Es un símbolo de aquella España que está desapareciendo. Hablamos de aquellos vendedores ambulantes que se recorrían los pueblos y barrios anunciándose a grito pelado. Los afiladores, escardadores de lana, vendedores de comida, de bebidas… Incluso antaño algunos funcionarios oficiales tenían por costumbre presentarse a su llegada gritando por las calles, caso de los famosos pregoneros o de los carteros.
Todos o casi todos estos oficios se han ido perdiendo durante las últimas décadas. Los tiempos cambian, y las nuevas comunicaciones e internet han supuesto una revolución para los comerciantes en cuanto a formas más eficaces de llegar a sus potenciales clientes. También ha ocurrido en muchos casos que las nuevas generaciones no han querido continuar con estos viejos oficios ejercidos por sus padres.
El misterioso tapicero
Sin embargo, en Santa Pola sigue resistiendo un enigmático tapicero, que se recorre cada varios días nuestras calles con su furgoneta blanca anunciándose a golpe de megáfono. En su vehículo no tiene ningún letrero identificativo, ni él tampoco se anuncia con nombre alguno. Simplemente acostumbra a gritar “¡El tapicero!” delante de las casas de los vecinos.
Si bien este misterioso tapicero nos evoca cierta nostalgia de tiempos pasados, también puede resultar bastante molesto. No en vano varios vecinos nos han hecho llegar sus quejas por esa invasión de la tranquilidad.
“A veces viene por mi calle y me despierta con sus gritos. Luego cuando creo que por fin se ha ido, pasa por la calle de atrás y me vuelve a despertar” nos cuenta un vecino de la zona de Santiago Bernabéu.
Así pues, nos hemos preguntado: ¿Continúa siendo legal la venta ambulante en Santa Pola? ¿Este tapicero paga algún tipo de licencia al Ayuntamiento? ¿Por qué, aparentemente, no hay más vendedores ambulantes que circulen por nuestra localidad?
Tampoco está permitido realizar publicidad de un comercio gritando con un megáfono por la calle
Actividad prohibida
Desde el Ayuntamiento son muy claros. “La venta ambulante está totalmente prohibida en Santa Pola. La normativa autonómica deja esta decisión en manos de los ayuntamientos y nuestras ordenanzas prohíben específicamente estas prácticas”, nos comentan fuentes de la concejalía de Comercio.
La única excepción a esta prohibición son los mercados y los mercadillos, que son puestos que pagan una licencia al Ayuntamiento y además permanecen fijos en un determinado lugar hasta el fin de su horario comercial. Pero, desde luego, ningún comerciante que pretenda llevar su oficio por las calles mediante una furgoneta u otro un vehículo está amparado por la normativa.
Tampoco está permitido instalar un puesto de venta (de comida, flores, objetos, etc.) en cualquier esquina. Igualmente ningún negocio santapolero puede hacer publicidad de su establecimiento gritando por las calles con un megáfono. Sí se permite el buzoneo de folletos comerciales, pero sin ponerlos en los parabrisas de los vehículos particulares.
El tapicero puede enfrentarse a sanciones de hasta 3.000 euros por ejercer una actividad ilegal
¿La Policía actúa?
Ante esta contradictoria situación, nos hemos puesto en contacto también con la Policía Local de Santa Pola. “Sí que nos han llegado varias quejas respecto a la venta ambulante, pero no solo de un tapicero sino también de otros vendedores ilegales. Por ejemplo, algunos roban plantan a los vecinos o comercios y luego intentan venderlas en la calle” nos indican.
«Si alguien observa algún vendedor de venta ambulante que nos llamen y mandaremos una patrulla» Policía Local
Desde la Policía nos aseguran que actúan contra estas prácticas cuando tienen constancia de las mismas. “Animamos a todos los vecinos a que nos llamen si ven a alguien ejercer la venta ambulante. Que nos indiquen por donde circula, que nosotros mandaremos una patrulla para identificarlo y actuar en consecuencia” aducen.
Según nos dictaminan, el procedimiento policial en estos casos consiste en primero advertir y luego sancionar. “Si nos encontramos a un vendedor ambulante por primera vez normalmente le informamos e identificamos, porque puede venir de fuera y desconocer la normativa municipal de Santa Pola. En el que caso de que sea reincidente, entonces ya tramitamos la denuncia y sancionamos si procede” nos aseguran.
Según la Ordenanza del Ejercicio de la Venta no Sedentaria de Santa Pola que se aprobó en 2018, las sanciones por “ejercer la venta sin autorización municipal” pueden llegar a los 3.000 euros.
Ordenanza del ruido
El nivel máximo de ruido que un particular puede alcanzar por las calles de Santa Pola viene regulado en la Ordenanza sobre la emisión de Ruidos, Vibraciones y otras formas energía. Aquí se especifica que durante el horario de día (desde las 8:00 hasta las 22:00) no se pueden sobrepasar los 55 decibelios en las zonas residenciales.
Todavía más restrictiva es dicha ordenanza en cuanto a las zonas con edificios escolares o sanitarios (45 decibelios). En el caso de las calles colindantes con las playas, se permiten hasta 65 decibelios.
En el horario nocturno (desde las diez de la noche y hasta las ocho de la mañana del día siguiente) todos estos límites se reducen en diez decibelios cada uno.