En apenas unos días comenzamos un nuevo curso al que en Orihuela llegamos con muchas asignaturas pendientes. Quiero detenerme en el casco histórico de la ciudad, donde un simple paseo permite detectar el vacío y abandono de sus edificios, de las viviendas y de los locales comerciales que en otro tiempo fueron los más frecuentados de la Vega Baja. El tiempo de hablar de diagnósticos ha pasado, porque la situación es real, así que lo que hay que hacer es impulsar soluciones para un problema que mata a nuestra ciudad.
Tenemos lo más importante, nuestro capital humano. A partir de ahí debemos plantear una gran reactivación centrada en tres ejes que han de desarrollarse de manera simultánea para, sobre todo, retener a la población. De manera simultánea e inmediata, porque el impulso que planteamos desde Cámara Orihuela tiene que ponerse en marcha ya para poder ser una realidad de cara al año 2030. Una década de transformaciones necesarias para tener la ciudad que queremos.
Primero, las ciudades en las que se vive están vivas. Puede parecer una obviedad, pero lo cierto es que la creación de un parque público de vivienda en nuestro casco histórico daría como resultado que los jóvenes no tengan que ir a buscarse una casa a otros pueblos de la comarca. Me refiero a un parque público porque son las administraciones y en especial las más cercanas, las primeras que deben actuar. Poner esa primera piedra en forma de inversión que genere la confianza en el sector privado para que sea el que ponga la segunda y la tercera. Tirar del carro desde nuestra casa para conseguir ayuda desde fuera para la adquisición y reforma de edificios que permitan crear un hábitat apropiado.
Segundo, devolver el centro de la ciudad a la vida generará automáticamente la apertura de nuevos negocios y por tanto la reactivación comercial. Hoy en día la restauración tira con fuerza en Orihuela, pero necesitamos otros sectores que aporten talento y futuro. Por eso no debemos circunscribirnos solo al casco histórico y plantear como segunda acción urgente, la creación de un parque empresarial próximo a la A-7 cuya gerencia debe tener entre sus principales misiones la de buscar empresas tecnológicas que también quieran venir aquí y por tanto, vivir aquí.
En tercer lugar, aunque es algo que siempre aparecerá lo primero en cualquier diagnóstico es recordar que Orihuela es una ciudad ubicada estratégicamente en un eje de más de dos millones de personas (Alicante-Elche-Murcia) que cuenta con un patrimonio histórico-artístico solo comparable en toda la Comunitat Valenciana al de la propia ciudad de Valencia.
Empresas/trabajadores/vivienda/economía. Un impulso económico de tal magnitud que permitiría a Orihuela en diez años volver a ser el motor económico que fue. Por eso no hay tiempo que perder, hoy mismo tiene que comenzar un cambio que solo nosotros podemos realizar y para el que brindo toda la colaboración de Cámara Orihuela al resto de instituciones. Tenemos muchas asignaturas pendientes y el curso empieza ya. Pongámonos en marcha.