Desde que el pasado mes de diciembre se identificara por primera vez el COVID-19 en la ciudad de Wuhan (China), la pandemia se ha extendido por el ancho y largo del planeta poniendo a prueba los protocolos y sistemas sanitarios de todos los países del mundo.
La reacción de los distintos gobiernos nacionales no ha sido ni mucho menos homogénea. AQUÍ Medios de Comunicación ha querido conocer cómo está la situación actual en cuatro países que han optado por estrategias muy diferentes a España.
En Corea del Sur se ha evitado el confinamiento total a base de tests masivos y desarrollando una app pública
Corea del Sur
La estrategia del presidente surcoreano Moon Jae-In ha sido la de “información es poder”. Se han realizado tests masivos a toda la población, habilitándose laboratorios en cada barrio o pueblo para que cualquier vecino con síntomas pudiera hacerse la prueba. Eso sí, dichos tests no han sido gratuitos, sino a coste de unos 100 euros que el Estado se comprometió a rembolsar en los casos que resultaran positivos.
Basándose en los datos obtenidos con los tests, el Gobierno puso a disposición de los ciudadanos una aplicación informática para que conocieran las zonas donde se acumulaban más infectados y las que eran más seguras para circular. “Algunos se han quejado de que esta app mina la privacidad de la gente, pero yo creo que ha sido muy positiva porque ha salvado muchas vidas” nos cuenta Taeyoon Jung, natural de la ciudad de Gimhae.
Con esta estrategia Corea ha logrado evitar el confinamiento total de su población. “Ha habido algunos problemas, como una señora de una secta que continúo organizando congregaciones y ha contagiado a mucha gente. Pero en general los ciudadanos se han comportado bien y estamos saliendo con menos fallecidos que otros países del entorno. Además por nuestra cultura de la disciplina, aquí si vas por la calle sin mascarilla todo el mundo te mira mal” nos cuenta Taeyoon.
De hecho el pasado 15 de abril se celebraron elecciones generales en la República de Corea con absoluta normalidad, en las que el partido del presidente Jae-In logró la mayoría absoluta.
En Suecia solo se han aislado las residencias de ancianos y se han prohibido las reuniones multitudinarias
Suecia
En Suecia también han logrado evitar el confinamiento total de la población, e incluso los bares y restaurantes han permanecido abiertos. Solo se han aislado las residencias de ancianos así como se han prohibido las reuniones multitudinarias. En este caso la gran apuesta del Gobierno ha sido la de confiar en la responsabilidad de su población.
“Los suecos tenemos una cultura de mucho distanciamiento, incluso somos uno de los países del mundo con más gente residiendo sola. En general poseemos un carácter más frío y solitario que las personas del sur, no necesitamos tanta vida social” nos cuenta Leyla Zadeh, vecina de Estocolmo.
Algunas voces críticas han tachado esta estrategia tomada por el primer ministro Stephan Lofven como “irresponsable”. De hecho Suecia ha padecido más contagios que sus vecinos Noruega o Finlandia, si bien se mantiene en porcentajes muy inferiores a otros países europeos que han tomado medidas más duras como España, Italia, Francia o Reino Unido.
El Gobierno sueco ha señalado que con esta estrategia pronto se alcanzará la tan anhelada ‘inmunidad colectiva’, por lo que el país podrá recuperar más rápido la normalidad total. “Creo que vamos a salir de esta crisis sanitaria menos perjudicados que otros países, ya que nuestra economía no se ha paralizado” nos comenta Leyla.
El Gobierno alemán no ha asumido el mando único, sino que cada región ha tomado sus propias medidas
Alemania
Mientras que en algunos estados como España o Francia sus gobiernos nacionales rápidamente asumieron el mando único de todo el territorio, en Alemania han optado por una estrategia radicalmente diferente. Aquí las regiones (o lands) y los ayuntamientos han conservado la mayor parte de sus competencias, por lo que en algunos territorios se ha hecho un confinamiento total mientras que en otros han continuando abiertos los comercios y colegios.
“Yo vivo en Friburgo, donde padecimos muchos casos así que tuvimos más restricciones. Cerraron los restaurantes antes que en el resto del país. Sin embargo en algunos lands del norte están abiertos los negocios pequeños e incluso las tiendas IKEA“, nos comenta Jens Holzhauser.
Lo cierto es que Alemania tiene actualmente un número de contagios muy inferior a los demás países más poblados de Europa. “Creo que hemos tenido un componente importante de suerte. Al principio aquí también había mucha confusión entre nuestros políticos y la canciller Merkel tuvo bastantes discrepancias con los lands. Pero afortunadamente no sufrimos nunca una subida masiva de contagios en pocos días, y por eso no se han tenido que tomar decisiones tan rápidas” opina Jens.
Argentina
El Gobierno argentino quiso correr más que nadie en esta crisis sanitaria, decretando el confinamiento nacional obligatorio cuando tan solo había 138 casos confirmados en todo el país. Por hacer una comparación, en España la cuarentena comenzó con 6.332 infectados.
Con esta estrategia de extrema prevención el país gaucho ha logrado mantenerse en cifras bastante bajas, sobre todo en comparación a su vecino Brasil. Sin embargo el confinamiento se está haciendo demasiado largo para una economía tan caracterizada por su constante fragilidad.
“La gente cada vez está incumpliendo más las medidas, las calles vuelven a estar llenas. En parte es por la inconsciencia de algunos, pero también porque acá existe mucha economía informal y la inflación es terrible. Es muy difícil aguantar en casa tanto tiempo para las personas que trabajan en negro o tienen un jefe que les amenaza con despedirlos” nos cuenta Melissa León, residente de Buenos Aires.
De hecho ante la presión social el presidente Alberto Fernández ha iniciado la desescalada incluso antes de que la curva de infectados comience a descender. Ya se permiten los paseos cortos, una polémica medida que algunos gobernadores provinciales y alcaldes se han negado a acatar.
“Esto ha sido algo bastante populista. El presidente se ha puesto en el papel de un padre, que para que sus hijos no se revolucionen demasiado les deja salir a la calle un ratito. El problema es que las ciudades no tienen suficientes policías para controlar que los ciudadanos cumplamos con las limitaciones de estos paseos. Todos sabemos que así vamos a padecer un gran aumento de contagios a lo largo de mayo” vaticina Melissa.