Miguel Aráez Suárez lleva vinculado al mundo de la impresión desde los doce años, cuando trabajaba junto a su tío en la imprenta municipal Juan Cerezuela. Tiempo después de regresar de un viaje a Suecia decidió fundar su propia empresa, Gráficas Torrevieja, y años más tarde crearía la exposición museográfica ‘La Imprenta en Torrevieja’.
Miguel Aráez empezó a trabajar en la imprenta a los doce años
Décadas de historia
A día de hoy resulta imposible concebir un mundo en el que la imprenta, que ha dado lugar a periódicos, revistas, libros, folletos, carteles, etc. no forme parte de nuestra vida diaria. ‘La Imprenta en Torrevieja’ reúne la historia de los cuatro principales establecimientos de artes gráficas que han existido en el municipio, comenzando por la primera imprenta que tuvo lugar en Torrevieja, propiedad de José Lanzarote y Brunetto, que abrió sus puertas en 1880 en la actual calle Concepción.
la primera imprenta que tuvo lugar en Torrevieja abrió sus puertas en 1880
De esta imprenta se expone en la exposición museográfica una máquina Minerva manual, de la marca F. M. Weiter, que también pasó por las manos de Imprenta Rebagliato, Imprenta Buades e Imprenta Juan Cerezuela. En 1984 Miguel Aráez Suárez compró la Minerva manual como máquina principal de impresión para Gráficas Torrevieja. Durante tres años se utilizó la composición de tipo de letra móvil, para más adelante utilizar servicios externos de linotipia. Con el tiempo pudieron adquirir una máquina para hacer sus propios clichés.
Aráez fundó Gráficas Torrevieja tras su paso por Suecia
Una vida como impresor
Miguel Aráez Suárez, propietario del museo ‘La Imprenta en Torrevieja’, ha ejercido como impresor toda su vida. Entró en el sector a través de un familiar que era propietario de la Imprenta Juan Cerezuela. Cuando empezó en la imprenta, con doce años, le permitían trabajar con la Minerva manual, un trabajo muy seguro que consistía en dar pedal a la máquina para que funcionara y con la que hacía estampas de cine.
“Venía de una familia que trabajaba mayoritariamente en la labranza. Tuve que dejar el colegio y me surgió la posibilidad de tener este trabajo y, la verdad, me lo pasaba muy bien. Me permitía mantener un contacto con la cultura” señala Aráez. También ha utilizado la Minerva eléctrica, “más rápida que todas las anteriores y primordial para el funcionamiento y desarrollo de las empresas”.
Tras su paso por el servicio militar obligatorio navegó en un barco a Suecia, país en el que aprovechó para trabajar en una imprenta y en una multinacional fabricante y comercializadora de productos de oficina. Tres años después regresó a Torrevieja. En aquel momento la situación en la imprenta Juan Cerezuela no era las más óptima y decidió, tiempo después, asentar su propia empresa, Gráficas Torrevieja, que actualmente regenta su hijo.
Era digital
Cuando por entonces se utilizaba la metodología de impresión offset, llegó un importante cambio a las sociedades modernas. “La llegada de la digitalización ha anulado la profesión, dado que antes se realizaban los trabajos de impresión con mucha delicadeza. Ahora es mucho más frío, cualquiera puede comprarse una máquina y decir que tiene una imprenta porque únicamente consiste en darle a un botón, hacer una copia e imprimir” relata Miguel Aráez Suárez.
Contenido del museo
Desde que se inaugurase el museo hace ocho años, Aráez echa en falta una mayor cooperación municipal. “Desde el acto inaugural no ha habido tal ayuda y compromiso. Torrevieja no tiene tanta historia como para permitirse el lujo de tener submarinos de quién sabe dónde pero luego tener así una imprenta que es algo nuestro” defiende.
Ubicado en la calle Hermanos Bazán nº 53, guarda todo lo que a consecuencia del progreso, la rapidez y las nuevas revoluciones tecnológicas pueda quedar en el olvido. Almacenado en chivalets, aglutina miles de elementos como diferentes tipos y tamaños de letras, máquinas de imprimir manuales tipo minerva, más una automática, máquinas de pruebas, prensas de encuadernar, guillotinas y diversos útiles para impresión y encuadernación. Una colección de gran valor, tanto a nivel económico como a nivel cultural.
Creación de la imprenta
Alrededor del año 440 a.C. los romanos empleaban moldes de arcilla. A mediados del siglo XI en China utilizaban piezas de porcelana para tallar los caracteres chinos. Sin embargo, la imprenta moderna no se creó hasta el año 1450 aproximadamente, de la mano del alemán Johannes Gutenberg, cuyo invento transformaría la sociedad humana y abriría una nueva era al conservar el pensamiento escrito o la imagen.
El Sinodal de Aguilafuente está considerado como el primer libro impreso en España y en español, en el año 1472. Contiene las actas del sínodo diocesano que tuvo lugar en Segovia ese mismo año, convocado por el obispo Juan Arias Dávila.