Entrevista > Pablo Riquelme Cuartero / Cineasta (Orihuela, 10-agosto-1991)
Con tan sólo diecisiete años, el oriolano Pablo Riquelme Cuartero triunfó en el Festival de Cine de Sitges, uno de los eventos cinematográficos más reconocidos a nivel europeo, gracias a su cortometraje ‘La invasión de las babosas’. Aquello, le sirvió como trampolín para viajar a Estados Unidos.
Con once años realizó su primer corto
¿Siempre tuviste clara tu vocación por el cine?
Empecé como actor de teatro en el colegio, ya que era lo más cercano que podía tener al cine por aquel entonces. Esto me llevó a protagonizar un corto que había dirigido un profesor de la escuela y ahí fue cuando me planteé hacer mi primer corto, con once años.
Seis años más tarde me seleccionaron con mi cortometraje ‘La invasión de las babosas’ en el Festival de Cine de Sitges, donde pude conocer al cineasta Jaume Collet-Serra. Él me animó a trasladarme a Los Ángeles y así lo hice. Estudié Comunicación Audiovisual en los Estudios de Cine ‘Ciudad de la Luz’ y me fui a probar suerte.
¿Cómo consigues introducirte en la industria americana?
Lo primero que hice nada más llegar a Estados Unidos fue mirar universidades de cine, hasta que me aceptaron en la Universidad de California, en Los Ángeles (UCLA). Empecé a buscar proyectos y recuerdo que estaba en un supermercado y en una revista vi que el cantante Josh Beech, que se había casado y mudado recientemente a Estados Unidos con la actriz Shenae Grimes.
Me puse en contacto con su manager y me ofrecí como candidato para hacer los vídeos de su gira. Finalmente me aceptaron y conseguí, de este modo, mi primer proyecto.
Recibió una carta de felicitación de Donald Trump
Tras varios años instalado en Estados Unidos llegas a recibir una carta del presidente Donald Trump.
Quedarse en Estados Unidos es muy complicado. Cuando estaba finalizando mis estudios en la UCLA tenía que extender mi visado y no sabía cómo hacerlo, hasta el punto de que un día, caminando por el campus, apareció un soldado repartiendo panfletos para unirse al ejército, y a cambio me pagaban los estudios.
Instantes antes de aceptar la propuesta, mi madre me habló de la Comisión Fulbright, entidad dedicada a conceder becas para estudios de máster o doctorados en EEUU en varias especialidades culturales. Presenté mi candidatura y fui seleccionado. Fue en ese momento cuando recibí la carta de Donald Trump felicitándome por la forma en la que había entrado al país, convertido en un artista.
¿Tienes pensado regresar a España?
Después de casi siete años en este país, he echado raíces; aunque he de confesar que me encuentro en un momento en el que acepto los proyectos con independencia del lugar de donde procedan. Si sale un buen proyecto en España no voy a decir que no.
Cuando digo que voy detrás de un proyecto lo digo a sabiendas de las consecuencias que pago por ello, que es el estar lejos de mi familia. Mi vida se ha convertido en un viaje constante.
«Esta profesión es una constante lucha por encontrar nuevas oportunidades»
¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta un cineasta?
El principal problema, sin lugar a dudas, es poder pagar las facturas, porque puedes encontrar un gran proyecto que te proporcione una importante cantidad de dinero, pero no sabes cuándo va a llegar el siguiente. Es una constante lucha por encontrar nuevas oportunidades.
Tras tus pinitos en la infancia como actor, ¿te planteas volver a la interpretación?
Lo que me está dando buenos resultados actualmente es la escritura como guionista, así como la dirección. Pese a ello, estoy preparando un proyecto bastante personal, con varios episodios, en los que se tocan diferentes temas de la sociedad americana y en los que soy el protagonista. Empecé este proyecto hace dos años y sólo hemos rodado tres episodios, aún queda bastante trabajo por delante, pero este será mi retorno como actor.
¿En qué otros proyectos estás inmerso?
Estoy trabajando en dos largometrajes. Uno de ellos, supervisado por el director estadounidense Gus Van Sant, un proyecto que trata sobre las redes sociales y los millennials y con el que llevo tres años trabajando. Cuanto más grande es un proyecto, más tiempo tarda en producirse.
Además, en España espero que este verano se estrene por fin mi cortometraje ‘Heads will roll’. Es un proyecto que empecé a rodar en 2016 y que ha estado distribuyéndose y acumulando premios en Estados Unidos durante este tiempo.
Filmografía
Largometrajes: ‘Armengola, la leyenda’ (2011).
Cortometrajes: ‘La noche del monje’ (2004), ‘La noche del monje II’ (2007), ‘La noche de Norman’ (2007), ‘Trailers’ (2008), ‘La invasión de las babosas asesinas’ (2009), ‘Ciencia ficción’ (2012), ‘Dead flowers’ (2016) y ‘Heads will roll’ (2017).
Webseries: ‘21 días con Julián Lara’ (2012).
Videoclips: ‘Bite your lips’, de Josh Beech (2015).