Entrevista > Cristina García Meca / Abogada (Elche, 27-septiembre-1972)
Estos días, a los despachos de los abogados de familia llegan muchas preguntas sobre divorcios. Los ERTE y la crisis económica han hecho mella y, después de un periodo de tiempo de mayor convivencia durante el confinamiento, la situación para muchos supone un desgaste insalvable, especialmente en aquellas parejas que ya atravesaban conflictos anteriores.
A pesar de ese deterioro, muchos se lo siguen pensando por las consecuencias económicas que genera un divorcio, y el hecho de tener que mantener una nueva vivienda mantiene en convivencia a muchas parejas rotas.
«No poder transitar ha producido muchos incumplimientos de visitas»
Incumplimientos
Los abogados también han observado como han aumentado las denuncias en parejas con hijos, ya divorciadas, por el incumplimiento de visitas y por impago de pensiones de manutención. También han aumentado en este tiempo las denuncias por violencia en la familia, especialmente por violencia de género.
Para aclarar estas cuestiones hemos contado con la colaboración de la abogada ilicitana Cristina García Meca, con 30 años de experiencia.
«Haber pasado juntos el confinamiento ha ocasionado un gran aumento del nivel de crispación»
¿Cómo ha afectado el confinamiento en las parejas? ¿Se han producido más consultas?
Por regla general, el confinamiento durante el estado de alarma debido a la covid-19 ha ocasionado, sobre todo en parejas con conflictos relacionales previos, un aumento de consultas sobre solicitudes de divorcio.
El haberse visto obligados a pasar juntos la mayor parte del día, sin poder salir del domicilio familiar salvo por causas justificadas, ha ocasionado un aumento importante del nivel de crispación y conflicto entre las parejas, similar al que se produce después de los periodos de vacaciones de Navidad, Semana Santa y, sobre todo, de verano. No obstante, habrá que esperar a que transcurra un prudente lapso de tiempo para valorar el efecto real que ha supuesto esta crisis de la covid-19.
¿Se aplican terapias de apoyo?
A pesar de que todavía no disponemos de estadísticas en estos momentos, hay que destacar que muchas parejas han solicitado apoyo psicológico en diversos gabinetes de expertos en la materia, lo que ha supuesto un aumento significativo de las solicitudes de mediación familiar para intentar reconducir sus problemas familiares y relacionales.
Estas terapias suelen tener una duración de varios meses, por lo que no será hasta final de año cuando se pueda confirmar la existencia real de un incremento de divorcios por crisis derivadas del confinamiento.
¿Qué criterios se aplicaron durante el estado de alarma?
Hay que tener en cuenta que la falta de concreción que produjo el Artículo 7 del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, que limitaba el derecho a transitar, produjo una gran cantidad de visitas incumplidas por el confinamiento. Así mismo, los ERTE y despidos produjeron una imposibilidad de atender el pago de pensiones de alimentos.
Ante este escenario, diferentes Juntas de Jueces sectoriales dictaron criterios, no vinculantes, para regular de forma provisional esta situación en cada Partido Judicial; criterios de los que fuimos informando a nuestros clientes.
¿Esta situación no se abordó más adelante?
Posteriormente, el Gobierno dictó el Real Decreto Ley 16/20, de 28 de abril, en el cual se recogían las respuestas a parte de dichas demandas en el ámbito familiar, incluyendo la creación de un procedimiento sumario y preferente para compensar, tanto los días que uno de los progenitores no hubiese podido disfrutar de sus hijos durante el estado de alarma, como para la modificación de las obligaciones económicas y de alimentos.
¿Cómo ha influido la situación económica en las relaciones de pareja?
La crisis ocasionada por la covid-19 ha cambiado de forma radical nuestra vida, generando un caos en todos los ámbitos y, especialmente, en el familiar y económico. La grave situación económica que ha supuesto esta crisis, y que ha desembocado en ERTE, despidos y cierre de pequeños negocios de autónomos, está impidiendo que las demandas de divorcio se incrementen más de lo esperado.
A pesar del deterioro de las relaciones que ha supuesto el confinamiento para las parejas, la difícil situación económica y la inseguridad que genera el no poder atender las obligaciones derivadas de una ruptura matrimonial o de pareja, así como el no poder sufragar los gastos que una segunda vivienda supondría, producen un dique de contención, al menos provisional, para que estas rupturas finalicen en el Juzgado.
¿Cuáles son los principales motivos que alegan?
Llama la atención el aumento de consultas de parejas jóvenes con hijos muy pequeños, donde los cónyuges están incursos en ERTE o son desempleados de larga duración. Por ese motivo, al problema de la dificultad de pareja y familiar existente se añade el factor de la crisis económica y laboral, que empeora gravemente la situación de las familias.
¿Cómo se ha traducido esta situación al ámbito de la violencia de género?
Han aumentado las denuncias por violencia de género y denuncias en el ámbito familiar, debido a la obligatoriedad de muchas parejas de verse abocadas a estar confinadas cuando ya habían tomado la decisión de divorciarse.
¿Qué preocupa más a los demandantes de divorcio?
Principalmente, a los clientes les preocupa en exceso el coste del procedimiento de divorcio, cuantía de pensiones de alimentos, liquidación de bienes gananciales, uso de vivienda familiar con hipoteca, etc.
Nos llama la atención que el tema económico es la mayor preocupación, además de las consecuencias derivadas de los impagos de pensiones y liquidaciones de bienes gananciales. También les preocupan las largas esperas en la obtención de sentencias resolutivas de sus casos.
«Somos testigos de cómo se utiliza a los hijos en un 90% de los casos»
¿A veces se utilizan a los hijos como moneda de cambio?
Sí, en un 90% de los casos. Por desgracia, somos testigos de cómo se utilizan los hijos, tanto en el establecimiento de las cuantías de las pensiones de alimentos, como en los distintos regímenes de estancias con los menores (custodias compartidas, regímenes de guarda y custodias individuales con amplias visitas, periodos vacacionales), como moneda de cambio para poder llegar a alcanzar acuerdos en divorcios con el fin de que se tramiten como divorcios de mutuo acuerdo, cuyo procedimiento es mucho más rápido y menos costoso.