Entrevista > Urbano Serrano Soriano / Ciclista (Petrer, 17-mayo-1970)
El auge de la mountain bike parece imparable en Elda. Tanto es así que a los clubes ya existentes se ha unido, desde hace un año, el equipo GEO Faster Team, creado para satisfacer las necesidades de los deportistas que busquen rendimiento en los deportes de resistencia como el ciclismo.
Impulsado por Juan de la Torre Corvillo se le sumaron otros seis ciclistas, entre los que se incluye el veterano eldense Urbano Serrano Soriano.
En Elda existe una fuerte afición por el ciclismo
Ya son ocho años sobre ruedas, ¿cómo te inicias en el ciclismo?
Desde joven he practicado deporte pasando de una disciplina a otra. Empecé con artes marciales y, después de realizar el servicio militar obligatorio, empecé con fútbol sala hasta que llegó un momento en el que veía que los compañeros corrían mucho más que yo sobre el terreno de juego. Esto me motivó para salir con grupos de ciclistas y almorzar juntos los fines de semana, hasta que me fui metiendo en el mundillo sin darme cuenta.
Compré una bicicleta mejor y me encontré hace cinco años aproximadamente con Juan de la Torre Corvillo. Empecé a competir consiguiendo en mi primer año un pódium, en mi segundo año dos pódiums, el tercer año cinco pódiums hasta que el año pasado me propuso un nuevo proyecto, Geo Faster Team. En cuanto conocí la filosofía del grupo no pude negarme.
¿Cómo valoras tu primer año en Geo Faster Team?
Ha sido un primer año excelente porque hemos conseguido más de cincuenta pódiums, consiguiendo un campeonato de España en maratón y otro en ultramaratón. A nivel personal salgo muy contento porque he conseguido hacer doce pódiums, aunque he de confesar que me quedé con la espinita de la prueba Titan de la Mancha en la que llevaba dos años seguidos logrando la primera posición y, en esta ocasión, obtuve la quinta plaza.
¿Cómo te definirías como ciclista?
Donde mejor me desenvuelvo es en las maratones de entre setenta y cien kilómetros de extensión, aunque también me gusta buscar nuevos retos en los que aventurarme. Entreno casi todos los días una hora y media. Para mí el ciclismo se ha convertido en una forma de vida porque te fijas metas que te obligan a ser muy estricto, tanto con los entrenamientos como con la alimentación.
Para ser un ciclista de mountain bike es fundamental que te guste el sufrimiento y el dolor porque cuando haces una competición y vas al límite, siempre vas sufriendo. Si no te gusta el sufrimiento a la hora de competir, lo mejor es enfocar esta disciplina como una afición con compañeros. Lo importante es disfrutar encima de la bicicleta y cada uno ha de hacerlo a su manera.
«Lo peor es frustrarse por algún objetivo que no hayas conseguido y sobre todo las lesiones»
¿Qué es lo más complicado de esta disciplina?
Lo peor es frustrarse por algún objetivo que no hayas conseguido y sobre todo las lesiones. Si tenemos una caída lo que hacemos todos es mirar la bicicleta antes casi que mirarte tú mismo, porque hay gente que por sus condiciones económicas se pueden permitir bicicletas de más de cinco mil euros.
¿Existe interés por el ciclismo a nivel municipal?
Desde luego. Es sorprendente ver a centenares de personas saliendo a las ocho de la mañana con la bicicleta. Estamos en un enclave privilegiado. Por un lado puedes tener montaña y, por otro lado, puedes tener playa.
También el clima acompaña mucho porque apenas hay lluvias y frío. Todo ello sumado a la infraestructura de servicios que hay instaladas en el municipio, como a que estamos en una zona en la que se suelen hacer numerosas competiciones de ciclismo tanto de montaña como de carretera. Son facilidades que en el norte el país no tienen.
«Me gustaría volver a ganar el Titan de la Mancha»
¿Con qué sueñas a nivel deportivo?
Me gustaría volver a ganar el Titan de la Mancha en la modalidad de diez kilómetros para quitarme la espinita del año pasado. En lo que llevamos de temporada no he obtenido malos resultados, fijando mi próximo reto en poder competir a nivel autonómico.
Primeras bicicletas de montaña
A mediados de los setenta un grupo de personas de California empezaron a competir con bicicletas por el monte Tamalpais. La inclinación de la montaña ayudó a los corredores a alcanzar altas velocidades, saltando y golpeando las bicicletas contra el terreno rocoso, lo que ocasionaba graves daños sobre las mismas.
Buscando alternativas descubrieron automóviles deteriorados con neumáticos balón que podían soportar estos trayectos. Ciclistas como Gary Fisher o Joe Breeze empezaron a agregar cambios en sus tradicionales bicicletas, hasta que en 1981 el californiano Mike Sinyard introdujo la primera bicicleta de montaña producida en masa.