Entrevista > Fran Zaratruster / Escritor (Elche, 13-marzo-1967)
Escribir bien y crear una novela es un arte reservado a unos pocos. Hablamos de talento a fin de cuentas y, al igual que en otros aspectos de la vida, es algo que necesita fomentarse y ser ejercitado. Trabajo y constancia son los atributos que mejor combinan con el arte de escribir.
De trabajo y constancia es algo de lo que sabe Fran Zaratruster, que ha dedicado buena parte de su tiempo de los últimos doce años a escribir. Hace poco que ha terminado su cuarta novela, ‘Tardes de persianas bajadas’, una historia protagonizada por mujeres y que ha supuesto su último reto literario.
«Hace 12 años mi vida dio un giro en todos los sentidos y decidí dedicarme a lo que siempre me gustó»
¿Desde cuándo eres escritor?
Profesionalmente desde hace doce años, aunque siempre me gustó escribir. Les hacía letras de canciones a mis amigos artistas, pero la vida y el trabajo no me permitieron dedicarme a ello.
Hace doce años mi vida dio un giro en todos los sentidos y me decidí a hacer lo que siempre me gustó… escribir. Lo hago con toda la modestia y la cautela hacia los grandes escritores por los que siento profundo respeto y admiración. Solo pretendo hacer lo que me gusta y me enorgullece presentar mi cuarta novela.
¿Tu última novela está protagonizada solo por mujeres?
Las personas que me conocen en profundidad saben de la admiración que siento por la fortaleza y la destreza para los retos de la mujer a lo largo de la historia. Para mí este era un reto literario para el que debía prepararme a fondo.
Pues bien, la he finalizado y el reto queda cumplido. ‘Tardes de persianas bajadas’ se ha convertido por sí misma en un thriller en el que la intriga, y los tremendos sucesos que ocurren en el meollo de una familia, sacan a la luz esos valores que ensalzan el paso de la mujer por nuestra historia.
El lector podrá disfrutar del paso por nuestro costumbrismo mediterráneo hasta verse inmerso en una trama de horror y vileza de humanos contra humanos.
«Siempre hay un pedazo de mí en todo lo que escribo»
¿Qué historias cuentas en tus otras novelas?
‘La energía nunca muere’ fue mi primer libro, y tiene algo de mi juventud y de mis vivencias personales, aunque siempre dentro de la ficción. La segunda fue ‘Agoniza Gaya’, una llamada a la tierra y a la naturaleza desde la visión del protagonista de la novela, un famoso locutor de radio.
En la tercera novela, ‘Cuando se agitan las aguas’, pretendo ensalzar a los héroes silenciosos de nuestra sociedad, los que no se ven pero que son los que hacen grandes cosas por la gente. La historia gira en torno a las consecuencias producidas tras una ‘gota fría ‘ocurrida en una pequeña población, algo de lo que desgraciadamente sabemos mucho en esta zona.
Y ‘Tardes de persianas bajadas’, mi última novela, es una historia que transcurre en Elche con una abuela y sus dos nietas como protagonistas, y al leerla te traslada a lugares fáciles de identificar para los ilicitanos.
«Me sigue gustando el olor del papel y el tacto de un libro, sigo siendo uno de esos románticos»
¿El libro en papel ha quedado solo para los románticos de la lectura?
El mundo de la cultura está cada vez más complicado en cualquier ámbito. Yo escribo porque me gusta, independientemente de los libros que me vayan a comprar, pero lógicamente pretendo rentabilizar mi trabajo y las editoriales te dan muy poco margen de beneficios.
A eso hay que sumar que los métodos digitales van ganando cada vez más terreno y hay que buscar también esas fórmulas para que la gente te lea, pero a mi me sigue gustando el olor del papel y el tacto de un libro, sigo siendo uno de esos románticos. La editorial a la que yo pertenezco se llama ‘Pequeños corazones’ y destina parte de sus beneficios a obras solidarias.
¿Quiénes forman ‘Escritores en su tinta’?
Es una asociación que nació en Elche hace siete años como una reunión de amigos dedicados a la escritura, para unir fuerzas y crear acciones conjuntas por parte de algunos escritores ilicitanos a los que se han sumado otros escritores de ciudades de la provincia y de otros lugares de España. Ya somos más de cuarenta socios, entre ellos el presidente de la asociación de escritores de Madrid.
Nos gusta reunirnos, apoyarnos, comentar nuestras publicaciones y poner sobre la mesa las situaciones que van surgiendo, así como preparar las diferentes actividades públicas que organizamos a lo largo del año.
¿De qué os quejáis los escritores?
Sobre todo de lo complicado que es sacar un libro a la luz después del esfuerzo que supone escribir, y del poco valor que en muchos casos se le da a nuestro trabajo; y desde luego del poco margen de beneficios que nos dan las editoriales que a veces no llega ni al 5%.
Si eres un gran escritor está claro que las cosas cambian, pero a los que no estamos en ese nivel las cosas nos las ponen muy difíciles.