Entrevista > Yolanda García / Portavoz de Las Kellys de Benidorm (Suiza, 30-abril-1964)
Benidorm cuenta en la actualidad con casi 4.000 camareras de piso. Si ese sustantivo no les dice nada, sepa que nos referimos a las trabajadoras que se encargan de mantener limpios los hoteles de la capital turística de la Comunitat Valenciana. Un colectivo, el de las ‘kellys’, que lleva años reivindicando mejoras laborales ante una situación que, como explica su portavoz, Yolanda García, les está costando, literalmente, la salud.
A lo largo de esta extensa entrevista, García expone las principales reivindicaciones de un grupo de profesionales que, como dice, “no estamos valoradas porque no se nos ve” y que, sin embargo, son fundamentales para que destinos como Benidorm puedan seguir peleando en un mercado tan competitivo como el turístico. Unas peticiones que, en realidad, no van más allá de exigir el cumplimiento de la ley por parte de los establecimientos.
¿Cuáles son las principales reivindicaciones que tienen en su colectivo?
Pedimos el fin de la externalización. A raíz de la Reforma Laboral de 2012 se abrió la puerta a las empresas multiservicio, que aterrizaron en el mundo de la hostelería para externalizar, exclusivamente, el departamento de pisos de los hoteles. Aquello no afectó a otras áreas como las cocinas. ¿Por qué? Porque somos el 30% de las plantillas.
«La principal consecuencia de la externalización es la rebaja de salarios y de derechos»
¿Qué significó ese paso para ustedes?
La rebaja de salarios y de derechos. Esas empresas trajeron sus propios convenios. El de hostelería, que es el que estaba firmado, ellas no lo siguen. Normalmente son convenios de grandes almacenes o de colegios, pero nosotras somos camareras de pisos. Dejaron de respetarnos la categoría y pasamos de ser camareras de piso a peones de limpieza. Esa es una figura que no existe en los convenios de hostelería, donde sólo se recogen las figuras de auxiliar o camarera de pisos.
«La externalización no es tan salvaje en Benidorm como puede serlo en Alicante, Valencia, Madrid o Barcelona»
La Asociación no sólo trabaja en el ámbito local, sino que tiene implantación nacional. ¿El nivel de la problemática es parejo en todos los territorios?
No. La cuestión de la externalización no es tan salvaje en Benidorm como puede serlo en Alicante, Valencia, Madrid o Barcelona. Aquí hay menos hoteles externalizados, pero el número sigue creciendo.
Sus reivindicaciones tomaron un gran impulso durante la crisis de 2008, un momento en el que gran parte del mercado laboral se basaba en el ‘o lo tomas o lo dejas, pero no hay otra opción’. ¿Tuvo algo que ver aquello en que su situación derivara a la que es hoy en día?
Te puedo decir que la hostelería es el sector que menos sufrió la crisis. Fue la época en la que se produjeron una serie de conflictos en el norte de África y la gente que no pudo seguir yendo a esos destinos empezó a venir a España. La crisis, como tal, fue pasajera. No podemos decir que la hostelería la sufriese al mismo nivel que otros sectores.
Es verdad que, cuando todo empezó, nuestras gobernantas nos decían que había que aguantar. En algunos sitios se subió el número de habitaciones, pero el problema es que aquello llegó para quedarse. Nunca se revirtió, cuando, si miras el número de pernoctaciones, han ido subiendo cada año.
«Aquí ha afectado menos porque los hoteles han ido creciendo como un negocio casi familiar y se han implantado menos las grandes cadenas hoteleras»
¿A qué se debe el hecho de que, como ha dicho, la externalización no haya sido tan fuerte en Benidorm como en otros lugares?
Sobre todo, en las grandes ciudades se han implantado las grandes cadenas hoteleras, como Ibis, NH, Campanille, Barceló… Aquí, sin embargo, los hoteles han ido creciendo como un negocio casi familiar. Pese a que en Benidorm el porcentaje de hoteles externalizados no es tan elevado, quizás no llegue al 20%, nosotras nos unimos a las demandas nacionales.
«En Benidorm reivindicamos, principalmente, una solución al problema de la sobrecarga de trabajo»
¿Cómo entiende su situación la patronal hotelera HOSBEC? Se lo pregunto porque, como ha dicho, la planta hotelera de Benidorm funciona, en gran medida, como empresas familiares y eso hace presuponer que pueda existir una mayor sensibilidad o cercanía hacia los empleados.
Los hoteles ya no son lo que eran. El propio turismo ha cambiado. Cuando yo empecé, las familias venían a pasar el mes entero o 15 días a Benidorm. Ahora, las estancias se han reducido a 4 o 5 días o a una semana como mucho. Como consecuencia, nuestro trabajo ha cambiado. Los hoteles han crecido, se han reformado y las habitaciones han crecido en tamaño, en detalles, en servicios… eso ha hecho que la forma de trabajar sea muy distinta.
Eso nos ha llevado a que en Benidorm reivindiquemos una solución al problema de la sobrecarga de trabajo. Es una batalla que nos cuesta la salud, literalmente. A petición nuestra, se hizo una guía de las camareras de piso y la estadística, hecha por técnicos de prevención de riesgos laborales, es demoledora. Un 67% terminamos con dolencias crónicas derivadas de esa carga de trabajo.
«No puedes vender una Q de Calidad, algo que les encanta a los hoteleros, si sólo dispones de diez minutos por habitación»
¿Cuál es el promedio de habitaciones que debe atender una camarera de pisos en Benidorm?
Ahora mismo es de unas 25 a 27 diarias por persona. Pero también hay que contar que muchas de nosotras, antes de atender las habitaciones, hemos hecho las zonas comunes. El horario más normal es de 7:00 a 15:00 horas. Evidentemente, no puedes entrar directamente a las habitaciones a esa hora. Primero tienes que hacer salones, comedores, jardines, piscinas…
Eso es algo inadmisible. No se puede estar vendiendo una Q de Calidad, algo que les encanta tener en la fachada a todos los hoteleros, si sólo dispones de diez minutos por habitación. Es que, date cuenta que algunas habitaciones son ‘de cliente’, pero otras son ‘de salida’ y esas se tienen que hacer a fondo.
¿Hay mucha diferencia entre las distintas estaciones del año en lo que a su trabajo respecta?
Cuando llega Navidad, verano, Semana Santa, puentes… esas habitaciones ya no tienen dos camas ya que se incluyen cunas. Yo he tenido que sacar cunas al pasillo o a la terraza para poder pasar una mopa, porque son espacios pequeños donde ya no se cabe. Todo eso no se tiene en cuenta.
Me ha hablado antes de un estudio que señala que el 67% de ustedes sufre de dolencias crónicas. ¿Quién lo hizo y cuáles son las causas que originan esa situación?
Es un estudio que realizó el Instituto Valenciano de la Seguridad y la Salud en el Trabajo (Invassat) y señala que la causa es que no se cumple la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, que obliga a las empresas a hacer el estudio de riesgos ergonómicos y psicosociales. Esa última parte es muy importante, porque el nivel de estrés que llevamos la mayoría hace que muchas estemos con episodios de ansiedad que nos llevan a cuadros de hipertensión.
Perdone la ignorancia, pero ¿tan importante es que las habitaciones estén listas a una hora determinada como para que presenten ustedes esos cuadros?
Para nosotras sí. Hay clientes que se marchan a las 12 del mediodía, la misma hora a la que tiene que entrar el siguiente. Se me han dado casos de haber entrado a limpiar una habitación con el cliente esperando en la puerta a poder entrar y tener que decirle que deje la maleta y que vayan a la piscina o a tomar un café porque no podemos hacer las cosas más rápido.
Además, muchas no podemos alargar nuestras jornadas más allá de las 15 horas porque tenemos que ir a atender a nuestras familias, recoger a los niños del colegio…
Me ha dicho que la media actual es de entre 25 y 27 habitaciones por persona y día. ¿Cuál sería un número razonable?
Esa es la pregunta del millón. Para eso están, precisamente, los estudios ergonómicos psicosociales. No todos los hoteles son iguales. Hay hoteles que no tienen duchas, otros que sí tienen y cuentan con cortina, otros tienen mampara; hay habitaciones con espejos hasta en el techo… eso es un estudio que, como dice la ley, hay que hacer de forma individualizada en cada establecimiento.
Ese es el motivo por el que nunca hemos dicho que haya que hacer un promedio determinado, sino que lo que pedimos es que cada hotel haga su propio estudio.
Parece que todo lo que ustedes reivindican es algo tan lógico como el cumplimiento de la ley. Vuelvo a preguntarle, porque antes no me ha contestado, ¿qué reticencias encuentra por parte de la patronal?
Eso es lo que nosotras nos preguntamos…
Entonces, ¿qué les dicen cuando se reúnen?
Sólo lo hemos hecho una vez, al principio de todo. Nos sentamos con Nuria Montes y estaba de acuerdo con todas nuestras reivindicaciones, pero cuando llegamos a la cuestión de la carga de trabajo, que es lo que recae exclusivamente en ellos, fue cuando empezaron los problemas.
Nos decía que eso era muy difícil porque hay muchos hoteles, pero nosotras insistimos en que cada establecimiento tiene que tener su Comité de Salud Laboral y su responsable de recursos humanos. Son ellos los que tienen que hacer el trabajo.
¿Por qué no lo hacen?
Si el hotel dispone actualmente de 20 camareras, seguramente tendría que tener 30. Sobre todo, en épocas de máxima ocupación… ¡es que hemos llegado a montar 80 camas en un día! Y no sólo es eso. Imagínate, sobre todo en el caso de grupos de gente joven, cómo dejan las habitaciones. La arena, las cremas… ellos no calculan que eso hay que hacerlo.
Realmente, me hace preguntarme si de verdad quieren vender la calidad que dicen. Los establecimientos de Benidorm, en comparación con otros destinos, ofrecen mucho al cliente; pero si quieres dar esa calidad no puedes darnos ese tiempo de diez minutos.
¿Han realizado denuncias a la Inspección de Trabajo?
Sí, y la mayor parte de las mismas han sido por la sobrecarga de trabajo y por el incumplimiento de la parte adicional quinta de nuestro convenio, firmado por sindicatos y patronal, que establece que en épocas de máxima ocupación se tiene que negociar el número de habitaciones. Eso es algo que se está incumpliendo.
«Inspección de Trabajo nos ha dado la razón en todas las denuncias que hemos presentado»
¿Y cuál ha sido el resultado de esas denuncias?
Inspección de Trabajo nos ha dado la razón en todas ellas. Absolutamente en todas. ¿Qué ha pasado después? Que la Inspección de Trabajo ha ido a los hoteles y han comprobado que no tienen un plan de prevención o de reparto del trabajo. Que se trabaja conforme vaya saliendo. Les han dicho que tienen que subsanar la situación y aportar la documentación adecuada.
¿Lo han hecho?
Hemos comprobado que, sobre todo en la zona de los grandes hoteles del Rincón de l’Oix, se les ha avisado que están incumpliendo la Ley de Riesgos Laborales de 1995, que ya han tenido tiempo de leérsela, y que tras cuatro o cinco meses la situación no se ha subsanado.
Pensamos que Inspección de Trabajo debe ser más dura. Que establezca plazos, que incremente la frecuencia de los controles y que, si siguen haciendo caso omiso, se multe. Al final, parece que el dinero es lo único que duele.
Ustedes llegaron a proponer la creación de un sello, al estilo de la Q de Calidad, que distinguiese a los establecimientos que respetan los derechos laborales. Por su experiencia personal con ellos, ¿cree que los clientes podrían llegar a basar su elección de destino en base a ello?
Sí, sin duda. Nos lo han dicho en muchas ocasiones. Lo bueno que ha tenido esta asociación es que ha visibilizado la problemática. Siempre decimos que no se nos valora porque no se nos ve. Cuando tú te vas de la habitación, nosotras no estamos; cuando vuelves, la habitación está limpia.
¿Cómo cree que va a afectar la reapertura tras la pandemia de la Covid-19 a sus reivindicaciones y a su día a día?
Lo que queremos es que se regule nuestra carga de trabajo en los protocolos para conseguir el sello covid-free ya que, evidentemente, se van a tener que hacer limpiezas mucho más profundas que no se van poder realizar en esos tiempos que te he dicho antes.