Entrevista > Pablo Cantó Martínez / Piloto de rallys (2-julio-1987)
Pablo Cantó Martínez ya puede presumir de haber sobrevivido a la aventura de su vida. Recién llegado del nuevo Dakar, el empresario de Dolores relata lo que ha sido su experiencia en el rally más duro y exigente del planeta. Con apenas siete meses de entrenamiento, Pablo Cantó logró concluir la prueba en la 52ª posición, aunque más allá del puesto queda para siempre la experiencia vivida.
Además, junto a su copiloto, Ariel Jatón, protagonizó uno de los actos heroicos de la prueba al rescatar a una motorista sudafricana que se había perdido. Ya en casa, y aún fatigado por el enorme desgaste físico y mental, piensa en volver. Aunque con algo más de colaboración económica, ya que esta aventura se la ha autofinanciado.
Ahora que ya han pasado unos días, ¿qué balance hace de su primer Dakar?
Alucinante. Esto era algo completamente nuevo para mí, aunque no para el equipo. Yo apenas tenía como bagaje una prueba del Campeonato de España de todoterrenos. Pero esto ha sido tremendo.
«El único objetivo de este año era finalizar la prueba»
Acabó la carrera, que no es poco. ¿Está satisfecho del resultado?
Sí, claro. Estamos muy contentos. El Dakar es el rally más duro del mundo y hay que tener una buena preparación física y mental para finalizarlo. Nuestra estrategia era terminar la prueba.
Hemos intentado superarnos en cada etapa y llegar al final de cada día con el coche en las mejores condiciones. Creo que empezamos 83 coches y acabamos en el puesto 52. La verdad es que para nosotros el puesto final era lo de menos; la medalla de ‘finisher’ es igual para el cuarto que para el que queda 83º.
«El Dakar te pone al mismo nivel que los profesionales en muchas cosas»
Era la primera edición en la que el rally se disputaba en Asia, ¿cómo ha sido competir en Arabia Saudí?
Personalmente creo que ha sido muy positivo para la carrera. Al ser un recorrido nuevo, nadie sabía lo que se iba a encontrar. Todo era nuevo y eso es algo que nivela y equilibra las fuerzas entre los profesionales y los amateurs.
Tengo que decir que la organización del país ha sido fantástica y que es un lugar con un potencial enorme para acoger más pruebas en los próximos años. Es verdad que no había tanta gente como en Sudamérica, pero estoy convencido de que la expectación irá subiendo en los próximos años.
«La seguridad era máxima. En una de las etapas vimos misiles antiaéreos»
Hubo un momento de tensión política en la zona tras un incidente entre Irán y Estados Unidos. ¿Afectó en algo a la carrera?
Cuando estás en la carrera bastante tienes con lo tuyo, pero notaba que había un despliegue de seguridad importante. Es verdad que una etapa, que pasaba cerca de la frontera con Iraq, la hicimos rodeados de misiles antiaéreos, pero más allá de eso, nada. La seguridad era impresionante.
Usted es, sobre todo, un aficionado al automovilismo. ¿Cómo ha llevado eso de convivir y competir día a día con grandes mitos de este deporte?
En realidad, hay dos carreras, la de los profesionales, que realizan los mejores tiempos, y la otra. Lo que es verdad es que el Dakar te pone al mismo nivel en otras cosas. Comemos juntos, cenamos juntos y hasta dormimos juntos. Te das cuenta de que, pese a ser muy grandes, todos somos mortales. Es la magia del Dakar, que hace que todos estemos al mismo nivel. Te pone los pies en el suelo.
«Durante una hora estuve delante de Fernando Alonso, eso no me lo quita nadie»
Tuvo la oportunidad de estar muy cerca de Fernando Alonso…
Sí, en un punto en el que paramos estuvimos con él. Llegamos incluso a ir delante de él durante una hora. Le pude aguantar ese tiempo. Eso que me llevo, aunque evidentemente competir con él no era mi carrera. Lo que ha hecho Fernando es impresionante. A pesar del poco tiempo de adaptación, logró quedar segundo en una etapa. Es tremendo.
Esta edición era la primera del francés David Castera como director de la prueba. ¿Qué le ha parecido su gestión?
Me ha parecido que ha tomado algunas medidas muy acertadas para hacer la prueba más competitiva y que no se note tanto la diferencia con los profesionales. Por ejemplo, el ‘Road Book’ se ha facilitado a todos los equipos un día antes, en las mismas condiciones.
Antes, los equipos más poderosos y con más medios podían estudiar mejor el recorrido. Ahora estamos casi igual. Eso ha provocado que pilotos de grandes equipos se hayan perdido. Algo está cambiando.
«Esta prueba no es solo el recorrido, es todo lo que lo rodea»
Parece una vuelta a los orígenes, a una prueba más justa.
Eso creo yo. Si igualas las condiciones es mejor para todos y, sobre todo, para el espectáculo. Por ejemplo, en la etapa maratón nadie podía salir del campamento. Eso de irse a un hotel a dormir, como hacían los equipos más poderosos, ya no se puede hacer. Todos a dormir juntos en unas carpas con camas. Todos con las mismas duchas y los mismos baños. A mí me gusta más así, porque el Dakar no es solo una carrera, sino todo lo que le rodea.
Desgraciadamente, en esta edición hubo que lamentar la muerte en un accidente de un piloto portugués. ¿Cómo se vive desde dentro esta desgracia?
Nosotros nos enteramos cuando acabamos la etapa, que es cuando sueles tener cobertura en el móvil. Cuando llega la noticia lo primero que haces es reflexionar sobre la carrera y pensar que perfectamente podías haber sido tú el que sufra el accidente. Enseguida piensas en la familia, padres, madres e hijos y en cómo lo estarán pasando. Lo primero que hice fue llamar a mi madre y a mi mujer para tranquilizarlas.
¿Hubo algún momento complicado?
Sí, estuvimos a punto de tener un accidente adelantando en un plató. Nos salimos a 147 por hora y nos comimos el único corte de tierra. Fue un momento duro y a punto de tocar el botón rojo que te deja eliminado y que supone el fin del sueño.
Mucha gente suele hablar de su primera aventura en el Dakar como una especie de viaje místico y espiritual, algo que va más allá de lo deportivo. ¿Le ha pasado lo mismo?
Algo de eso hay, aunque yo ya me encontré a mí mismo hace tiempo. Valoras todas las cosas que tienes en casa. Lo que es cierto es que la gente como nosotros, que no dependemos de marcas y patrocinadores, porque todo nos lo pagamos, tenemos una ventaja sobre los demás.
Y es que no tenemos que rendirle cuentas a nadie, escuderías o sponsors. Si abandono es porque quiero y si sigo es porque me veo bien. Lo hago por mí mismo y eso te ayuda a conocer tus límites.
«Este año me lo he financiado todo yo, pero me gustaría tener ayuda en el futuro»
Y ahora que ha cumplido su sueño, ¿piensa repetir o se plantea algún nuevo reto?
En cuanto cruzas la línea de meta del Dakar ya estás pensando en volver el año que viene. Para estar en esta prueba tienes que tener mucha afición y estar un poco mal de la cabeza. Este año me lo he financiado todo yo porque quería vivir esta experiencia personal, pero para el que viene me gustaría contar con algo más de ayuda.
¿Qué necesitaría para el año que viene?
Mejorar la preparación física, porque estamos muy contentos con el coche que tememos y con el equipo Jatón Racing, que tiene mucha experiencia en este tipo de competiciones. Encontrar algo más de ayudas y a partir de ahí, lo que surja. Quizás en una nueva modalidad, en solitario. Si encuentro financiación sería un buen objetivo.