Altea comienza a ser sinónimo de ciclismo. La localidad se ha convertido en los últimos tiempos en un destino casi obligado para los amantes de la bicicleta en cualquiera de sus dos principales versiones, carretera y montaña.
La celebración en las carreteras alteanas de la etapa reina de la Volta a la Comunitat Valenciana, que culminó en una espectacular ascensión a la Sierra de Bernia; o la Costa Blanca Bike Race (CBBR), prueba por etapas internacional de bicicleta de montaña, además de infinidad de concentraciones de equipos profesionales y presentaciones de productos de ciclismo por parte de multinacionales, confirman a la localidad como el epicentro del mundo del pedal durante el invierno.
«No hay muchos sitios en los que puedas pasar del nivel del mar a cumbres de 800 metros en pocos kilómetros» V. Martínez (Club Ciclista Altea)
Club Ciclista Altea
Mucha parte de mérito la tiene el Club Ciclista Altea, una entidad con más de 40 años de vida que se ha dedicado durante los últimos años a trabajar muy duro por y para el ciclismo y ahora recoge los frutos de su esfuerzo. La unión de fuerzas entre este club, el ayuntamiento de Altea y el sector hostelero, liderado en este caso por el hotel Cap Negret, han conseguido situar a la bella localidad en el objetivo de todos los ciclistas.
“Es evidente que el clima, las rutas y los paisajes hacen mucho. No hay muchos sitios en los que puedas pasar del nivel del mar a cumbres de 800 metros en pocos kilómetros. Pero también ayuda que todos los implicados sumemos. Podemos decir que Altea y La Marina es el epicentro del ciclismo de montaña y carretera en invierno”, valora Vicente Martínez, presidente del Club Ciclista Altea, quien reconoce que la localidad ha sufrido una transformación “abismal” gracias a la promoción de esta actividad. “Antes, los hoteles estaban cerrados en invierno y ahora en enero y febrero están a tope”, señala con orgullo Martínez.
El Club Ciclista Altea es pieza clave en la organización de pruebas profesionales en la zona
Apoyo total
Martínez, que lleva más de 30 años subido en la bicicleta, afirma que su club, formado por unos 60 ciclistas y de los pioneros de la comarca, se ha convertido en un elemento de consulta casi imprescindible para los organizadores de las pruebas, que apelan a la experiencia de los vecinos para sacar el mayor rendimiento a los recorridos. “Nos tienen muy en cuenta. Y eso es de agradecer. La verdad es que estamos encantados en que se apoyen en nosotros”, apostilla.
“El fin del club es hacer cosas para el ciclismo y para el pueblo en general”, explica Martínez, quien vuelve a poner al Cap Negret, sede del pelotón de la CBBR, como ejemplo y referencia de un hotel pensado “por y para el ciclista”. Durante la CBBR, celebrada a finales del mes de enero, el Club Ciclista de Altea realizó una labor encomiable para diseñar nuevos recorridos tras haber quedado destrozados varios de los previstos inicialmente por culpa del temporal. También fue vital la colaboración de los socios de la entidad en la organización de la etapa con salida en el casco antiguo de Altea y final en la cumbre de Sierra Helada.
“Estamos contentos y agradecidos, pero pensamos que podemos ayudar aún más y seguro que el año que viene la colaboración se amplía con la CBBR, porque esta carrera, casi con 900 inscritos, muchos de ellos extranjeros, da la mejor imagen de la comarca. Queremos implicarnos más”, señala Martínez.
Sus miembros ‘descubrieron’ para el pelotón internacional la ascensión a Sierra Bernia
Nueva cumbre para el pelotón
El otro gran golpe del Club Ciclista de Altea tuvo lugar recientemente, con el final de etapa en la Sierra de Bernia, recorrido que le dieron a conocer los ciclistas del club a Ángel Casero, director de la Volta a la Comunitat Valenciana.
“Aprovechamos una de las marchas ciclistas que hacemos, en la que había varios ex corredores profesionales, entre ellos Casero, para hablar de la posibilidad de una etapa en 2021 con final en Bernia. Le dijimos a Casero, que no sabía de qué le hablábamos, que se había asfaltado el tramo final. Quiso verlo y subimos en coche. Quedó impresionado y dijo que tenía que meterlo como sea para este mismo año”, relata emocionado. “No había mucho margen de tiempo, pero entre todos, Ayuntamiento, concejal de Deportes, Medio Ambiente, empresas privadas y nosotros, empujamos y lo conseguimos”, afirma Martínez, quien recuerda con orgullo que su club ayudó a convertir esa etapa “en una fiesta”.
“Logramos que se pusiera un autocar para llevar a la gente a la cima, y con ayuda de patrocinadores montamos un puesto para dar bebidas a los aficionados que subieron andando o en bici. La gente nos abrazaba y nos daba las gracias. Fue muy emocionante ver ese ambientazo. Fue la culminación de muchas horas de trabajo ver esa fiesta de ciclismo del bueno en casa”, argumenta con pasión.
La entidad también realiza una labor social al organizar la limpieza de parajes
Labor social
Pero el Club Ciclista de Altea no solo es una entidad que hace deporte y colabora en la organización de pruebas. Los ciclistas, como no podía ser de otra manera, están muy comprometidos con el medio ambiente. Una de sus iniciativas, que más expectación provocó, fue la de limpiar de basura y escombros la zona del Tossal de Mandem, en la que colaboraron más de 200 personas y varias empresas.
“Recogimos más de diez toneladas de basura gracias a los camiones y las mini excavadoras que nos dejaron. No lo hicimos solo por los aficionados a la bici, sino también por los senderistas o los que hacen rutas a caballo. Lo hicimos por la gente y el pueblo, para que esté lo más bonito y verde posible”, explica Martínez.
Voluntariado solidario
El éxito fue de tal magnitud que tuvo eco en todas las revistas especializadas de ciclismo, y varios municipios vecinos ya han tomado nota de la iniciativa para llevarla a cabo en sus respectivos términos municipales. “La gente nos pregunta cuándo vamos a hacer otra de estas jornadas, porque además de limpiar el medio se pasa un día muy agradable y en un gran ambiente”, apostilla.
Martínez, con un largo pasado vinculado al voluntariado solidario, reitera que el club desea “hacer muchas más cosas”, pero recuerda que cuenta con recursos humanos limitados. “Necesitamos toda la colaboración posible. El esfuerzo debe ser colectivo. Por suerte, en los últimos tiempos hemos podido juntar la parte social con la ayuda empresarial y el compromiso del Ayuntamiento. Y así todo es más fácil”, reseña.
Convivencia
Altea es una localidad abierta a las bicicletas, aunque aún tiene mucho margen de mejora. Existen carriles bici, pero no todo lo cómodos y amplios que desean los ciclistas. “Es evidente que la situación se puede mejorar, pero no es fácil porque aquí chocan intereses contrapuestos. Altea vive también de sus cafeterías, terrazas y comercios”, recuerda el presidente del club alteano.
En este punto, Martínez apela a la empatía para admitir que los ciclistas no siempre son unos vecinos fáciles en el casco urbano. “Hay gente que se agobia con el coche si ve ciclistas. Y también debemos admitir que no todos se comportan como deben”, apunta. Por eso, el Club Ciclista de Altea también colabora facilitando información, sobre todo a los extranjeros, de las normas de circulación de España, diferentes a las de otros países de su entorno.
“No es el mismo código de circulación para las bicicletas en Países Bajos que en España. Además, si queremos ser respetados en la ciudad o la carretera tenemos que ser los primeros en respetar la circulación y ser coherentes en la montaña, donde también hay cazadores o senderistas”, explica Martínez. Precisamente, otro de los aspectos que se cuida mucho en el club es “la comunicación con los cazadores”, ya que de esta manera se evita que ambos colectivos puedan coincidir en una misma zona de montaña.
Ya están trabajando en la segunda edición de la Paraíso Mountain Bike
Próximos retos
El club ya está trabajando en la segunda edición de la Paraíso Mountain Bike, prueba aún pendiente de fecha tras la revolución provocada por el coronavirus, para la que ha confirmado su presencia el célebre Milton Ramos e incluso podría participar Carlos Coloma tras quedar aplazados los Juegos de Tokio, donde tenía que defender la medalla conquistada en Río de Janeiro.
Uno de los sueños del colectivo ciclista es lograr que su medio natural sea escenario de una gran etapa, pero ahora de la Vuelta a España. “En Altea y en La Marina hay un montón de espacios que permanecen secretos y que tienen un potencial enorme. Sería un enorme privilegio poder ayudar a crear una etapa mítica en nuestra tierra”, concluye.