La espectacular progresión de Alejandra Riera durante los últimos años ha tenido el premio esperado. La jugadora nuciera, de 14 años, ya forma parte de la selección permanente juvenil de voleibol, la antesala de la elite.
Apuesta por el deporte base
Alejandra ya se encuentra en el Centro de Alto Entrenamiento y Promoción Deportiva (CAEP), donde residirá y compaginará estudios y entrenamiento. El éxito alcanzado por la deportista supone un hito para su club, el Voleibol La Nucía, y para el municipio, que ve como la apuesta por el deporte de base comienza a dar sus frutos antes incluso de lo esperado.
El salto de Alejandra no sorprende a aquellos que conocen el mundo del voleibol o que han seguido los pasos de la jugadora. Era habitual en los últimos tiempos en las concentraciones de tecnificación organizadas por la Federación, como la realizada este verano en Guadalajara, y durante el pasado año ya se ejercitaba en el Centro de Alto Rendimiento de Cheste, desde donde se desplazaba los fines de semana para echar una mano a su club, con el que competía en cadetes e infantiles, equipos a los que ayudó a ascender a categoría autonómica.
La nuciera comenzó a jugar al vóley en las Escuelas Municipales a los 8 años
Medalla internacional
En cada concentración el nivel de la nuciera subía como la espuma, sobre todo tras su experiencia en Cheste, por lo que la Federación la propuso trabajar de forma intensiva con ella y formar parte de un programa para explotar al máximo su nivel deportivo.
Alejandra, que comenzó a jugar al voleibol a los ocho años en las escuelas municipales tras iniciarse en la actividad deportiva con la natación, cuenta, pese a su juventud, con una medalla internacional tras lograr con España el bronce en el Mundial de Voleibol Escolar, disputado en Croacia el pasado año. Marcelo Mussi, director deportivo y entrenador del club nuciero, no tardó en descubrir el verdadero potencial de la joven, a la que aconsejó apostar fuerte por el vóley.
‘Aventura’ en Soria
“Nunca pensamos que llegaría tan lejos”, confiesa Manuel Riera, padre de Alejandra, quien admite estar muy orgulloso del nivel deportivo y madurez de su hija. La aventura en Soria “duele en el alma” a los progenitores, ya que perderán el contacto con su niña durante meses, si bien están convencidos de que Alejandra, pese a encontrarse en la frontera de una edad siempre complicada, se adaptará a la situación.
“Ya lo hizo en Cheste. Esto es lo mismo, pero a más kilómetros”, añade Manuel, quien recordó que las precauciones sanitarias por la covid-19 obligarán a espaciar las visitas más de lo deseado. En la ciudad castellana la deportista tendrá su residencia, estudiará y entrenará con el resto de las niñas elegidas para abanderar el vóley español a medio plazo.
«No me marco metas a largo plazo, solo aprender» A. Riera
Acabar los estudios
Alejandra afronta esta aventura repleta de ilusión y con los pies en el suelo, ya que es consciente de que la queda “mucho por aprender” antes de soñar con el profesionalismo. Admiradora del tenista Rafa Nadal, la nuciera asegura que le encanta la sensación de sentirse “más fuerte y mejor jugadora” tras completar un duro entrenamiento y no se marca objetivos ambiciosos a largo plazo.
“Antes quería llegar a disputar unos Juegos Olímpicos, pero ahora lo que quiero es acabar los estudios de bachillerato en Soria y conseguir una beca para ir a una universidad en Estados Unidos”, detalla.
Además del voleibol, Alejandra, como cualquier otra joven de su edad, también tiene otras aficiones. “Me gusta escuchar música o pasear de noche para despejarme”, asegura la jovencísima jugadora, quien también tiene pensado un plan B en el caso de que, por circunstancias, no llegue a la cima del voleibol. “Me gustaría estudiar magisterio o pediatría”, desvela.
Aprovechar la experiencia
Alejandra ya tiene un nombre en el vóley local y autonómico, pero ahora deberá hacerse un hueco entre las mejores de España.
“La toca empezar de cero, ser una más y demostrarlo otra vez todo. Va a una ciudad nueva y va a convivir con personas diferentes. Es todo un reto y una prueba de madurez”, explica su padre, quien pase lo que pase asegura que estará orgulloso de su hija. “Mientras se esfuerce, nosotros contentos. No tiene que tener presión de nada. No tiene que demostrar nada a nadie. Solo aprovechar esta experiencia”, resume.
Competirá en el grupo norte de la Superliga 2 con el combinado nacional
Superliga 2
La nuciera competirá con el equipo de la selección en la Superliga 2, pero en el grupo del norte peninsular, por lo que a los padres les tocará “viajar” para verla en acción. Una de las cosas que más echará de menos Alejandra son las “peleas” con su hermana, a la que admira, pero con la que tiene sus roces. “Nos queremos mucho”, afirma Alejandra.
También teme que en Soria “pueda perder el contacto con las amistades”, aunque para que no suceda confía en la cercanía que hoy en día ofrecen las redes sociales. “Yo creo que me adaptaré bien y que será una buena experiencia”, concluye.