La Nucía es la tierra prometida del deporte y en el edén de la Ciudad Deportiva Camilo Cano no podía faltar el voleibol, deporte que tanta gloria ha dado a la comarca. Nadie mejor que el prestigioso técnico argentino Marcelo Mussi para levantar un proyecto que ya tiene 13 años y que comenzó desde la nada.
“Llegamos a un territorio virgen. Teníamos que poner vídeos a las chicas de los colegios para que vieran qué era este deporte”, recuerda el entrenador, presidente y fundador del club, quien ha contado siempre a su lado en esta aventura con Óscar Herrero.
El entrenador argentino comenzó de cero el proyecto a propuesta del Alcalde
Empezando de cero
Posiblemente, no había nadie más cualificado que Mussi para iniciar la aventura. El argentino, especializado en el trabajo con la cantera, llevaba en España desde principios de los 90 y es historia viva del Voleibol Benidorm en la época dorada del club, al que llevó a disputar la final de la Liga y una competición continental.
En 2003, el alcalde de La Nucía, Bernabé Cano, le propuso formar parte de su faraónico proyecto deportivo. “Por entonces estábamos en la antigua ciudad deportiva, con un campo de tierra y un frontón. Tras escuchar lo que pretendía pensé: si este chico hace el 60% de lo que dice será increíble para la localidad. Pero es que ha hecho el 200%”, recuerda el entrenador.
Tras mostrar por los patios de los colegios e institutos las virtudes del voleibol, Mussi decidió erigir un club, basado en tres pilares fundamentales: dar a conocer este deporte entre las jóvenes, proporcionar una opción de deporte en equipo, y que su práctica permita un desarrollo físico armónico y controlado.
Inculcar valores
Pese a ser un entrenador ganador y de prestigio, Mussi no prioriza en esta etapa el resultado. “El deporte es parte de la educación. Intentamos complementar la labor de los padres, inculcando los valores que van unidos al deporte colectivo, como el compromiso, la solidaridad y el esfuerzo”, detalla. “A mí no me preocupa que las niñas no vengan a entrenar si están estudiando, pero sí debe existir un compromiso con el club y con sus compañeras”, añade el argentino.
“Las chicas saben que si quedamos últimas pero competimos bien, las invito al McDonalds”, explica Mussi, quien asume que su gen de entrenador-ganador ha perdido la batalla ante el de entrenador-formador. “Yo ya no necesito medallas o títulos. Mi alegría es ir por la calle y que vengan mujeres y señoritas, con bebés en los brazos, para saludarme y recordarme que las entrené”, reflexiona. “Ese es mi logro más grande, junto a ver a las chicas que estudian y son universitarias”, añade el sudamericano.
Los conjuntos infantil y cadete lograron ascender de categoría este curso
Frutos de un buen trabajo
No es el principal objetivo del club, pero el buen trabajo realizado suele dar frutos. Y esta temporada el Club Voleibol La Nucía ha logrado un histórico doblete de ascensos con el infantil y cadete a categoría Preferente, máxima categoría autonómica. Ambos equipos finalizaron la competición en la segunda plaza y al no haber playoff, por la crisis del coronavirus, asaltaron la plaza de ascenso directamente.
Curiosamente, muchas de las jugadoras ya consiguieron el año pasado, cuando eran infantiles, el ascenso al que el club renunció por cuestiones deportivas, por lo que para varias jugadoras ha sido su segundo ascenso consecutivo.
La entidad se fundó en 2006 y ya cuenta con seis equipos federados
64 jugadoras
El club cuenta con 64 jugadoras, repartidas en seis equipos. A pesar de la cercanía del gigante Playas de Benidorm, La Nucía mantiene una excelente relación con su vecino, al igual que con Finestrat, Altea o Alfaz. “Esto no es como el fútbol, aquí no hay rivalidades. Si una chica quiere cambiar cuando llega al nuevo club lo primero que hacen es llamarme para saber si estoy enterado y di mi aprobación”, desvela.
De momento, La Nucía no se ha planteado abrir la sección masculina “porque apenas hay interés” en la localidad. “Si me llega algún chico preguntando le doy el teléfono de la gente de Benidorm”, asevera.
Calidad por encima de cantidad
Mussi no echa de menos los focos ni la altísima competición. Siente que su labor en La Nucía le llena por completo. “Agradezco a Dios que trabajo en lo que me gusta. He cumplido todo. ¿Qué más le puedo pedir al vóley?”, se pregunta el técnico, quien presume con la misma pasión de haber ayudado en su carrera deportiva a jugadoras internacionales, como de que hayan terminado sus estudios universitarios.
Mussi es el club, construido a imagen y semejanza de su personalidad y de forma de entender la vida. “Las jugadoras representan a La Nucía y la imagen debe ser impecable. Si tiras una botella al suelo o protestas a los árbitros no lo hace fulanita, sino una jugadora de La Nucía. Y eso nos perjudica a todos. Al club, a mí como responsable y a la imagen de la localidad. Se gane o se pierda hay que comportarse”, añade. Y es que la derrota “es parte del aprendizaje”.
Pese a sus 65 años, Mussi no contempla aún la opción de la jubilación. “No sirvo para quedarme en el sofá”, asegura. Confía en que con el paso de los años el Club Voleibol La Nucía “sea mucho más que yo”. “La idea es seguir creciendo, pero más con un trabajo cualitativo que cuantitativo”, concluye.