El de 2020 va a ser, no cabe ninguna duda, un verano muy especial para el sector turístico mundial. Con muchos países todavía aplicando restricciones de movilidad y buena parte de la población debatiéndose entre el deseo de disfrutar de unos días de descanso y el lógico miedo a la covid-19, los usos y costumbres de los viajeros van a sufrir importantes cambios.
Será, además, una época de reinvenciones muy especialmente en los destinos que, como buena parte de la Costa Blanca, han basado una importante sección de su turismo en el producto de sol y playa. Con los arenales afectados por la limitación de espacio y otras medidas de control de afluencia, es el momento de sacar la artillería pesada y promocionar aquello que, hasta ahora, se ha venido a llamar ‘oferta complementaria’.
Usando términos deportivos, 2020 será el año en el que la provincia de Alicante tenga que hacer uso de su ‘fondo de banquillo’ y convierta en titulares a aquellos productos que, hasta ahora, salían al rescate de las playas, las grandes joyas de la corona, en momentos muy puntuales. Por fortuna, y por seguir con el símil, la Costa Blanca tiene unos suplentes de lujo que pueden jugar, con todas las garantías, en la Champions League del turismo.
Las distintas denominaciones de origen cubren la práctica totalidad de la geografía alicantina
La importancia del producto
No cabe duda de que la gastronomía alicantina es uno de los grandes imanes turísticos de la provincia, pero en esta ocasión no vamos a centrarnos en la magia que, con sus manos y saber hacer, son capaces de llevar a cabo los chefs y cocineros sino en ese producto autóctono que, puesto luego en buenas manos, eleva cualquier plato a la condición de experiencia gastronómica.
Conocer el proceso de cultivo o producción de estos productos nos permitirá disfrutar todavía más de la gastronomía alicantina
Así, Alicante cuenta con hasta siete denominaciones de origen en productos tan variados como los nísperos, las cerezas, la uva, la granada, bebidas espirituosas y, por supuesto, los más archiconocidos como son el turrón y el vino. Conocerlos a fondo, pisar las tierras donde se producen y empaparse de la cultura que gira en torno a ellos puede ser un plan realmente interesante, tanto para aquellos que nos visitan desde otros puntos del mundo como para los residentes de la provincia.
Nísperos, el oro de Callosa d’en Sarrià
El níspero es, según la definición que de él ofrece el diccionario, el fruto del árbol del mismo nombre, aovado, amarillento, rojizo, de unos tres centímetros de diámetro, coronado por las lacinias del cáliz, duro y acerbo cuando se desprende del árbol; blando, pulposo, dulce y comestible cuando está fermentado.
Como ocurre en la mayoría de estos casos, la mera descripción no hace justicia a lo que podría denominarse el oro de Callosa d’en Sarrià, población que produce la mayor cantidad de este manjar en la comarca de la Marina Baixa, donde 19 municipios, especialmente en la zona del Vall del Algar-Guadalest, tienen importantes explotaciones.
Conocer el lugar donde se cultiva es toda una experiencia en cualquier época del año, incluso fuera de los meses en los que la práctica totalidad de las familias que habitan aquellos pueblos se dedican a su corta y delicada cosecha. Tomando Callosa como punto de partida y el Vall del Algar-Guadalest como territorio a explorar, las posibilidades son infinitas.
Cerezas, el tesoro de la montaña
Alicante es una de las zonas más montañosas de Europa y ese interior tan salvaje es, precisamente, uno de sus tesoros mejor guardados y desconocidos. Escondido a simple vista de cualquier veraneante, los altos picos de la provincia guardan, además, un tesoro pequeño y rojo que no puede faltar en la despensa de los amantes de la fruta: la cereza.
De color rojo carmín a rojo vivo, con pulpa blanda, generalmente pequeña y que contiene altos valores nutritivos, es uno de los cultivos tradicionales en la parte norte de la provincia de Alicante; en la zona de Planes, Almudaina, La Vall d´Alcalà, Vall de Laguar y Vall de Gallinera, donde tienen unas características especiales debido al clima donde se cultivan a más de 900 metros de altura.
Las variedades que ampara el consejo regulador son Burlat, Tilagua, Planera, Nadal y Picota. Su comercialización se produce entre los meses de abril a julio, por lo que conocer y, quizás probar directamente del árbol, este manjar, puede ser una opción muy interesante para las primeras semanas del estío.
Uva embolsada, más que doce campanadas
Aunque existen varias teorías, la más documentada nos habla de que a finales del siglo XIX se sucedieron unos años con grandes producciones de uva de mesa y que, para conseguir darles salida, los empresarios de la época instauraron, con enorme éxito, la tradición de despedir el año comiendo doce uvas al son de las campanadas.
Hoy en día, gran parte de las uvas que, como cantaba Mecano, usamos “entre gritos y pitos los españolitos, enormes, bajitos” para hacer, “por una vez, algo a la vez”; salen de la zona geográfica de cultivo que comprende los municipios de Agost, Aspe, Hondón de las Nieves, Monforte del Cid, Novelda y la Romana.
Se comercializa en dos categorías ‘extra’ y ‘primera’, ambas de uvas blancas. Se selecciona minuciosamente en el mes de julio y se cubren con una bolsa de papel de celulosa satinado que se mantiene hasta su recolección. Esta práctica se viene haciendo desde principios del siglo XX.
Las bebidas espirituosas son, quizás, una de las D.O. más desconocidas entre las existentes en la Costa Blanca
Bebidas espirituosas, las desconocidas
Quizás, una de las denominaciones de origen más desconocidas con las que cuenta la provincia de Alicante es la que hace referencia a las bebidas espirituosas. En un verano en el que muchos van a optar por el disfrute más solitario, evitando las aglomeraciones, puede ser un buen momento para que nos adentremos en el placer de descubrir nuevos cócteles o bebidas con las que disfrutar de la buena mesa, una agradable conversación o la innegociable sobremesa tras un buen atracón.
En este caso, el consejo regulador ampara a cuatro bebidas. Quizás, la más conocida fuera de sus fronteras naturales sea el Aperitivo de Café Licor de Alcoy, que surge de la maceración de café de la variedad Arábica de tueste natural en alcohol neutro y con el que se han elaborado varios combinados.
Extensa es también la fama del Anís Paloma de Monforte del Cid, que se produce de la destilación del anís verde y/o anís estrellado en alcohol neutro. Todo ello, sin olvidarnos del Cantueso alicantino, obtenido de la destilación de la flor y el pedúnculo de la planta del cantueso en alcohol neutro y el Herbero de la Sierra de Mariola, de la destilación o maceración en alcohol de ciertas hierbas recolectadas en ese enclave natural.
Granada de Elx, algo más que palmeras
Elx es la ciudad de los tres Patrimonios de la Humanidad y su imagen está íntimamente ligada a las palmeras y el Misteri, pero, como tantos otros lugares de la Costa Blanca, esconde un interesante secreto en forma de producto protegido con denominación de origen: la granada mollar.
Se trata de un fruto con forma redonda, dividida interiormente en varios lóbulos, dentro de los cuales se encuentran las semillas. Su corteza es fina a media, lisa y brillante. Se caracteriza por su equilibrio entre acidez y azúcares, por tener una coloración exterior del amarillo crema al rojo y por la composición antociánica de los arilos que le proporciona del color rosa intenso al rojo.
La zona de producción agrícola está constituida por los términos municipales pertenecientes a las comarcas de Bajo Vinalopó, Alacantí y Vega Baja situadas en la provincia de Alicante.
La Ruta del Vino de Alicante nos permitirá conocer los distintos entornos naturales de una provincia tan heterogénea
Vino, una DO con su propia ruta
Gracias a su diversidad de climas, comarcas y variedades, Alicante presenta un catálogo de lo más surtido en cuanto a tipos de vinos. Por ello, lejos de querer ser una denominación de origen temática y sólo con una categoría por imperativos del marketing, los viticultores alicantinos han querido ser creativos, diversos y variados como reflejo de ese espíritu mediterráneo que los ha acompañado desde siempre.
Por eso, los Vinos Alicante, al contrario de lo que sucede con otras denominaciones de origen, presentan una gran cantidad de opciones para todos los gustos. Curiosamente casi ninguno pasa desapercibido y todos hablan de su origen. Hay un vino alicantino para cada tipo de consumidor, y eso es una ventaja cultural que no se puede despreciar.
La Ruta del Vino de Alicante es la mejor propuesta para que el enoturista se sumerja en un fascinante viaje que une varias comarcas de la Costa Blanca con gran tradición vitivinícola, como la del Vinalopó con los municipios de Algueña, Monóvar, Novelda, Petrer, Pinoso, Salinas, Villena y Elche, al sur y la Marina Alta y Baixa con los municipios de Alcalalí, Benissa, Senija, Llíber, Benigembla, Parcent, Castell de Castells, Murla, Xaló y l’Alfàs del Pi, al norte, ambas diferenciadas pero unidas por un mismo símbolo, la vid.
El turrón y la uva del Vinalopó son, desde hace décadas, sinónimo de Navidad en toda España
El turrón, sinónimo de familia
Si hay una época del año que es sinónimo de reuniones familiares y buenas intenciones esa es, no cabe duda, la Navidad. Y si en ese periodo, tan caracterizado por las reuniones en torno a una mesa, tiene algo –además de las uvas embolsadas del Vinalopó– común en todos los hogares, ese es otro de los productos alicantinos más emblemáticos: el turrón.
La denominación de origen comprende dos tipos de turrón: el Jijona y el Alicante. Para entendernos, uno es el blando y el otro es el duro, pero ambos están elaborados en la población de Jijona con materias primas de la Comunitat Valenciana y tienen origen árabe.
El de Alicante es el denominado turrón duro y cuenta con la categoría Suprema (con un mínimo de 60% de almendra) y la categoría Extra (con un mínimo de 42% de almendra). Por su parte, el de Jijona, el turrón blando, también cuenta con esas mismas categorías, pero en su caso la Suprema cuenta con un mínimo de 64% de almendra y la Extra con un mínimo de 52%. Algo que es común a todos ellos es que deben tener un contenido mínimo del 10% de miel pura de abeja.
Alguno podría preguntarse qué hacemos hablando de turrón en una guía de opciones de ocio para el verano. Además de que las fábricas que deberán surtir los estantes de las tiendas en los próximos meses se pondrán en funcionamiento en breve, cabe recordar que es un producto que se puede degustar en cualquier época del año como helado, sorbete o granizado.