Entrevista > Javier Gonzalvez / Organista (17-mayo-1969)
La vida de Javier Gonzalvez ha estado siempre vinculada a la música, especialmente a la del Misteri.
A los nueve años entro en la Escolanía y se creó un vínculo entre él y todo lo que rodea al Misteri con unos lazos muy fuertes, que difícilmente se pueden romper. Dirige desde 2002 la Escolanía, y desde hace dos cumple con su papel de Mestre de Capella, en un puesto provisional a la espera de la convocatoria obligatoria que decida la persona que deba hacerse cargo de dicho puesto.
«El órgano, encargado en 2006, costó casi un millón de euros y el patronato se movilizó para conseguir subvenciones»
Instrumento único
Pero hoy queremos conocer su faceta como organista de Santa María, y que nos hable de este instrumento único y complicado que muy pocos están preparados para tocar, y por el que han pasado las manos de los mejores organistas de Europa que no querían perder la ocasión de acariciar sus valiosas teclas.
Las últimas piezas llegan el próximo mes de septiembre con lo que quedará completado un instrumento que empezó a instalarse en el año 2006, y que ha costado la friolera de un millón de euros, pesa trece toneladas, y tiene tres alturas.
«Es como estar tocando toda una orquesta a la vez»
¿Qué principales características tiene el órgano de Santa María?
Su armonización facilita toda su sonoridad y permite muchas posibilidades de repertorio musical renacentista o contemporáneo, pasando por el barroco o el romántico.
Dispone de un ordenador a través del cual puedes pregrabar sonidos diferentes para luego ir aplicándolos a la pieza que estés tocando. A pesar de su complejidad con este órgano todo es más sencillo ahora. Antes hacían falta tres o cuatro personas junto al organista para darle a los fuelles y a las diferentes piezas que hay que tocar en un concierto.
Tiene tres teclados de madera, más los pedales de los pies, a lo que hay que sumar las piezas anexas llamadas registros, que introducen las familias de sonidos. Es como estar tocando toda una orquesta a la vez.
¿Cuál es su historia?
El 20 de febrero de 1936 el incendio de la Basílica de Santa María se lleva por delante al órgano construido por Leonardo Fernández Dávila en 1754, que hizo una gran obra construyendo aquel órgano que se convirtió en uno de los mejores de España de la época. Posteriormente, en 1948 se estrena el órgano eléctrico encargado a Organería Española.
Los materiales no eran muy buenos, pero era a lo que se podía aspirar en los duros tiempos de la posguerra. No era un órgano para una basílica como esta. Ante esta situación, y con las constantes averías, se decide comprar otro, con una estética estrechamente vinculada al órgano del siglo XVIII.
El órgano encargado a Grenzing en 2006 costó casi un millón de euros, y el patronato se movilizó para conseguir las subvenciones necesarias y hubo que hacerlo en varias fases debido al elevado coste.
Un gran trabajo realizado por Grenzing, y que se hizo a la medida de la acústica de la Basílica. Las últimas piezas las esperamos en septiembre, con lo que quedará totalmente completado.
«Hasta aquí han venido a dar sus conciertos los más importantes organistas del mundo»
¿Su calidad le convierte en uno de los mejores de Europa?
Sin duda. Está considerado entre los más importantes de Europa, y en España solo se pueden comparar a él órganos como el de la Almudena o el del Auditorio nacional.
En noviembre ya se viene celebrando desde hace unos años en la Basílica una serie de conciertos de órgano muy importantes, y hasta aquí han venido a tocar los más grandes organistas del mundo; la basílica se abarrota de gente en esos momentos.
Lo curioso es que vienen con un caché muy bajo y algunos casi gratis porque no quieren perder la ocasión de tocar un órgano como este, y con una acústica como la de Santa María. Todos se van impresionados.
¿Por qué decidiste ser organista?
Un día dirigiendo el coro de la iglesia del Salvador me puse a tocarlo y me enamoré de este instrumento. Tanto que dejé los estudios de piano y seguí en el conservatorio, pero en el de Alicante, donde se puede estudiar. A los años de piano sume los de órgano que son diez más.
Descubrí que tocar un órgano es, como te decía antes, como tocar tú solo toda una orquesta; que va mucho más allá de las teclas y con infinidad de sonidos paralelos.
No hay muchos músicos que se decanten por el órgano, no solo por su complejidad sino porque no puedes tener uno en casa y tienes que recurrir a iglesias o a grandes auditorios para poder tocarlo, y no es fácil, especialmente porque hay muy pocas iglesias que lo tengan. En cualquier otro país europeo en la mayoría hay un órgano y un organista, pero en España no.
Finalmente me nombraron organista de la Basílica de Santa María, donde tengo el honor de tocar uno de los mejores órganos de España.
«A la gente que canta en un coro el corazón le late al mismo ritmo»
Este agosto las circunstancias van a mantener el órgano en silencio pues no se celebra el Misteri. ¿Cómo está viviendo esta situación la Capella?
Pues con una sensación muy rara y muy triste. Ten en cuenta además que somos un grupo de gente muy unida. Cuando alguien canta en un coro no está cantando solo, está cantando con la persona que tiene al lado y con todos los demás y están uniendo sus voces.
De hecho dicen los científicos que se une también el latido del corazón. A la gente que canta en un coro el corazón le late al mismo ritmo, y eso genera una unión social y emocional y todos sienten lo mismo emocionalmente y físicamente. Durante el estado de alarma seguíamos cantando de forma virtual pero no es lo mismo, y echábamos de menos esas sensaciones.
Ahora hemos empezado a ensayar de ocho en ocho cantores, pero desde luego en las fechas del Misteri tendremos una gran sensación de tristeza.