El amor, el sufrimiento o la muerte, son temas universales que el actor José Sacristán está llevando de gira con su obra de teatro ‘Señora de rojo sobre fondo gris’, basada en la novela homónima de Miguel Delibes.
En ella, un veterano pintor lleva tiempo sumido en una crisis creativa desde que falleció su mujer, provocándole una parálisis en su pintura. En este estado de ansiedad, recuerda los años felices vividos junto a ella y la aparición de una enfermedad que le condujo a una muerte inesperada a los 48 años de edad.
Es 1975, la hija mayor de ambos está encarcelada por sus actividades políticas y es en esas fechas cuando surgen los primeros síntomas de la enfermedad de su madre, que la hija vivirá desde dentro de la prisión. Otro recuerdo permanente en la vida de su padre, que también ahora revive.
Muerte y dramatismo
El escritor vallisoletano publicó en 1991 este íntimo relato escrito a raíz del profundo dolor que le dejó la muerte de su esposa, la mujer que le inclinó hacia la literatura y fue su inseparable compañera desde que se conocieron muy jóvenes, hasta su inesperado y trágico final. A través de un hondo monólogo, el personaje va hilando sus recuerdos en torno al amor y al dolor de su pérdida.
La función, que traerá a Sacristán al Teatro Cervantes el próximo 16 de febrero, y que le mantendrá ocupado hasta el próximo año por buena parte de la geografía española, viene precedida de un gran éxito y ha logrado algo tan complicado como es poner de acuerdo por igual tanto a público como a crítica.
Homenaje al amigo
El actor, con más de cien películas en su haber, un largo recorrido por el teatro, e incursiones en la ficción televisiva y espectáculos musicales, ha alcanzado la cumbre interpretativa con un monólogo que encierra una gran carga emotiva y que le sirve para homenajear a su amigo Miguel Delibes.
AQUÍ en Petrer hemos tenido la oportunidad de conversar con el propio José Sacristán para que nos explique algunas de las claves del éxito de la obra.
«Si se supiera dónde está la clave del éxito, no habría fracasos»
‘Señora de rojo sobre fondo gris’ trata temas como el amor o el sufrimiento, ¿quizá radique ahí la clave de su éxito, que son temas comunes al ser humano?
La clave del éxito nunca se sabe dónde está, si se supiera no habría fracasos de ningún tipo. En este caso, sí que es cierto que se manejan unos materiales dramáticos de primera mano, apelando a los sentimientos básicos del ser humano como es el amor, la muerte y la vida, todos ellos tratados por el genio de Miguel Delibes. Partimos de ahí, y yo soy el vehículo de sus sentimientos.
Es una obra con la que llevamos un año de representaciones, contando con el favor del público y comentarios críticos formidables.
«Fueron los hijos de Delibes los que nos dieron no solo la autorización, sino también su aplauso»
Delibes era bastante reacio a adaptar su obra, incluso poco antes de su muerte hubo una tentativa para hacerlo pero no fructificó, ¿cómo se logró, casi diez años después de su fallecimiento, llevarla a escena?
A través de sus hijos, porque él nunca quiso. Como mucho, consintió que yo hiciese una lectura dramatizada dos años antes de morir él. Hemos conseguido llevarla a escena a través de una adaptación realizada con mi amigo ya fallecido José Sámano [director de la obra], y yo. Fueron sus hijos los que nos dieron no solo la autorización, sino también su aplauso.
«Estoy rindiendo homenaje a alguien a quien admiré muchísimo, como escritor y como ser humano»
Debe ser una gran responsabilidad meterse en la piel de un personaje que, por el trasfondo que tuvo, tanto significó para Delibes
Sí, es por un lado delicado, pero muy apasionante y gratificante para un actor. Para mí concretamente tiene un valor añadido, como actor es un personaje maravilloso. Yo conocí a Miguel Delibes, incluso fuimos amigos, así que estoy rindiendo un homenaje a alguien a quien admiré muchísimo, no solo como escritor, sino como ser humano.
En la obra se juntan dos cosas realmente formidables de enfrentar, aunque se hagan desde el dolor de la pérdida. Pero la función habla de cómo la memoria del amor es capaz de resistir o vencer a la muerte.
«El tránsito que atravieso con ‘Señora de rojo’ es doloroso pero esperanzador»
Habrá sido agotador meterse en la piel de un personaje sumido en el dolor de haber perdido a su esposa, uno de los pilares de su vida. ¿Quién sale más afectado del teatro, usted o el público?
No es agotador, al contrario, da energía. A la salida del teatro compruebo con el público el tránsito por el que hemos pasado a lo largo de esta hora y media. Es un tránsito doloroso, pero esperanzador, predomina por encima de todo la memoria del amor, que puede con todo.
Existe una dicotomía entre el dolor por la pérdida y la alegría por haber conocido a esa persona…
Así es la vida, cuando más se quiere a una persona, más se sufre cuando se pierde.
Es su primer monólogo, ¿es más complicado para usted enfrentarse a la soledad de un escenario o interactuar con otros intérpretes?
Complicado no sé si es la palabra, lo importante para un actor es el personaje y la historia que cuenta, y este personaje y esta historia son magníficos. Cuando se interactúa con otros compañeros es simplemente distinto, es otra cosa, al menos para mí.
Esta obra le mantendrá ocupado todo este año y parte del próximo, en el que tiene en mente llevarla a Buenos Aires. ¿Le queda tiempo para otros proyectos?
No, estamos en 2020 y no ha llegado aún 2021, vamos a dejar pasar el tiempo a ver qué pasa. Pienso dar a ‘Señora de rojo’ todo el tiempo que necesite.
«Ojalá funcione el gobierno de coalición, pero se han cometido errores muy serios que espero que no se repitan»
Usted siempre se ha significado como un hombre de izquierdas, ¿cómo ve el actual gobierno de coalición?
Ojalá funcione, yo les deseo lo mejor, han cometido muy serios errores porque esto debió de arreglarse muchísimo antes y no se ha arreglado por cosas que son total y absolutamente injustificables.
Pero estamos aquí, vamos a tirar para adelante, porque con una derecha como la que tenemos hay que atarse los machos y trabajar en equipo. Yo les concedo toda la confianza del mundo, pero los errores que se han cometido son gordísimos, confío en que no vuelvan a darse.
Un problema ahora mismo es la situación en Cataluña
No, eso no es un problema, es un conflicto gordo.
Sin embargo, usted siempre ha tenido la suerte de convencer a gente de derechas y de izquierdas
Sí, es cierto, reconozco que cuento con su fidelidad. Tengo amigos y gente de derechas que me manifiestan su aprobación. Tiene que haber derechas e izquierdas, aunque otra cosa es la derecha siniestra que tenemos.
Seis décadas en el mundo de la interpretación le han dado para conocer a infinidad de actores y directores españoles, ¿quién le ha dejado una mayor huella?
Sin ningún género de dudas, Fernando Fernán Gómez, no hace falta dar más nombres. Luego, en lo personal, con quien más amistad he tenido ha sido con Alfredo Landa.
«Cuanta mayor formación se tenga mejor, pero luego otra cosa es que se tenga talento»
Cuando empezó a actuar no tuvo la posibilidad formarse en una escuela de interpretación, ¿cómo ve que haya ahora tantas opciones para un actor?
Yo era totalmente autodidacta, al igual que lo éramos todos en aquélla época, aprendíamos sobre la marcha. Me parece muy bien la formación que hay hoy en día, siempre y cuando caigan en manos de gente autorizada, porque en esta disciplina hay mucho impresentable, que tengan cuidado con eso.
Esta profesión se aprende, pero no hay quien la enseñe, esto es otra cosa. Soy partidario de que cuanta mayor formación tengan, mejor, luego otra cosa es que tengan el talento. No todo el mundo vale y esto no te lo enseñan en una academia, si no tienes lo que hay que tener no sirve de nada.
Usted ha venido en numerosas ocasiones a la provincia de Alicante con sus funciones de teatro, ¿qué destacaría del público alicantino?
Para mí no hay diferencias. Dependiendo de la función que tú propongas, el público responde de una manera u otra, pero para mí el público es exactamente igual en todos los lados.