Cuando surge un problema, siempre hay varias formas de afrontarlo. Simon & Garfunkel, el legendario dúo de folk estadounidense, proponían construir un puente sobre las aguas turbulentas.
En La Nucía, sin embargo, los problemas que causaban las turbulentas aguas provenientes de las –cada vez menos– frecuentes gotas frías no se podían solucionar con la construcción de un puente, así que se optó por el único remedio viable: una planta potabilizadora.
Origen del problema
La Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) de La Nucía, puesta en marcha en 2018, ha demostrado, en el poco más de un año que lleva en funcionamiento, que la decisión de su construcción fue una de las medidas más acertadas posibles para terminar para siempre con el problema de la turbidez, provocada por las copiosas lluvias, en el suministro de agua para consumo humano.
Para entenderlo y explicarlo, debemos remontarnos al origen mismo del problema. Es un recurso muy socorrido decir aquello de que en el Levante español ‘no sabe llover’. Efectivamente, esta región sufre de largos y alarmantes periodos de sequía que, casi siempre, terminan con terribles trombas de agua que, si bien llenan los pantanos, provocan más problemas de los que solucionan.
El problema de la turbidez
En el recién terminado 2019 la Marina Baixa se libró de grandes gotas frías, pero asistió, impotente, a los destrozos causados por la DANA en zonas no muy lejanas. En ejercicios anteriores, la comarca no tuvo tanta suerte y fue azotada por lluvias que, incluso, obligaron a recomendar la no utilización del agua del grifo para beber, cocinar e, incluso, la higiene personal.
La importante cantidad de tierra que arrastran las escorrentías desde las cumbres más altas de los montes hasta los pantanos, y el movimiento que el aporte de miles de litros provocan en el fondo de los mismos, provoca que, en muchas ocasiones, el agua que sale de esos embalses hacia nuestros grifos lo haga con una cantidad de restos en suspensión muy por encima de los límites recomendables y permitidos.
Por ello, después de tener que advertir a la ciudadanía –como sucedió en el resto de municipios de la comarca– sobre esa recomendación de mantener cerrados los grifos durante unos días, La Nucía se convirtió en la única población de la zona en buscar una solución definitiva al problema y por ello cuenta, desde 2018, con una ETAP que consigue eliminar esas impurezas, incluso, en los momentos más problemáticos.
La puesta en marcha de la ETAP supuso una inversión de 1,5 millones de euros
Un año de funcionamiento
La ETAP, como decimos, entró en funcionamiento en 2018 y supuso una inversión de 1,5 millones de euros. Esta infraestructura hídrica ha servido para acabar para siempre con los problemas de turbidez en el agua de La Nucía, que se producían después de fuertes lluvias en la comarca de la Marina Baixa.
Además, esta instalación está sirviendo para que los escolares del municipio puedan conocer mejor el siempre complicado ciclo hídrico en una zona que, como ya se ha indicado, sufre de un déficit de agua muy importante. Por ello, va a ser frecuente ver a alumnos de los distintos centros escolares nucieros visitar sus instalaciones.
Fue el pasado mes de diciembre cundo los alumnos de 3º de la ESO del Instituto inauguraron esta nueva función de la ETAP. En su recorrido por la misma estuvieron acompañados por Alfredo Madrid, jefe de servicio de Aqualia en La Nucía –que realizó las funciones de guía– y la concejala Jessica Gommans, que acompañó al grupo durante su visita.
Su sistema de funcionamiento por gravedad supone un importante ahorro energético
Recurso didáctico
El objetivo de estas visitas, es que los alumnos puedan conocer todo el proceso de filtrados del agua potable en la planta potabilizadora, para eliminar la posible turbidez antes de entrar en la red de suministro de La Nucía que llega a cada casa del municipio. Así mismo, se les muestra el funcionamiento de su sistema de ahorro energético, basado en el trabajo por gravedad.
“Las visitas a la ETAP comienzan con una breve introducción, a través de un diagrama instalado en el semisótano del Almacén Municipal, que explica el sistema y funcionamiento de todas las instalaciones hídricas de La Nucía”, cuenta Gommans. “La explicación muestra a los estudiantes el recorrido del agua potable en el municipio desde que llega al embalse de Guadalest hasta la ETAP, para posteriormente dirigirla al depósito general y, desde ahí, a los diversos depósitos de distribución de las urbanizaciones nucieras y casco antiguo”.
La ETAP sirve para que los escolares conozcan mejor el siempre complicado ciclo hídrico
Claro como el agua
Durante el recorrido también se explican cuestiones más técnicas como el proceso de filtraje del agua, bombas y válvulas, la entrada del agua y salida, el funcionamiento por gravedad que conlleva un ahorro energético y económico, el sistema totalmente automatizado de telegestión, etc.
Se expone el circuito integral del agua, con la explicación del destino de las aguas residuales hasta las Estaciones Depuradoras de Altea y Benidorm y su reaprovechamiento tras su depuración como agua de riego.
En definitiva, un lugar ideal para que todos sus visitantes se marchen con el conocimiento del ciclo hídrico claro… como el agua de La Nucía.