Altea vuelve a ilusionarse con el fútbol esta temporada, en la que su equipo, tras un periodo de transición y una profunda renovación de la plantilla, vuelve a asomarse a los puestos de honor de la clasificación con la aspiración de atrapar una de las dos plazas que le den opción a disputar la promoción a Preferente.
Gran parte de culpa de este renacimiento del fútbol local lo tiene el entrenador de la UD Altea, Diego Mulet, que llegó al club rojigualdo el pasado mes de junio con el reto de trazar una hoja de ruta a medio plazo que, sin embargo, va más rápido de lo esperado.
A pesar de que el nuevo año no ha comenzado como el técnico y los aficionados esperaban, el Altea se mantiene en la zona noble del grupo VII de Primera Regional, muy cerca de la segunda plaza, aunque la primera, en propiedad del Calpe, parece ya demasiado lejana.
«Hemos conformado un bloque con gente de la cantera y el pueblo» D. Mulet
Un hombre de club
Mulet, de 49 años, cuenta con una dilatada trayectoria en los banquillos del fútbol modesto de la comarca. Alteano de nacimiento, el técnico, que ya fue jugador de la UD Altea, decidió tomar las riendas del equipo en el pasado mes de junio con dos grandes objetivos por delante.
“Cuando llegué, solo había seis jugadores. Me propuse recuperar a todos esos futbolistas del pueblo que estaban desperdigados por la comarca. El 70% de la plantilla es de aquí. Además, contamos con mucha gente joven que viene del juvenil. Hemos hecho un bloque alteano y eso siempre te da un plus”, señala Mulet, quien precisa, sin embargo, que en su equipo “todos los jugadores, aunque sean de fuera, lo dan todo por el club”.
El excelente arranque de la UD Altea en la competición hizo elevar el objetivo por encima de sus posibilidades reales. El entrenador recuerda que en el club nadie cobra y que se tienen que hacer piruetas mes a mes para sufragar gastos. “De todas formas, en ningún caso el planteamiento de salida era ascender. Lo que pretendemos es estar ahí arriba y tener opciones hasta el final”, explica Mulet, quien añade que la experiencia competitiva acumulada durante esta temporada puede ser beneficiosa para el futuro.
«Las nuevas generaciones quieren ir muy deprisa y hay que tener más paciencia» D. Mulet
Proyecto a largo plazo
“Esto es un proyecto, si no se rompe, a largo plazo. Tenemos muchos jugadores de los años 1999 y 2000”, apunta. Otro de los factores en los que la UD Altea de esta temporada quiere ser diferente con respecto al pasado, es en el hecho de abrir las puertas del primer equipo a los chicos formados en su cantera.
“Tengo tres juveniles que han subido al primer equipo y que están disputando muchos minutos”, señala el entrenador alteano, quien pide, sin embargo, más paciencia y humildad a las nuevas generaciones, a las que ve con demasiada “prisa” por llegar. “Mucha gente tira la toalla enseguida. Llevo once años entrenando y desde entonces el futbolista ha cambiado mucho”, señala Mulet, al que sus primeros éxitos en el banquillo le llegaron en La Nucía, el equipo dominante en la actualidad en la comarca, al que sacó de las categorías regionales.
Entrenar en casa
Mulet trabaja como técnico del área de Educación del ayuntamiento de Altea y se siente alteano por los cuatro costados. Sin embargo, y desde su experiencia en otros equipos de la comarca, reconoce que entrenar al equipo del pueblo es “diferente para lo bueno y para lo malo”.
“Si la cosa va bien, como al principio, da gusto salir. Pero si pierdes…”, bromea Mulet. “De todas formas, yo suelo pensar solo en el ahora. Y me hace mucha ilusión poder entrenar aquí. No me dio miedo la situación”, señala el preparador, cuya labor en el club, junto a la del resto de su cuerpo técnico, formado por Jaime Borja, su segundo; el delegado, Vicente Gualde, y Selina, fisioterapeuta; va mucho más allá de su cometido inicial.
“Aquí todos hacemos de todo”, señala. Mulet asegura que se siente cómodo en el rol de técnico de un equipo modesto, donde el fútbol es más puro al no estar viciado y no ser profesional. “Yo me siento entrenador de los pobres. Nunca me han faltado equipos, algunos de superior categoría, pero siempre me he movido por otras cosas, como sentirme realmente a gusto donde estoy”, asegura el preparador alteano.
Alta exigencia
Pero esa modestia no debe confundirse en ningún caso con complacencia o falta de exigencia en el entrenamiento. “Yo entiendo la situación de los chicos, que vienen de estudiar o de trabajar, pero si estamos aquí tres días a la semana es para dar lo máximo e intentar hacernos mejores los unos a los otros. La exigencia hay que mantenerla siempre. Yo siempre les digo que, para mí, los mejores jugadores de la categoría son ellos”, asevera el alteano.
“Durante la primera vuelta han jugado todos y hemos repartido bastante los minutos. Pero en la segunda voy a mirar un poco más en beneficio de lo que puede ser mejor para el equipo en busca de resultados”, explica Mulet, quien desvela que no es sencillo para un jugador que entrena como el que más y no cobra, no tener la oportunidad de participar con el equipo los domingos. “Es algo que hay que llevar con mucho tacto”, confiesa.
«Creo que falta más comunicación entre el Ayuntamiento y los clubes» D. Mulet
El valor de la paciencia
“Tenemos que tener paciencia y hacer las cosas bien para recoger los frutos. Hay que trabajar mucho con la cantera, aunque no es fácil, porque los chicos cada vez tienen más alternativas de ocio y deporte y nuestra localidad llega para lo que llega”, argumenta el técnico.
“La Nucía vive ahora un boom y está captando a todos los niños que destacan de la comarca. Está a otro nivel, pero nosotros tenemos capacidad, como mínimo, para competir en Regional Preferente sin problemas”, señala el entrenador, quien lamenta que en Altea “se podrían hacer muchas más cosas de las que se hacen en materia deportiva”.
“Creo que falta más comunicación entre el Ayuntamiento y los clubes”, añade el entrenador. De lo que sí está plenamente satisfecho Diego Mulet es de la respuesta de la afición alteana, que nunca abandona a su equipo, si bien admite que le gustaría más que los partidos como local se disputaran los domingos en horario vespertino.