Actualmente la situación política española podríamos dividirla en tres bloques, en donde cada uno está a lo suyo.
Acumulando méritos
Por un lado está la izquierda, que ha conseguido que por fin hubiera gobierno en España, pero que está acelerando para sacar adelante medidas que afecten a gran parte de la ciudadanía (subida de pensiones, de salario mínimo, a los funcionarios del Estado…), sabedores que cuelgan de un hilo.
Si ERC no aprueba esos presupuestos que Pedro Sánchez ya ha aplazado hasta el verano, lo más probable es que tuviese que haber nuevas elecciones, y prefieren llegar a esa hipotética situación con los deberes hechos.
ERC a lo suyo
Por su parte, ERC continúa manejando esa vara de mando que ha obtenido en unas negociaciones en las que su figura se ha convertido en más que necesaria para la viabilidad de la gobernabilidad. Varita que agitó su representante Gabriel Rufián cuando Pedro Sánchez dijo que, debido a las elecciones que habrá en Cataluña, la mesa del dialogo se aplazaba.
Rufián entró en Moncloa y una hora más tarde el Presidente se tenía que rectificar a sí mismo, afirmando que sí se mantendrá esa mesa de diálogo al margen del proceso electoral catalán. ERC es consciente que tiene que presionar ahora, ya que, una vez aprobados esos presupuestos que de una vez sustituyan a los prorrogados año tras año procedentes de la época de Montoro, sabe que no serán tan necesarios.
Pelea por la misma silla
Y la derecha mientras, ¿qué? Pues con ese lío que tienen de querer ocupar todos el sitio que no les corresponde, salvo Vox que sabe muy bien donde quiere estar. Pablo Casado insinúa de vez en cuando que su partido es el centro derecha, pero sus acciones y comentarios luego le pueden, y sigue compitiendo por una parcela política alejada de ese centro y ya ocupada por los de Abascal.
Por su parte Ciudadanos no ha sabido hacer lectura alguna de lo que les ha ocurrido en las elecciones. El partido que se denominaba de centro y que pretendía ser la bisagra tanto para izquierda, como para derecha, empezó con su no es no a Pedro Sánchez cerrándose las puertas así de una parte importante de su electorado.
Pudiendo haber sido parte de un gobierno estable, sin necesidad de independentistas, desde abril del pasado año, y a pesar de todas las dimisiones internas de ´pesos pesados` por desacuerdo con ese giro a la derecha, Albert Rivera no entró en razones y el resultado todos lo sabemos.
Ciudadanos sin rumbo claro
Ahora la formación naranja, inmersa en un proceso interno pero liderada en estos momentos por Inés Arrimadas, sigue fielmente los pasos de Rivera y solo mira a la derecha. Es más, quiere presentarse en ciertos sitios incluso directamente en coalición con el PP. ¿De verdad cree que en su situación actual, con esa caída, si se presenta con el PP este le va a tratar de igual a igual y no le va a acabar simplemente absorbiendo?
Y mientras, la silla del centro, ese espacio donde se encuentra una gran parte de los españoles, sigue ahí, sin que nadie la use. Ciudadanos estuvo a punto de sacar partido a ese espacio político, y ahora, con estas actitudes, va más cerca de convertirse en una inexistente UPyD si nadie rectifica el rumbo.
Así las cosas, en política cada uno está en su propia guerra, y a falta de generar otros contenidos que mantengan alerta al televidente, oyente o lector, los medios han encontrado su chollo en el coronavirus.
Informar sin alarmar
Evidentemente no quiero menospreciar los problemas que éste pueda generar, y por supuesto doy por hecho que las autoridades sanitarias hacen el trabajo que tienen que hacer, garantizándose con todas las pruebas necesarias cualquier posible muestra de infección, pero crear alarma social, innecesariamente, es algo, al menos para mi forma de verlo, bastante despreciable.
El jefe de la Unidad de Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona, Antoni Trilla, decía en una entrevista que “el bosque está prendido en China, y aquí apagaremos la chispa si llega”. Realmente hay en la actualidad, fuera de China, 132 casos de contagio confirmados en todo el mundo, y es una enfermedad que tiene una tasa de mortalidad muy baja, entre el 2 y 3%, a pesar del desconocimiento actual de su cura.
Que hay que comunicar a la población lo que ocurre en el mundo creo que es obvio, ¿pero de verdad es necesario acudir con una unidad móvil a la puerta de un hospital cada vez que se realiza una prueba sanitaria para descartar en alguien el que pueda estar infectado?
Los oportunistas
Con tanta portada de prensa o de informativos televisivos, machacando constantemente con el tema, lo que se consigue es que hagan su ´agosto` los oportunistas, aquellos que aprovechan cualquier situación de pánico para vender milagros (algo cada día más fácil gracias a internet).
También las ya famosas fake news (o noticias falsas) que algunos indeseables hacen correr por las redes sociales, desinformando por obtener un simple me gusta que ni siquiera es canjeable por algo, salvo por el ego personal.
Por poner solo dos ejemplos, en Twitter se compartió 10.000 veces y tuvo 23.000 me gusta un mensaje de alguien maleducado y cínico que afirmaba estar confirmado que el coronavirus se había producido por tomar sopa de murciélago, algo que desmiente la OMS. Mientras, otro difundía los casos de personas infectadas en Madrid, Barcelona y Valencia, cuando al cierre de esta edición no existe infectado alguno en la península.