Desde 1996, un deporte de origen anglosajón, hermano mayor del béisbol, se ha ganado un hueco en la agenda y el corazón de los alfasinos. Se trata del cricket, que gracias a la labor del Sporting Alfàs Club ha logrado situar a la localidad en el mapa deportivo español e internacional.
Este mes de agosto, si las condiciones sanitarias acompañan, debe arrancar una nueva temporada en busca de éxitos, aunque la victoria nunca ha sido una obsesión para una entidad que antepone el factor lúdico y social a los resultados.
La entidad moviliza alrededor de 90 personas entre jugadores y socios
Millones de licencias
El criquet a orillas del Mediterráneo parece algo exótico, pero la realidad es que se trata de uno de los deportes con mayor número de seguidores en el planeta. Nacido en Inglaterra, todo el mundo de influencia anglosajona lo practica y lo ama, como sucede en India, Pakistán o Australia, lugares en los que las licencias se cuentan por millones y es casi una religión. Once jugadores por equipo, una pelota, un bate y un campo ovalado. Y a disfrutar sin límite de tiempo.
A Alfaz llegó de la mano, cómo no, de la numerosa colonia británica que existe en la zona. Poco a poco se fue corriendo la voz entre los residentes de la comarca y el Sporting Alfàs Cricket Club tomó forma, según explica Christian Muñoz Mills, capitán del equipo y de la Selección Española. Ahora la entidad ya moviliza de forma regular a unas 90 personas, entre jugadores, técnicos y socios.
A Christian, de 29 años y fisioterapeuta de profesión, lo introdujo en este deporte su abuelo, quien jugaba al cricket en Inglaterra. “Cada vez que venía en verano a visitarnos se ponía a jugar conmigo y me enseñaba. Y me comenzó a gustar. Empecé a jugar con 10 años y hasta ahora”, señala el alfasino.
El equipo está formado por mayoría británica, pero también hay hindús y pakistanís
Equipo multinacional
Al no ser un deporte autóctono ni con raíces profundas en l’Alfàs, Christian reconoce la dificultad de ir haciendo “cantera” o de encontrar “patrocinadores” que apoyen el proyecto del club. “Cuesta mucho, aunque por suerte y gracias a que algunos partidos se televisan estamos creciendo más”, señala el capitán de la selección, quien agradece la ayuda y colaboración que ha encontrado siempre por parte del Ayuntamiento.
«Es difícil tener enganchados a los españoles a este deporte» C. Muñoz
“Siempre han sido facilidades, desde el estado del campo, de los mejores de la competición, hasta las ayudas para organizar torneos”, valora Christian, quien admite que el gran vivero del club está “en la colonia británica”. “Nos cuesta mucho conectar con los españoles. Tenerlos enganchados a este deporte es complicado porque son muchas horas de partidos. Aquí nunca se sabe cuándo se acaba”, explica.
De hecho, la mayoría de los jugadores del Sporting Alfas Cricket Club son ingleses, aunque también hay pakistanís e hindús, hermanados en esta ocasión por el deporte. Sucede lo mismo en la Selección Española, en la que la mitad del equipo es de origen inglés, la otra mitad hindú-pakistaní “y luego estoy yo”, bromea Christian.
La nueva temporada
La pandemia originada por el coronavirus no hizo una excepción con el cricket, que se vio obligado a suspender toda actividad deportiva. La competición regresó el pasado mes de julio en una temporada en la que el Sporting Alfàs Cricket Club aspira a reconquistar el campeonato de su Liga, perdida el pasado curso tras varios éxitos consecutivos, para desafiar posteriormente al ganador del grupo de Cataluña, región donde existe una gran tradición, en lo que suele ser el gran partido del año en el que se define al mejor de España.
Christian, que desempeña las funciones de lanzador y bateador, asegura que el nivel del jugador español, pese a la poca tradición en este deporte, “no es malo”, aunque sí aprecia una diferencia con respecto a los clubes ingleses en lo que suele llamarse la profundidad del banquillo. “Allí la media de buenos jugadores es mucho más alta por equipo. Aquí, como mucho, hay tres o cuatro buenos”, explica el alfasino, quien garantiza que su deporte también ha sabido adaptarse a la nueva normalidad sanitaria.
A pesar de ser un juego desconocido para la mayoría de los aficionados, España no está mal situada en el ranking internacional. Ocupa la posición 40 entre más de 100 países y justo antes de la pandemia fue capaz de vencer a Alemania, situada entre las 25 mejores.
Factor social
Uno de los aspectos que convierten al cricket en un deporte especial es su factor social. “No es solo el partido, ni para los jugadores ni para los espectadores”, señala. Al igual que sucede con el polo, los encuentros son casi una excusa para entablar relaciones personales mientras se disfruta al aire libre del deporte.
“Nosotros siempre tenemos 25 o 30 personas en la terraza viéndonos jugar. Algunos están un rato y se van, otros llegan a mitad del partido y unos pocos se quedan todo el día”, señala el jugador, quien también destaca la relación “social” entre los dos equipos. “Sucede como en el rugby, cuando acaba el partido es normal tomarse una cerveza con los jugadores del otro equipo y comentar con ellos las jugadas. Es verdad que no existe el contacto directo como en otros deportes pero claro que hay piques, aunque se quedan en el campo”, apostilla.