Aunque los últimos meses hayan sido excesivamente monotemáticos en lo que a la agenda política e informativa se refiere, no está de más recordar que antes de que el mes de marzo nos asaltara con la crisis sanitaria de la covid-19, el mundo llevaba ya un tiempo enfrascado en un apasionado e interesante debate sobre las medidas más urgentes a poner en marcha para frenar y revertir la actual situación de emergencia climática que vive el planeta.
Tras décadas poniendo el foco en el sector del transporte y, muy especialmente, en el del tráfico rodado en las ciudades y poblaciones de todo el mundo, daba la sensación de que la mayor parte de la ciudadanía no sólo aprobaba las iniciativas que fomentaban el uso de medios de transporte menos contaminantes sino que, y eso es lo más importante, comenzaba a dar pasos firmes hacia esa reconversión.
Altea, como otros muchos núcleos de población del mundo, ha visto cómo en los últimos años sus vías públicas han ido adaptándose de la mejor manera posible para fomentar el uso, sobre todo, de la bicicleta como medio de transporte en detrimento del coche privado. Si este cambio de paradigma ya es crucial en grandes ciudades, más lo es en poblaciones de pequeño tamaño donde las distancias son fácilmente abarcables incluso andando.
La bicicleta, reforzada
En marzo, como decíamos, llegó el coronavirus y eclipsó cualquier otro debate. Todo el planeta se centró, como no cabía más, en atajar y solucionar una pandemia que se estaba llevando la vida de miles de personas diariamente en nuestro país y en el resto del mundo. Los coches, pero también las bicicletas y cualquier otro vehículo, quedaron aparcados merced al duro confinamiento al que se sometió a la población durante los primeros meses de esta crisis.
Cuando la sociedad comenzó a aborrecer el ‘Resistiré’ del Dúo Dinámico, a hartarse de las distintas iniciativas de ocio en los balcones y los aplausos a los sanitarios comenzaron a apagarse poco a poco, llegó el momento de abrir paulatinamente la mano en asuntos de movilidad y, sin saber muy bien cómo o porqué, la bicicleta fue una de las grandes beneficiadas de esa situación.
Al contrario de lo que ha sucedido con el coche –por no extender este artículo en exceso entrando a analizar la situación crítica en la que se encuentra el transporte aéreo–, cuyas ventas se han visto reducidas a niveles jamás antes conocidos; el sector de la bicicleta ha colapsado ante el espectacular aumento de la demanda que la industria no ha sido capaz de atender.
Las calles afectadas por estas medidas son Sant Josep, Sant Miquel y el Protal Vell
Cambio de paradigma
Con la llegada de la llamada ‘nueva normalidad’ el panorama de nuestras calles ha comenzado a recobrar parte de su antiguo aspecto, pero es cierto que, al menos así lo quieren ver los más optimistas, se aprecia una sensible bajada en la cantidad de coches que circulan diariamente por el centro de las localidades.
Si esta situación es, sobre todo en Altea y el resto de la Marina Baixa, una situación derivada del descenso en el número de turistas es algo que se responderá por sí mismo en los próximos meses, pero también lo es que la Villa Blanca ya ha iniciado planes para que el peatón y el ciclista le vaya ganando espacio al coche.
Como explica el concejal de Seguridad Ciudadana, Miguel De la Hoz, en este número de AQUÍ en Altea, estas iniciativas han nacido para perdurar en el tiempo, pero será la ciudadanía alteana la que tendrá la última palabra al respecto.
Las restricciones se mantendrán activas hasta el próximo día 15 de septiembre
Cierre de calles céntricas
Por el momento, desde el área dirigida por De la Hoz, se ha informado ya de las restricciones de tráfico que, como todos los veranos, se implantarán en la Villa Blanca durante la temporada alta turística y que afecta, de forma especial, al casco antiguo de Altea.
Los cortes se efectuarán los siete días de la semana de siete de la tarde a tres de la madrugada
Así, las calles Sant Josep, Sant Miquel y el Protal Vell quedarán cerrado al tráfico los siete días de la semana en horario de 19:00 a 03:00 horas, hasta el día 15 de septiembre, si bien los vecinos que residen en esas zonas tendrán a su disposición la tarjeta de residentes para poder acceder a sus domicilios.
Renovación de las tarjetas
En ese sentido, desde el área de Seguridad Ciudadana se ha insistido en la importancia de que aquellos vecinos que cuenten con una tarjeta ya caducada procedan a la renovación de la misma. Para ello, se ha habilitado un correo electrónico de la Policía Local al que los interesados tendrán que dirigirse y cuya dirección es policiatrafico@altea.es
Así mismo, ese trámite podrá realizarse de manera presencial en las instalaciones de la Policía Local. Tanto en el caso de optar por la vía telemática como si se prefiere la opción presencial, los interesados deberán presentar una copia del DNI, el documento que acredite el lugar de vivienda (certificado de empadronamiento, contrato de alquiler, etc.), documentación del vehículo y un teléfono de contacto.