Entrevista > José Luis Berenguer / Carnicero (Aspe, 8-enero-1974)
Continuamos recogiendo testimonios de los profesionales de nuestra provincia que siguen al pie de cañón durante esta crisis del COVID-19. Hoy es el turno de los carniceros.
Desde que José Luis era niño trabaja en su carnicería-charcutería familiar de Aspe. “El primer regalo que me hizo mi padre fue un cuchillo para cortar carne. Llevo ya más de 30 años en el negocio, pero nunca había vivido una semana como ésta” nos asegura.
¿Cómo están siendo estos días en la carnicería?
Una auténtica locura, la gente está comprando sin cabeza. No miran el precio o el género, directamente se lanzan a comprar como si fuera una guerra o no hubiera un mañana.
Estamos agotados. Mi carnicería es un pequeño negocio de pueblo que normalmente solo lo llevamos mi esposa y yo. Si acaso a veces mi padre también nos echa una mano. Con esta situación estamos hechos polvo, echando 20 horas al día. Supongo que una empresa grande tendrá más recursos, pero a nosotros nos está costando la vida trabajar así.
«Ahora tenemos el doble o el triple de clientes cada día»
¿Por cuánto se han multiplicado tus clientes?
Te diría que más del doble o incluso el triple. Por un lado tengo que atender a mis clientes tradicionales con mucha más atención porque son los míos de toda la vida, y por supuesto si tengo género limitado ellos son los primeros. Pero por otro lado tampoco puedo descuidar a los que me están viniendo de fuera. Al final quieres atender a todos, pero no llegas. Por eso estamos tan cansados tanto física como mentalmente.
«Las empresas proveedoras están desbordadas, nos están dando menos género del que les estamos pidiendo»
¿Habéis dado la posibilidad de que los clientes pidan citas?
Sí, hemos dado un WhatsApp (627269481) y un teléfono (965491486) para que los clientes puedan encargarnos sus pedidos y nosotros avisarles cuando estén listos para que vengan a recogerlos.
Ahora mismo a veces nos ocurre que los clientes vienen sin avisar y ya tenemos las cámaras vacías. El sábado pasado a las dos de la tarde ya no nos quedaba absolutamente nada, yo eso no lo había visto en mi vida. Así que es mejor que nos lo pidan desde sus casas para que no tengan que venir en balde.
El problema es que tanta demanda está sobrepasando a las empresas proveedoras. Nos están surtiendo casi como si fueran cartillas de racionamiento. Por ejemplo les pido diez cajas de pollos y me dicen que solo pueden traerme tres. Y así con todo. Están totalmente desbordadas.
¿Cómo reaccionan los clientes cuando llegan y ya no os queda carne?
En este aspecto estoy muy contento con ellos. Están sabiendo ser pacientes y entendiendo que la situación es extraordinaria.
¿Habéis cambiado los horarios?
Todos los negocios de Aspe estamos cerrando una hora antes por la tarde, al igual que en otras localidades, como medida de seguridad para que la gente esté menos en la calle. Abrimos a diario de 8:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas, y los sábados solo por la mañana.
Eso sí, normalmente acostumbramos a librar los miércoles, pero éste último me tocó abrir y probablemente el que viene también.
¿Qué medidas de seguridad estáis tomando para evitar el contagio?
Llevamos siempre mascarilla y guantes puestos. Evidentemente no podemos ponernos grandes trajes encima porque entonces no podríamos trabajar.
En la carnicería siempre hay un máximo de dos clientes, a más de un metro de distancia. A veces se nos forma una cola de hasta trece o catorce personas fuera del negocio, pero nosotros somos bastante rápidos despachando.
Cada día durante esta cuarentena del coronavirus en AQUÍ Medios de Comunicación seguiremos entrevistando a un trabajador de un sector laboral distinto.
Veterinario Rafael Fernández:
https://aquimediosdecomunicacion.com/blog/2020/03/18/acudir-al-veterinario-es-una-razon-totalmente-justificada-para-salir-a-la-calle/
Músico Juanjo Noguera:
https://aquimediosdecomunicacion.com/blog/2020/03/19/la-musica-es-la-mejor-chispa-para-sobrellevar-el-confinamiento/
Enfermero Vicente Buades:
https://aquimediosdecomunicacion.com/blog/2020/03/20/corremos-el-riesgo-de-que-las-demas-enfermedades-tambien-aumenten/