En el año 2005 Üner Tan, biólogo evolutivo, descubrió a una familia de 19 hermanos cinco de los cuales presentaban deterioro de las capacidades cognitivas, hipoplasia cerebelosa, habla disártrica y marcha cuadrúpeda habitual en manos y pies. Interpretó estos síntomas como ejemplos de devolución humana, indicando cómo “pueden proporcionarnos algunas pistas importantes sobre la transición de la cuadrúpeda a la bipedestación”.
Bautizado con el nombre de el síndrome de Üner Tan, o simplemente como UTS, el biólogo indicó que la presencia de una mutación en un gen receptor sería la causa de algunos de estos síntomas, aunque es cierto que estas asociaciones genéticas parecen explicar únicamente una parte de este síndrome.
Para respaldar su afirmación, Tan y sus compañeros investigadores alegaron que las personas con este síndrome utilizan un cuadrúpedalismo de secuencia diagonal “similar a un primate”, un tipo de marcha que distingue a los primates de la mayoría de los demás mamíferos.
Y podemos hacer una prueba sencilla y simple en casa: una vez termines de leer nuestro artículo y te levantes de la silla, al caminar, observa cómo tu brazo derecho se balancea hacia adelante cuando des un paso con el pie izquierdo. Y luego mira a tu gato o perro: su extremidad anterior derecha y su pierna se mueven juntas hacia adelante, un paso conocido como secuencia lateral.
Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado cómo las personas con el síndrome de Üner Tan caminan de forma diferente a los primates no humanos: ponen su peso en sus muñecas, no en sus nudillos.
Pocos años después, en 2014, investigadores de la Universidad de Texas en Austin (Estados Unidos), analizaron 518 pasos cuadrúpedos de imágenes de los miembros de la familia turca con este síndrome, además de secuencias de video de otras familias. Y los resultados del análisis fueron publicados en PLoS One.
Descubrieron que los individuos con síndrome de Üner Tan utilizaban casi exclusivamente la secuencia lateral, no la secuencia diagonal (pasos cuadrúpedos). De hecho, la secuencia diagonal solo se utilizó muy ocasionalmente y no era el modo de andar preferido.
El equipo de investigadores también descubrió que el cuadrúpedalismo exhibido por personas con este síndrome se asemeja al de otros adultos a los que se les pide que caminen en forma cuadrúpeda en un entorno experimental. Sin embargo, a diferencia de los voluntarios que han participado en estos experimentos, los que sí tienen UTS pueden moverse con bastante eficacia a cuatro patas.
Dicho de otra forma, los estudiosos encontraron que el cuadrupedalismo en adultos con discapacidades físicas o sanos se podía explicar usando principios biomecánicos en lugar de suposiciones meramente evolutivas.
Es decir, su caminar sería más bien un subproducto de una condición neurológica y hereditaria, la cual complica su sentido del equilibrio. Y, para adaptarse, han desarrollado el cuadrupedalismo.
Christian Pérez