Aunque ya no conserva su esplendor ni su funcionalidad de antaño, el Acueducto de San Rafael, uno de los tres Bienes de Interés Cultural (BIC) de Petrer junto con el Castillo y la Finca El Poblet, permite aún adivinar una de las más importantes obras de la ingeniería hidráulica de su época en la comarca.
Cercano al barrio de San Rafael, transportaba el agua del manantial de Santa Bárbara salvando el desnivel de la rambla de Puça
Construido en el siglo XVI
Construido a finales del siglo XVI para transportar el agua del manantial de Santa Bárbara hasta la vecina Elda salvando el desnivel de la rambla de Puça, estuvo en uso hasta bien avanzado el siglo XIX, pero su actual aspecto y ubicación, en un entorno que pide a gritos ser acondicionado, dista bastante de lo que cabría esperar de un monumento histórico de sus características.
A pesar de las reformas que se le han aplicado en diversas ocasiones, su exposición a las inclemencias climatológicas, en especial las lluvias torrenciales, han hecho mella en este gigante de piedra dañando parte de su estructura, y han provocado una respuesta por parte del Ayuntamiento para frenar su deterioro.
Última reforma en 2014
De este modo, la concejalía de Patrimonio va a poner en marcha después del verano un plan para conservar este bien cultural, y para ello ha realizado un proyecto de ejecución cuyo presupuesto asciende a 43.709,89 euros, de los que se ha solicitado una subvención del 65% (28.411,43 euros) a la conselleria de Educación, Cultura y Deporte.
El monumento, que ha llegado hasta nuestros días con tres de los seis arcos con los que contaba originalmente, ha sido objeto de diversas actuaciones a lo largo de su historia. La última fue en 2014, cuando se realizaron unas labores de consolidación y limpieza que reforzaron su estabilidad estructural y mejoraron su estética, acondicionándose todo el entorno para eliminar la maleza y matorrales acumulados, limpiándose también los grafiti que afeaban la parte inferior de los pilares.
Junto con el Castillo y la Finca El Poblet, son los tres BIC con los que cuenta Petrer
Precisamente el acueducto ha vuelto a ser objeto recientemente de un nuevo ataque vandálico al aparecer pintado de grafitis en su parte inferior, poniendo de manifiesto el desprecio que ciertas personas tienen por los bienes de nuestro entorno.
Con la actuación se persigue consolidar lo que se conserva del monumento y mejorar la imagen de la zona
Labores de recuperación
Actos incívicos aparte, los trabajos de consolidación que se van a realizar tienen el objetivo de conservar los tres anillos de los seis que en su día tuvo el acueducto, además de mejorar la imagen de la zona. Concretamente van a consistir en la adecuación del cauce de la rambla con la limpieza de matorrales y el rebaje del cauce, que se rellenará de hormigón, y la creación de un dique para encauzar el agua de las lluvias torrenciales para evitar que no se queden retenidas en el monumento.
Otras actuaciones van a ser: actuar en el refuerzo del pilar central, que es el más afectado por la pérdida de relleno en su base; el recrecido de uno de los pilares del acueducto derribados hace siglos para marcar su situación; el arreglo de la escalera para acceder al cauce; y la creación de un panel para informar del valor patrimonial del monumento.
Situación y función
Situado en el extrarradio del núcleo urbano de Petrer, concretamente en la rambla de Puça a su paso por el barrio de San Rafael, próximo a la antigua N-330, en la continuación de la alineación de la calle Canteros, la actual construcción del acueducto de San Rafael formaba parte de una importante obra de ingeniería hidráulica llevada a cabo entre finales del siglo XVI y mediados del siglo XVII, que estuvo en uso posiblemente hasta los años setenta del siglo XIX.
Canalizaba el agua del manantial de Santa Bárbara, en el término municipal de Petrer, hasta los bancales y la villa de Elda; para salvar el importante desnivel de la rambla de Puça, de aproximadamente treinta metros de amplitud y ocho de altura, se construyó el acueducto.
Han sido varios los investigadores que en las últimas décadas han estudiado la arquitectura del monumento para datar su construcción, llegando a la conclusión de que ha habido varios trazados con sus consiguientes obras de ingeniería a lo largo de la historia para llevar el agua a Elda.
Pinceladas históricas
La tesis más aceptada es que la construcción del primer acueducto, con un canal realizado de madera, pudo llevarse a cabo a finales del siglo XVI (1583), para abastecer a la cada vez mayor población de la villa de Elda. Entre 1616 y 1622 se realizaron unas obras de canalización y posteriormente, en 1663, hubo que realizar una reconstrucción parcial de la conducción hídrica.
En 1783, justo dos siglos después de ser levantado, tuvo una importante reforma de arreglo de la parte superior de la arcada y la conducción del agua, estando en uso hasta finales del siglo XIX, cuando una de las riadas se llevó parte de las arcadas.
Desde ese momento el monumento, finalizada su función hídrica, quedó con cuatro arcos hasta que, a comienzos de la década de los ochenta del siglo XX, el más próximo al margen norte cayó, quedándose con los tres actuales, lo que motivó que el Ayuntamiento de Petrer solicitara la protección del mismo con la figura de monumento histórico artístico, bien de interés cultural del que goza actualmente, para favorecer su protección y mantenimiento.