Entrevista > Ángel Nadal / Catedrático de Fisiología en la UMH. Doctor en ciencias químicas (Alicante, 27-septiembre-1966)
En el Instituto de Investigación, Desarrollo e Innovación en Biotecnología Sanitaria de Elche (IDiBE-UMH), al que pertenece Ángel Nadal, trabajan en diferentes estudios para entender el papel de la interacción entre los genes y el ambiente en la etiología de la Diabetes Mellitus.
El concepto de ambiente es muy amplio y engloba entre otros factores la exposición a contaminantes ambientales. Nuestra alimentación también influye en el funcionamiento de cada una de las células de nuestro organismo. Una buena alimentación y una adecuada actividad física nos previene de muchas enfermedades, incluyendo la diabetes de tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares.
¿Qué relación tiene la biología molecular con nuestro tipo de vida?
La biología molecular es una parte de la biología que estudia el funcionamiento de los procesos que ocurren en las células y en los seres vivos en función de sus componentes moleculares. Intenta explicar cómo funciona la vida de una manera reduccionista, según la interacción de las moléculas que componen una célula.
«No hay ninguna duda de que la química nos ha ayudado a tener una alta esperanza y calidad de vida»
Cada vez aparecen más noticias sobre agentes contaminantes en utensilios que usamos a diario en nuestras casas. ¿Qué riesgo corremos?
Es un tema que se presta a muchas y variadas interpretaciones por parte de muchas personas, incluso algunas que, sin conocer bien el tema, opinan. Esto genera confusión y, en ocasiones, alarma y, a veces, todo lo contrario. La sociedad está prácticamente dividida entre aquellos que piensan que la química es mala y que todo está mal regulado y los que creen que toda química es buena y no pasa absolutamente nada y todo está perfectamente regulado.
No hay ninguna duda de que la química nos ha ayudado a tener una alta esperanza y calidad de vida. Ahora, cualquier químico sabe que tenemos que pagar un peaje por este desarrollo en forma de contaminación. Tanto la fabricación de sustancias químicas, como su uso y su eliminación, sea en la industria alimentaria o en otras, terminan afectando a nuestro ambiente y a nuestra salud. Nosotros trabajamos para minimizar este peaje.
¿Qué dicen las normas europeas?
En la Unión Europea existen normativas adecuadas para regular lo que llega a nuestras casas, probablemente las más estrictas del mundo, pero esto no quiere decir que no se puedan mejorar. En este momento, la Comisión Europea está desarrollando una estrategia para los disruptores endocrinos (sustancias químicas capaces de alterar el sistema hormonal), para fijar los criterios de identificación en los diferentes sectores del mercado: juguetes, material en contacto con comida, cosméticos, etc…
Esto quiere decir que se va por el buen camino, pero también quiere decir que hasta ahora no hemos tenido una identificación de estos compuestos y, de hecho, todavía no la tenemos. Nos queda mucho por hacer.
¿Qué sustancias puede haber en el ambiente de esta zona que nos perjudiquen?
Existen suficientes evidencias de que determinados compuestos son dañinos para la salud. Por ejemplo, el bisfenol-A, componente de muchos plásticos, actúa a dosis bajas y aumenta la predisposición a determinadas enfermedades. No las causa, pero aumenta nuestra probabilidad de tenerlas. Ahora se ha sustituido por el bisfenol-S o el bisfenol-F que son muy parecidos químicamente y al parecer con el mismo mal resultado.
En general, los disruptores endocrinos, incluyendo algunos herbicidas como la atrazina (prohibida en la Unión Europea) nos son buenos. Por eso, hay que identificar qué sustancias son disruptores endocrinos, actúan a dosis muy bajas y particularmente durante el desarrollo.
¿Hay algún compuesto que preocupe especialmente?
Ahora hay mucha preocupación por los compuestos perfluorados, PFOA y PFOS. Son antiadherentes y hasta hace poco estaban en las sartenes y se utilizan en tejidos como antimanchas o impermeables.
No se metabolizan y se acumulan en la grasa. Una vez prohibidos, ¿cómo vamos a eliminarlos del ambiente? ¿Y nuestra contaminación interna?
¿Qué solución hay?
Hay que disminuir la exposición lo más posible, pero no podemos vivir sin química, es imposible. Hay que empezar a generar soluciones. Hay que regular e identificar antes de que los compuestos salgan al mercado, incluyendo su actividad como disruptor endocrino.
Hay que fabricar alternativas sostenibles con el medio ambiente y la salud humana. Hay que hacer uso de la química verde, que existe y sería mejor para la salud, el medioambiente y también la economía. Es una manera de innovar y generar riqueza de manera sostenible. Y más economía circular.
«El 30% de los adultos tiene problemas con el metabolismo de la glucosa, una verdadera epidemia»
¿Nuestra genética es un factor determinante para contraer enfermedades que tienen mucho que ver con la alimentación, como la diabetes?
La genética es importante, pero el aumento que ha experimentado en las tres últimas décadas no se explica con la genética, solo con el ambiente. En la actualidad, el estudio Di@betes realizado por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM), nos indica que el porcentaje de diabetes en España es del 13.8%, la mayoría diabetes tipo 2, y que el 30% de los adultos tiene problemas con el metabolismo de la glucosa, una verdadera epidemia.
«Una parte muy importante del incremento de la diabetes de tipo 2 es debido al aumento de la obesidad»
¿La obesidad también?
Exactamente igual, además una parte muy importante del aumento de la diabetes de tipo 2 es debido al aumento de la obesidad.
¿Puede nuestra dieta afectar a nuestro sistema hormonal?
Por supuesto, el ejemplo típico es el de la sal yodada, que nos previene del hipotiroidismo y que acabó en España con el bocio endémico por carencia de yodo.
Los microplásticos aparecen por todas partes, imagino que también en el ambiente. ¿Qué riesgo tiene ya no solo ambiental, sino para nuestra salud?
Efectivamente, están por todas partes: tierra, mar y aire; microplásticos y nanoplásticos. Todos ellos contienen compuestos disruptores endocrinos como los ftalatos o el bisfenol-A. Por lo tanto, existe una probabilidad de que afecten a nuestra salud además de al medio ambiente.
Es algo que se está estudiando, es muy nuevo y todavía no existen resultados concluyentes, pero llegarán.