizado plaza para el preolímpico y se han superado las mejores expectativas, pero ahora estamos muy determinadas a volver a Japón para los Juegos; seguimos soñando y el objetivo es ir a Tokio.
En teoría es un objetivo asequible, ¿no?
Lo sabremos en marzo, cuando disputemos el preolímpico. Ser segundas en el mundial nos ha llevado a un grupo más sencillo y asequible, pero los partidos hay que jugarlos. Ya hemos visto y vivido demasiadas sorpresas como para saber que si no estamos al mejor nivel podemos llevarnos un susto y una sorpresa desagradable. Si estamos al 100% yo creo que lo lograremos, pero las rivales también juegan y nuestro deporte está cada vez más igualado.
¿Cómo lleva eso de convertirse en una estrella mediática y en un ídolo para las niñas?
Con naturalidad, porque llevo ocho años fuera de España jugando en países en los que sí se sigue de forma mediática al deporte femenino, por lo que es algo a lo que ya estoy acostumbrada. Es verdad que es un cambio muy grande a cuando yo era una niña o a cuando jugaba en Elche, donde poca gente me conocía.
La verdad es que es un orgullo muy grande. Me encanta que se nos admire por nuestra forma de jugar, pero más, sobre todo, por los valores que transmitimos como equipo. Es un honor que nos tomen como referentes y que las niñas puedan engancharse al balonmano gracias a nosotras.
Ya hace tiempo que se marchó del Elche, pero me imagino que sigue de cerca la temporada de su exequipo.
Claro que sí. Lo están haciendo muy bien esta temporada. Tengo muchas excompañeras y amigas en el Elche. Están jugando muy bien, a un nivel altísimo. Cada año están creciendo un poco más y seguro que van a seguir ofreciendo muchas alegrías.