El azote de la covid se está notando en el turismo de todo el país, aunque la costa es la que más visitantes recibe pese a la pandemia mundial que se está viviendo.
Este es el caso de Santa Pola que como bien indica Jorge Díez, concejal de Playas del Ayuntamiento, “los datos sí que dicen que hay menos gente, aunque vas a la playa y la ves llena. Sí que es verdad que hay más distancia entre bañista y bañista, y una cosa compensa a la otra. No estamos al 100% pero sí que puede ser que estemos al 80% aproximadamente. El lleno se ve también por la distancia”.
«La playa no puede ser un estado policial, muchas normas pueden generar un conflicto y no una solución» J. Díez
Medidas adoptadas
En los demás puntos del litoral levantino se han tomado ciertas medidas para acotar los espacios para todas aquellas personas que acuden a disfrutar del mar, como por ejemplo delimitar parcelas para mantener así la distancia social mínima establecida por el Ministerio de Sanidad.
En el caso de la villa marinera han querido hacerlo de una forma diferente para evitar que la playa se convierta “en un estado policial”, como remarca Díez, y para ello hay un decálogo de normas que resumen el plan de contingencia en cada acceso de la playa donde se indican el aforo, sector y las normas de forma detallada.
«La mayor parte de la gente respeta, mantiene el pasillo de seguridad y la distancia» J. Díez
Normas a cumplir
Las normas a cumplir, para que así se mantenga la seguridad en las costas de Santa Pola, consisten en mantener la distancia social de cuatro metros entre los núcleos de convivencia o la prohibición de realizar actividades grupales (como juegos de palas o vóley) entre las 10 y las 19 horas, ya que se tratan de las horas de máxima ocupación. Asimismo, se han delimitado la entrada y salida de las mismas a través de flechas para evitar así el trasiego de personas.
Por su parte, los Lavapiés se han vuelto a reactivar para así mantener la seguridad, ya que desde el Consistorio han considerado que era más peligroso tener una acumulación de gente en el paseo. Eso sí, no se ha de olvidar que se debe de usar el gel hidroalcohólico tras salir de la playa, por lo que en los aseos han instaurado dispensadores para el uso popular. Además de recomendar a los mayores que no acudan en las horas centrales del día para así favorecer la circulación.
“La mayor parte de la gente respeta, mantiene el pasillo de seguridad y la distancia. En general están funcionando bastante bien y salvo casos aislados, que se dan todos los años, está habiendo buena convivencia”, explica el Concejal de Playas.
Control de aforo
El acceso a la playa no tenía ningún sistema de vigilancia para conocer cuánta gente acude a la playa, hasta que el pasado 22 de julio el Ayuntamiento ha creado un acceso web en el que la población puede comprobar, con un simple vistazo, cuál es la capacidad de cada una de las playas sintetizado con los colores rojo, amarillo y verde.
La página web donde se tiene acceso a esta información, además de poder informarse de las características de cada una de las playas, así como el estado de la bandera, calidad de las aguas y normativa, es: trello.com/b/RZBMTyCo/
Seguridad
Para acompañar este mecanismo online, cuentan con un dispositivo periódico formado por, aproximadamente, 24 auxiliares de playa, 12 miembros de Cruz Roja, 37 socorristas, 7 miembros de Protección Civil y unos 8 Policías en servicio cómo mínimo.
Esto ayuda a mantener la seguridad en las playas y poder ofrecer un mejor servicio a la ciudadanía que sabe que no tiene un tiempo determinado para disfrutar del baño, pero sí que recomiendan desde el Ayuntamiento un tiempo de unas cuatro horas para favorecer así la rotación. Una petición que se respeta, “salvo para la gente que va a pasar el día a la playa”, como indica Jorge Díez, “porque es un tiempo bastante razonable”.
Se recomiendan a la persona que acuda al punto de accesibilidad que lleve a un acompañante para las acciones que necesitan un contacto estrecho
Puntos de accesibilidad
Uno de los mayores focos de conflicto, desde el principio de esta pandemia, fue el tratamiento que se le dio a los dos puntos de accesibilidad de los que goza Santa Pola, situados en la playa de Levante y Gran Playa.
“Inicialmente Cruz Roja nos planteó su protocolo, pero era bastante estricto desde el punto de vista de seguridad. Inicialmente solo se estaba dando el servicio de préstamo de material, pero mucha gente también necesitaba asistencia”, asegura el Concejal del Partido Popular, “en ese momento también se quería velar para que no hubiera contacto, algo necesario en este servicio”.
Asegura que fue complicado gestionar esta situación, pero necesitaban encontrar el punto intermedio para preservar la seguridad y que la gente pudiera bañarse sin problema. Este método no funcionó y por eso aplicaron un nuevo protocolo, el que está instaurado actualmente, que es más flexible y más satisfactorio para ambas partes. Como explica Díez, recomiendan a la persona que acuda al punto de accesibilidad que lleve a un acompañante para que este sea el encargado de realizar aquellas acciones que necesitan tener un contacto estrecho.
Operatividad
En los casos mencionados anteriormente el personal de Cruz Roja es quien maneja la grúa y quien se queda durante la hora y media que dura el baño, para así preservar la seguridad del bañista y del acompañante. En el caso de que exista algún riesgo el monitor entrará en acción, pero mientras todo vaya correctamente mantendrá la distancia social.
Una vez finalizado el baño, el acompañante volverá a quitarle el arnés para continuar con su actividad cotidiana. “Ahora mismo estamos haciendo esto para evitar que haya un contacto directo, porque vuelven a haber casos de coronavirus y no tenemos que confiarnos”, declara Jorge Díez.
¿Qué ocurre con las personas que no pueden llevar un acompañante? En esta situación será el propio monitor quien se encargará de hacer el traslado a la silla anfibia, manteniendo contacto con el bañista. “Hemos pasado de tener solamente una persona para bañarse, cuando empezamos el protocolo estricto en la fase dos, a tener mucha más afluencia. En general todas las mañanas están ocupadas y hay que tener cita previa para reservar el baño, algo que se hace llamando a Cruz Roja”, informa el Concejal.
Actualmente el punto de Levante tiene dos sillas anfibias, por lo que se dan dos baños simultáneamente, y en Gran Playa hay tres.
La Caleta dels Gossets afectada
Por su parte, una de las playas que más bañistas recibe y que más se ha visto afectada por los temporales que han acechado este año, es la Caleta dels Gossets. Según nos ha informado Díez, la Caleta se mantiene con las mismas medidas de playa y con las normas que siempre ha tenido: el perro tiene que estar vacunado y tener el chip.
“Reconozco que es un asunto muy complejo desde el punto de vista de que la playa ha sufrido mucho por los temporales, es mucho más pequeña que antes, ha perdido mucha arena… Estas playas están mucho más expuestas, se ha reducido el espacio disponible y el aforo”, explica el encargado de las playas.
A ese problema se le añade que es una playa muy concurrida, donde van muchos usuarios diariamente. Desde el fin de semana del 18 de julio hay una pareja de Protección Civil pasando el chip a los perros y controlando que no haya ningún conflicto en la playa. Tal y como ha comentado Díez, los usuarios han agradecido que haya estos vigilantes y es que, ha diferencia de otros años, donde había un trabajador de jardinería, Protección Civil tiene una línea más directa con la policía.
Jorge Díez ha comentado que van a intentar que ya estén a diario para que puedan controlar el acceso a la playa y vigilar que todo vaya correctamente. “Digo intentar porque como están empezando los casos de covid en Santa Pola, no sabemos si en algún momento habrá que confinar a alguien del servicio. Los recursos humanos que tenemos son limitados y en esa playa hay que tener servicios humanos que estén preparados”.
«Está saliendo una cantidad de posidonia que puede ser hasta seis veces mayor que el resto de años» J. Díez
Difícil acceso a la Caleta
El mayor escollo es la zona escogida para crear la Caleta, y es que el acceso de la maquinaria de limpieza es bastante compleja por la vegetación del lugar que está protegida. Después del temporal el Consistorio habilitó otra zona donde no estuviera esta vegetación para poder tener un acceso de la maquinaria pesada que es lo que se necesitaba en ese momento, ya que hay que pedir permiso a Costas, algo que es diferente con el resto de playas urbanas.
“Este año, el problema que nos estamos encontrando con la retirada de la posidonia es que estamos teniendo muchísima. Se ve que los temporales han revuelto mucho la pradera y está saliendo una cantidad que puede ser que sea seis veces mayor que el resto de años. Al final es una realidad, que es la del cambio climático, y tenemos que adaptarnos a este enfoque”, como ha explicado el Concejal.
La arena de Santa Pola tiene que ser cribada, algo que aporta una mayor calidad con respecto a la de otros municipios
Falta de arena
A pesar de ello se está realizando la retirada del alga una o dos veces por semana, y no se puede hacer una limpieza diaria debido a la erosión que sufre la playa, puesto que cuando se retira el alga te llevas arena. “Está siendo un constante tira y afloja para intentar mantenerla despejada y no erosionarla más de lo que está. La hemos limpiado y en este caso esperamos poder llevar una limpieza a principios de semana y otra el viernes, según veamos cómo se está depositando el agua”, ha comentado Díez.
Las playas de la villa están faltas de arena, sobre todo las naturales, porque el temporal se ha llevado la mayoría. Jorge Díez ha explicado que “nuestra arena es especial y no hay en el resto del Mediterráneo, porque vienen de la erosión de las rocas de Tabarca. La Caleta tiene que volver a arenarse de forma natural con el paso del tiempo”. El concejal prevé que si continúan los temporales esta playa terminará desapareciendo, por eso ya han empezado a estudiar nuevos horizontes.
Se estudia una segunda playa para perros en la zona de Vatasa
Segunda playa para perros
El Concejal ha explicado que están buscando otra playa para perros, además de mantener la que ya tiene Santa Pola actualmente, intentando que disponga de los servicios de las playas urbanas. Esto se diferencia de la Caleta, que es una maravillosa playa natural, pero que está a merced de los elementos y de las inclemencias del tiempo. No hay todavía nada en firme, ya que el Consistorio depende de que Costas conceda el permiso.
Una de las ubicaciones que se está estudiando se corresponde con la zona de Vatasa y es que, como afirma Díez “es una playa poco conocida y grande que ahora mismo no está cuidada. Actualmente no va nadie, pero tiene buen acceso para la limpieza, está céntrica, dispone de una zona de aparcamiento y está perfectamente acotada”, a lo que añade que “se está estudiando para proponer de cara a la temporada que viene. Además de tener sobre la mesa una segunda opción que sería a final de Tamarit o principio de la Gola, pero es algo que puede generar algún conflicto”.
Ganando en experiencia
Como bien ha explicado el concejal de Playas “este año está siendo raro, pero vamos a aprovechar esta crisis a nivel de servicios públicos para aprender y ordenar un poquito. Las medidas que estamos tomando no sabemos cómo van a funcionar y mentiría si dijera lo contrario”.
Nunca se ha vivido esta situación y todos van aprendiendo con el tiempo, la parte positiva de esta pandemia, como también ha comentado Díez, es que independientemente de quién siga después del mandato del PP, el personal que está en el Ayuntamiento tiene experiencia en gestionar este tipo de crisis.