El Ayuntamiento de Petrer va a retomar su proyecto de remodelación de la piscina cubierta de San Fernando, después de que la crisis sanitaria por el coronavirus obligara a suspender el anterior plan de reforma de la instalación municipal anunciado el pasado marzo.
De este modo, Petrer vuelve a insistir en un proyecto largamente deseado, que actuará sobre una infraestructura de 30 años de antigüedad que se encuentra en mal estado de conservación, y que necesita ser reformada de forma integral para solucionar los problemas que viene arrastrando en los últimos tiempos.
Se ha tenido muy en cuenta la sostenibilidad y eficiencia energética
Más de dos millones de inversión
En concreto, la memoria del proyecto presentada por los concejales de Urbanismo, Fernando Portillo, y de Deportes, Patricia Martínez, asciende a 2,3 millones de euros, de los que se solicitará a la Diputación Provincial la subvención de 900.000 euros que corresponde a Petrer del Plan Planifica, de la institución provincial, para los próximos tres años.
La instalación urge de una actuación porque se ha quedado “obsoleta”, entre otros aspectos por no cumplir con algunas normativas actuales en materia de prevención y seguridad, siendo la remodelación totalmente necesaria para disponer de una piscina “moderna, accesible y con mayor eficiencia energética para que al menos pueda durar otros 30 años más”, recalca Martínez.
Proyecto suspendido
Cabe recordar que el pasado mes de marzo se presentó un proyecto de reforma de la piscina por un montante de algo más de un millón de euros a cuenta de las Inversiones Financieramente Sostenibles (IFS), pero la declaración del estado de alarma por la pandemia sanitaria derivada del coronavirus dio al traste con la remodelación, al tener que derivar aquel remanente del superávit municipal a dotar de mayor presupuesto a la concejalía de Servicios Sociales para atender las necesidades urgentes de la población.
Ya entonces se habló de acometer una reforma en unas instalaciones que están en el ojo del huracán al necesitar de continuas reparaciones, dada su antigüedad, y que han provocado repetidas quejas entre los usuarios. En 2016 se realizaron unas obras de mejora y acondicionamiento por valor de 150.000 euros que, entre otras medidas, actuaron sobre el vaso grande, el pavimento de la instalación, en ventanas, y en solucionar diversos problemas de humedades. Dos años más tarde se actuó nuevamente, esta vez en la zona de vestuarios.
No a una nueva piscina
Así, esta medida es la “más racional y beneficiosa para Petrer”, frente a la “obra faraónica” que supondría construir una nueva, que no haría más que “endeudar” al Ayuntamiento y tiraría por tierra toda la inversión realizada durante los últimos años, en palabras de los responsables municipales.
De este modo, el actual y renovado plan de reforma ha sufrido algunas modificaciones con respecto al anterior al contar con mayor presupuesto, pero sigue siendo totalmente compatible con los programas sociales de atención a las personas puestos en marcha por el ayuntamiento, que “son una prioridad absoluta”.
Intervención estructural
Dentro de las actuaciones que se van a acometer puede destacarse la ampliación con dos calles nuevas más, y la mayor profundidad de la que se va a dotar al vaso de la piscina para la adecuada práctica de ciertas competiciones deportivas de equipo, como waterpolo.
También está previsto aumentar la altura de la piscina, que pasará de 4 a 9 metros, sustituyendo la actual cubierta por una nueva, y la reestructuración y ampliación de los vestuarios para hacerlos más espaciosos, utilizando para ello parte de un solar contiguo en desuso.
Otros de los aspectos que se van a tener en cuenta es la renovación de toda la iluminación, para hacerla más eficiente, y la actuación en el graderío con la colocación de asientos de PVC sobre las actuales gradas de cemento.
Este verano se ha aprovechado para realizar pequeños arreglos en el interior de la instalación
Evitar reparaciones constantes
Se trata, como nos explican desde el área de Deportes, de poner en marcha un proyecto “muy necesario” en unas instalaciones que necesitan de constantes reparaciones para seguir prestando servicio a los vecinos, a la vez que acabar de una vez por todas con los problemas que en los últimos años han obligado a “poner parches, que no son la solución”.
Aunque hay un plazo de tres años para iniciar las obras, la intención es comenzar a finales de 2021
Fuentes de la concejalía nos han asegurado que, dado que la Diputación ha establecido un plazo de tres años para el inicio de las obras, el planteamiento es comenzar a finales de 2021, así que está previsto abrir con toda normalidad este septiembre. No obstante, han pedido “paciencia” a los clubes deportivos y a las aproximadamente 750 personas que hacen uso de la instalación durante el tiempo que vaya a estar cerrada por las obras.