Entrevista > Mercedes Franco Núñez / Directora del bufete Novus Legis (Madrid, 12-mayo-1970)
El nuevo bufete Novus Legis (ubicado en el número 1 de la avenida de Los Pinos, de Guardamar del Segura) cuenta con abogados especialistas en derecho penal, civil, administrativo, laboral y extranjería.
Constituido el pasado mes de febrero, a las pocas semanas de comenzar su andadura se han encontrado con esta crisis sanitaria del COVID-19. Ante esta dramática situación, Novus Legis ha optado por no realizar ningún ERTE para poder atender satisfactoriamente todas las dudas jurídicas que les están llegando.
Hablamos con Mercedes Franco, quien es la directora del bufete y además posee en su haber el enorme mérito de ser la primera persona en España que fue capaz de licenciarse en la carrera de Derecho aún padeciendo parálisis cerebral.
¿Cómo se constituyó el bufete Novus Legis?
Yo soy licenciada al Derecho y me he dedicado siempre al mundo de los negocios. Desde hacía tiempo llevaba sondeando la idea de formar un bufete con savia nueva, para superar los prejuicios de la abogacía tradicional proyectando una imagen distinta de los abogados a la que la gente suele tener. Empezamos hace cuatro meses con este proyecto y vamos saliendo adelante poco a poco.
¿Cuál es vuestra especialidad jurídica?
Normalmente llevamos casos penales, civiles y administrativos. También damos cobertura y oportunidades a empresas y personas que no pueden vivir dignamente por deudas o falta de recursos.
«Recibimos muchas consultas legales sobre si los padres tienen la obligación de pagar el colegio de sus hijos»
Imagino que esta crisis sanitaria del coronavirus ha cambiado mucho el tipo de consultas jurídicas. ¿Qué tipo de casos os están llegando más?
Estamos recibiendo bastantes casos de despidos laborales. También de problemas familiares, como por ejemplo sobre la obligación de pagar los colegios hasta el final del curso cuando están las clases suspendidas o divorcios a consecuencia de los dos meses de convivencia, que en algunas casas ha acabado degenerando en una situación un tanto peliaguda.
¿De qué manera estáis atendiendo a vuestros clientes?
Ahora tenemos abierto el despacho. Evidentemente hemos adoptado todas las medidas de seguridad que ha puesto el Gobierno como la utilización de mascarillas, desinfectante, guantes, y con metro y medio de distancia.
Cualquier persona puede pedirnos una cita previa mediante teléfono, email, el formulario de contacto en nuestra web y nuestro chat online.
¿Los juzgados se están volviendo a poner en marcha o siguen estando casi paralizados?
De momento están trabajando bajo mínimos. Los juicios de baja importancia se están retrasando para los meses de verano. Incluso se está planteando la posibilidad de que agosto, que siempre es un mes inhábil a nivel judicial, se haga hábil este año.
El Colegio de Abogados de España está luchando para que se agilicen un poco los trámites administrativos en desahucios, porque hay propietarios que tienen okupas en sus casas pero se han paralizado todas las gestiones.
¿Cómo habéis conseguido aguantar sin hacer ningún ERTE? Pocas empresas lo han logrado.
Me parecía un poco desmoralizador para el personal, después de haber arrancado el bufete en febrero, ponernos a realizar ERTEs en marzo. Por eso hemos hecho un esfuerzo manteniendo los puestos de trabajo de los siete empleados que ahora mismo tiene este gabinete.
«Yo fui abriendo camino para que otras personas con parálisis cerebral pudieran tener estudios universitarios»
Te tengo que preguntar por tu caso personal. ¿Cómo lograste ser la primera persona en España con parálisis cerebral en obtener la licenciatura de Derecho?
Tengo algunos problemas de pronunciación, voy en silla de ruedas y manejo las manos con una movilidad del 50%. Pero a pesar de todo eso, me defiendo bien. De hecho aprobé la carrera en cinco años, es decir en el tiempo normal.
Aunque yo fui la primera, luego me han seguido más personas. A mí me tocó ir abriendo camino porque en mi época teníamos muchas más dificultades que ahora. No había tanta adaptación de los estudios, medios informáticos o adecuación de las barreras arquitectónicas en las universidades. Incluso se confundía la parálisis cerebral con el síndrome de Down o el retraso mental, nos solían meter a todos en el mismo saco.
La Ley General de Educación de 1997 hizo por fin más accesibles las universidades. Ahora hay ya un número considerable de personas con parálisis cerebral que se han licenciado en distintas especialidades. Algunos de ellos, de hecho, son profesionales muy bien preparados.
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