L’Alfàs del Pi es, en muchos sentidos, un verso suelto dentro del entramado turístico de la comarca de la Marina Baixa. El municipio linda con el gigante benidormense, de cuyo tirón gravitacional se nutre principalmente en el ámbito hostelero, pero los visitantes que eligen este rincón como destino de sus vacaciones busca, mayoritariamente, algo distinto a lo que puede ofrecer el ‘skyline’ más fotografiado del Mediterráneo.
El verano es, como en todos los municipios costeros, un momento de gran afluencia de turistas en l’Albir, la zona más pegada al mar de l’Alfàs del Pi, pero, en muchos sentidos, no es su temporada alta. Son los residentes extranjeros, en su mayoría noruegos y británicos, los que componen el grueso principal del negocio turístico alfasino y esos, que deciden pasar los meses más calurosos del año en sus países de origen, no volverán hasta que el sol sea algo más misericorde con estas latitudes.
Pese a todo, es indudable que el estío pone a prueba, como en todos los municipios vecinos, muchas de las costuras municipales. La presencia de más gente en la zona, implica un importante aumento en el tráfico rodado por las vías locales y comarcales que cruzan la población. El Parc Natural de la Serra Gelada se convierte en la vía de escape para centenares de personas que desean huir del entorno urbano. Los negocios hosteleros tratan de captar a la mayor cantidad de clientes posible… y así, podríamos hacer una lista interminable.
«No vamos a hacer grandes cambios respecto a lo que hemos venido planteando en años anteriores» T. Such
La sombra del coronavirus
Y todo ello, por supuesto, implica que se deban redoblar los esfuerzos para garantizar la seguridad de vecinos y visitantes en estas semanas de días largos y noches intensas. Y, por si faltara algo, este año habrá que hacer todo eso sumando la dificultad añadida derivada de la pandemia coronavírica que, aunque ya más relajada que en aquellas semanas de plomo de marzo y abril, sobrevuela como una sombría amenaza cualquier plan que se pueda hacer.
“En l’Alfàs del Pi no vamos a hacer grandes cambios respecto a lo que hemos venido planteando en años anteriores”, explica Toni Such, concejal de Seguridad Ciudadana de l’Alfàs del Pi a preguntas de AQUÍ en l’Alfàs. “Donde vamos a reforzar los esfuerzos, debido a las medidas que se han tenido que adoptar a causa de la covid-19, es en la zona de la Playa del Racó de l’Albir y las calas”, concluye.
“Sabemos que nuestra plantilla de Policía Local es corta”, se lamenta el edil. “Por ello, y para garantizar el mejor servicio, el Jefe de la Policía ha planteado ya volver al sistema de siete días trabajados seguidos de otros siete de descanso, abandonando el actual, que se implantó para ser más efectivos en las medidas de apoyo durante la pandemia”.
Los accesos a la Playa del Racó de l’Albir estarán a cargo de seguridad privada coordinada con la policía
Novedades en la zona de playa
Como ya adelantaba Such, las actuales normativas obligan a reformular, en comparación con años precedentes, la presencia policial en la playa y calas del municipio. Esa realidad, que podría cambiar conforme evolucione la situación pandémica, supondrá que “existirán cuatro grandes áreas en la playa, aunque con menos afluencia de gente de la habitual, especialmente en las dos destinadas al alquiler de hamacas y sombrillas”.
Such explica que “los accesos a esas dos grandes zonas van a estar vigiladas por seguridad privada a cargo de la empresa concesionaria del alquiler de hamacas, mientras que las dos zonas de acceso libre estarán bajo el control de un refuerzo que contratará el Ayuntamiento. Todos ellos, evidentemente, estarán coordinados con la Policía Local”.
Eso no implica, en cualquier caso, que los funcionarios públicos no vayan a estar presentes en el arenal. Como explica el responsable del área de Seguridad Ciudadana, “la Policía Local aumentará su presencia en la playa durante los meses de verano”. Además, adelanta que “se ha reforzado el servicio de vigilancia en el ámbito marítimo, con una embarcación que ayudará a controlar de forma más eficiente las calas. E, insisto, todo ello coordinado siempre con la propia policía”.
«Se han reducido significativamente cuestiones como los intentos de robo en domicilios» T. Such
Descenso de los índices de inseguridad
Aunque todavía no se cuenta con cifras definitivas, las primeras proyecciones indican que durante estos meses de confinamiento general “se ha reducido significativamente el índice de criminalidad en cuestiones como los intentos de robo en domicilios”, explica Such. “Es algo lógico”, añade, “teniendo en cuenta que estábamos todos en casa y apenas había movimiento”.
Such, que no ha querido perder la ocasión para “felicitar y agradecer a todo el mundo por el ejemplar seguimiento de las medidas de confinamiento impuestas”, sí reconoce que desde que comenzó la desescalada, “hemos notado un aumento en el número de llamadas relacionadas, sobre todo, con avisos ante posibles incumplimientos de las medidas de distanciamiento social en bares y terrazas”.
A pesar de ello, explica que “todas las llamadas se han comprobado y, en la mayoría de los casos, hemos podido constatar que nuestros hosteleros están cumpliendo la normativa, y que cuando no ha sido así ha bastado con un apercibimiento para que rectificaran las deficiencias”.
Coordinación con la Guardia Civil
“No sé si la situación que hemos atravesado todos en los últimos meses afectará, de alguna manera, al número de agentes que la Guardia Civil de Altea pueda poner en la calle en los meses de verano”, reconoce Such al ser preguntado al respecto.
Pese a ello, el concejal alfasino asegura que “este Ayuntamiento siempre ha tenido y tendrá una excelente colaboración y coordinación con la Guardia Civil. El de 2020 va a ser un verano muy especial por muchos motivos, pero las relaciones con la Guardia Civil van a seguir siendo igual de fluidas que siempre”.