Entrevista > José Plaza / Concejal de Hacienda de l’Alfàs del Pi (l’Alfàs del Pi, 8-junio-1987)
En la administración pública, como en todos los sectores laborales, hay funciones más agradecidas que otras. Ámbitos más amables y otros, igual o incluso más importantes, que tienen una connotación menos amistosa para la mayoría. Cuando hablamos de Hacienda, a la mayoría de nosotros nos recorre un escalofrío de pies a cabeza pensando en recaudaciones, impuestos, tributos y, en definitiva, abrir la cartera.
Sin embargo, basta con echar un vistazo a nuestro alrededor para darnos cuenta de la importancia que unas cuentas públicas saneadas y bien administradas tienen en nuestro día a día. Infraestructuras básicas, sanidad, educación, ayudas a colectivos desfavorecidos, políticas de empleo, instalaciones deportivas, parques, alumbrado público, servicios de todo tipo… básicamente, todo cuesta dinero y todo ese coste se distribuye desde esa área, a veces gris, de Hacienda.
Pasión e ilusión
Probablemente, nadie lo expresó mejor que James Carville, uno de los principales estrategas de la campaña que llevó a Bill Clinton a la presidencia de los Estados Unidos en 1992, con su legendario ‘It’s the economy, stupid’, un axioma en el que se basó la campaña del entonces gobernador de Arkansas para llegar a la Casa Blanca.
En l’Alfàs del Pi, en su primera legislatura como concejal, José Plaza tiene la responsabilidad de llevar adelante las áreas de Hacienda y Contratación. ¿Labor gris? Puede que esa sea la impresión para la mayoría, pero no para él, que habla con pasión e ilusión de la tarea que el alcalde, Vicente Arques, le ha encomendado.
Después de dos años con presupuestos prorrogados, han aprobado nuevas cuentas para 2020. ¿Considera que esos dos ejercicios con la economía heredada han sido negativos para el día a día de los alfasinos?
En primer lugar, debo dejar claro que tener los presupuestos prorrogados es algo absolutamente lícito y bastante más normal de lo que se piensa. En este caso, creo que si nos ceñimos al día a día podemos decir que esos presupuestos le han venido bien al Ayuntamiento. El motivo es sencillo: en 2018, que fue el primer año que se prorrogaron las cuentas, teníamos el problema de que el INE nos había dado el padrón municipal por debajo de los 20.000 habitantes.
Eso significaba que recibiésemos menos transferencias desde el Estado. Ese tiempo se aprovechó para presentar el contencioso y, a la vez, realizar una fuerte campaña de fomento del empadronamiento que en 2019 dio como resultado salvar esa barrera de los 20.000 habitantes. Por todo ello, era mejor mantenerlos prorrogados esos dos años y tener un nivel presupuestario de 20 millones de euros, que aceptar esas cifras de habitantes con lo que eso significaba en cuanto a bajada de recursos.
«La infrafinanciación de la Comunitat Valenciana afecta al flujo de caja del Ayuntamiento»
El hecho de que el propio Gobierno de España también esté funcionando con presupuestos prorrogados desde la época del ministro Montoro, ¿hacía también más complicada la elaboración de unas cuentas municipales actualizadas?
Sí, sobre todo porque al estar, como dices, prorrogados los presupuestos nacionales, tampoco se actualiza la financiación a la Comunitat Valenciana, que, a su vez, nos subvenciona a nosotros. Ese famoso problema que Ximo Puig está reivindicando nos viene fatal porque las subvenciones de la Generalitat tardan en llegarnos y eso nos genera problemas.
«Los presupuestos prorrogados del Estado no nos limitan a nivel local»
Por aclarar esta cuestión. ¿Se puede concretar en qué perjudica esa infrafinanciación autonómica al día a día de un ciudadano de l’Alfàs?
No creo que sea algo que se note en el día a día. Lo que genera, en todo caso, es un problema de tesorería ya que, al demorarse los plazos de la llegada del dinero de la Generalitat, en ocasiones podemos no tener la tesorería para tener un flujo de caja dinámico. Pero en lo relativo al día a día, el presupuesto es el que hay y todo lo contemplado en él se puede hacer.
Es decir, que en ningún caso, a día de hoy, hablamos de que esa infrafinanciación esté impidiendo pasar de los 24,3 millones de presupuesto planteados para 2020 a una cantidad más elevada.
No, no limita el presupuesto. Lo que nos limita, en ciertos momentos, es el flujo de caja.
Vuelvo al asunto del padrón que ha mencionado antes. Siempre se explica que los recursos locales se calculan en base a la población de derecho, pero ¿qué afectación directa tiene el número de censados en la economía municipal?
Es algo muy importante. Exponernos a perder, como fue el caso, algo más de 2.000 habitantes suponía dejar de ingresar unos 200 euros por cada uno de ellos en concepto de ayudas del Estado. Con eso, el presupuesto habría bajado cerca de un millón de euros en transferencias del Estado al año.
«Bajar de 20.000 habitantes hubiese supuesto dejar de ingresar cerca de un millón al año»
Además, bajar de la barrera de los 20.000 habitantes supondría no sólo perder los ingresos ‘por cabeza’ que correspondiesen, sino que el municipio recibiría una cuantía menor por cada uno de sus vecinos, ¿es correcto?
Así es. Existen una serie de escalas que establecen esos ingresos en base a los habitantes que se tienen. Además de todo ello, bajar de esos 20.000 habitantes hacía que el Ayuntamiento perdiese el control sobre otra serie de asignaciones que pasarían a depender de administraciones supramunicipales como la Diputación de Alicante.
Volvamos al presupuesto aprobado para 2020. Una de las cosas que más llaman la atención es una previsión de incremento de ingresos de algo más de un 15%. La pregunta es obvia, ¿de dónde va a salir todo ese dinero?
Básicamente, la práctica totalidad de esa cantidad proviene de los fondos EDUSI que nos llegan desde Europa. Son diez millones de euros de los que el 50% llega desde la UE y el otro 50% los pone el Ayuntamiento.
Para 2020 hemos presupuestado 2,4 millones aproximadamente. La subida de ese 15,6% que corresponde tanto a ingresos como a gastos corresponde, por lo tanto, al capítulo de inversiones. Fíjate que el presupuesto sube unos tres millones de euros y 2,4, como ya he dicho, corresponden a esos fondos EDUSI.
Le voy a pedir que, con la cuestión de la EDUSI, haga un poco de pedagogía. ¿Esos cinco millones que debe aportar el Ayuntamiento, salen directamente de las arcas municipales?
No necesariamente. Para justificar ese 50% que aporta el municipio se puede hacer con muchas de las subvenciones que recibimos por parte de la Diputación o de la Generalitat y que se destinan a crear o mantener infraestructuras.
Recientemente hemos estado reunidos con la Diputación para conocer el Plan Planifica, que se engloba distintas infraestructuras para el periodo 2020-2023, y nuestra intención es presentar actuaciones a esa convocatoria para realizar algunas de las obras previstas en la EDUSI.
Cuando se habla de Hacienda a nivel local hay dos impuestos que siempre preocupan de forma especial a los ciudadanos. Uno de ellos es la tasa de basura. Hace pocos meses ustedes aprobaron en pleno una actualización de la misma. ¿En qué consistió?
Básicamente, lo que hemos hecho es igualar la carga de esa tasa para todos los vecinos del municipio. Hasta el año pasado teníamos dos recibos de la basura diferentes. El núcleo urbano de l’Alfàs pagaba una cantidad bastante inferior a lo que se pagaba en l’Albir y las urbanizaciones.
Entendemos que los motivos que llevaron a ese modelo ya no existen y hemos apostado por eliminar esa diferencia de entre 40 y 50 euros que existían entre ambos recibos, ya que pensábamos que era injusto que unos vecinos pagasen más impuestos que otros por un mismo servicio.
«En ningún caso hay una subida del valor impositivo del IBI por parte del Ayuntamiento»
El otro impuesto al que me refería es el IBI. ¿Se ha subido en este 2020?
No. Lo que ha sucedido es una revisión de los valores catastrales del valor de las viviendas. La Oficina del Catastro ha revisado ese concepto y eso ha provocado el incremento del valor de las mismas.
Nosotros no hemos subido la cuantía del gravamen, pero al tener un mayor valor inmobiliario sí es cierto que el recibo será un poco más caro. Pero, insisto, en ningún caso se trata de una subida del valor impositivo por parte del Ayuntamiento.
«Se trabaja para que los residentes extranjeros normalicen su situación y, de esta manera, tengan acceso a servicios como la sanidad»
Una vez aprobado el Brexit y dado que l’Alfàs del Pi cuenta con una importante colonia de residentes británicos, ¿cree que la nueva situación puede perjudicar a la economía local?
El Brexit nos genera una gran oportunidad de, volviendo al tema del que hemos hablado antes, aumentar el padrón municipal. Desde la concejalía de Residentes se está trabajando de forma muy intensa para que la gente normalice su situación y, de esta manera, tenga acceso a servicios como la sanidad y, en el caso concreto de los británicos, que no tengan ningún tipo de problema para cosas tan básicas como poder entrar y salir del país.
Además de Hacienda, lleva también las riendas de Contratación y esta es un área donde sí puede tener más espacio para cambiar y modernizar el funcionamiento local. ¿Cuáles son sus planes al respecto?
En 2017 salió la nueva ley de contratos, que hace que la mayoría de las actuaciones que se realizan desde el Ayuntamiento pasan por contrataciones públicas. Me parece un gran avance en el ámbito de la transparencia y es una gran herramienta para mejorar el ámbito de la contratación.
Esa modernización es algo que me gustaría mucho poder abordar. Quiero que los contratos que se realicen sean rápidos y buenos. Que las empresas puedan presentar mejoras en lugar de ir al precio más económico…
Por favor, explique ese último punto de forma un poco más detallada. ¿Quiere decir que, aunque inicialmente una opción sea más cara que otra, podría elegirse porque, a la larga, aporte más beneficios?
Las contrataciones en el sector público establecen un precio determinado. Por lo tanto, es probable que alguien venga a ofrecer un proyecto por un precio más económico y se le asigne a él porque dé la sensación de ser el más beneficioso. ¿Qué ocurre después? Que puede darse el caso de que los materiales no sean los más adecuados, que los plazos de entrega tampoco lo sean…
Por ello, esta nueva ley marca y permite otra fórmula que consiste en valorar más las mejoras que pueda hacer esa empresa para el municipio. Podemos contratar cualquier obra con un precio justo y lo que estamos intentando ahora desde contratación es que esa misma empresa se comprometa a realizar otra serie de mejoras.
¿Puede poner algún ejemplo concreto?
Ahora mismo estamos obligando a las empresas a acometer actuaciones sostenibles, como la plantación de árboles, para reducir la emisión de carbono. En definitiva, y resumiendo todo lo dicho, no queremos contratar al mejor postor, sino al que ofrezca un mejor servicio global al municipio.
La queja vecinal más recurrente en l’Alfàs del Pi es la referida a la limpieza viaria. ¿Podría ser esta contrata, el día que se renueve, un ejemplo de ese nuevo modelo enfrentado al que sólo busca precio?
No puedo hablar de cómo se realizó esa licitación porque yo no formaba parte del Gobierno municipal en ese momento. Lo que sí puedo decir es que tenemos un proyecto, que hace ya un tiempo se habló con la oposición, para ampliar ese contrato.
Somos conscientes de que el municipio ha crecido y es preciso realizar nuevas actuaciones. Para ello, pensamos que es necesario ampliar ese contrato dentro de las posibilidades que ofrece la ley. Es un proyecto en el que trabajamos a medio plazo.
Antes ha dado una pincelada de cómo se puede apostar por la sostenibilidad desde el área de Hacienda y Contratación. ¿Tener el Parc Natural de la Serra Gelada supone sólo un gasto o es una inversión?
Para nada supone sólo un gasto. Yo echo la vista atrás y recuerdo visitar el faro hace apenas quince años. Ya estaba el camino, pero había una puerta que impedía el acceso al faro y estaba todo echado a perder. El equipo de Gobierno de Vicente Arques consiguió rehabilitar el faro y hacerlo visitable. Desde entonces, la evolución de visitantes ha sido espectacular.
No es algo que redunde de forma directa en las arcas del municipio, pero sí lo hace en la economía local porque genera visitas y, por lo tanto, actividad turística y empleo.
«Los proyectos que más ilusión me hacen son el nuevo vial que conectará l’Albir y las adecuaciones que se van a hacer en los tres colegios»
En breve cumplirá su primer año como edil de Hacienda y Contratación. Sabiendo que los proyectos no los ejecutan sus áreas, pero sí que distribuye los fondos para que sus compañeros los hagan posible, ¿qué actuaciones son las que más ilusión le hacen de cara a los próximos años?
Sobre todo, el nuevo vial que conectará l’Albir. Es un proyecto que va a ayudar a descongestionar mucho el único acceso que tiene esa zona del municipio en la actualidad. Otro proyecto que me gusta mucho son las adecuaciones que se van a hacer en los tres colegios este año a través del Plan Edificant. Va a permitir la creación de una nueva cubierta, la renovación de instalaciones eléctricas y el reacondicionamiento de distintas áreas de los centros educativos.