Falta de limpieza, olor nauseabundo, jóvenes deamblando por las calles sin oficio ni beneficio, personas tiradas en las calles, sin techo, sin futuro, sin alimentos, sin higiene… En resumen, pobreza, necesidad, desesperación. Esta es la situación de la Plaza de Orán y su entorno. El Grupo Municipal Socialista (GMS) ha comprobado en primera persona la degradación progresiva de esta emblemática plaza de una Zona Norte que cada vez está más desasistida.
Si el coronavirus está afectando a toda la ciudadanía, ni que decir tiene que en los barrios más desfavorecidos de Alicante se ha multiplicado los casos de necesidad. Paco Sanguino ha denunciado en reiteradas ocasiones que desde este Ayuntamiento no se están destinando los recursos necesarios para la emergencia social que sufren los barrios de Alicante, en particular la Zona Norte. Y un ejemplo lo tenemos en la plaza de Orán y su entorno. Comerciantes y vecinos han trasladado su preocupación por la situación a miembros del GMS.
El GMS ha podido comprobar in situ el estado deplorable de conservación, la ausencia de limpieza y el abandono que sufre la plaza de Orán. Esto no es algo nuevo, pero se ha acentuado en las últimas semanas, ya que la situación de necesidad se ha visto incrementada por la crisis económica y social provocada por la pandemia. Como era de esperar, los barrios con mayor riesgo de exclusión social están siendo los más afectados.
Un sector fundamental en cualquier barrio son los comercios de proximidad. El GMS se ha interesado por la situación que viven estos emprendedores que llevan años en la Plaza de Orán. La dueña de un establecimiento hostelero ha mostrado su impotencia al ver la situación en la que se encuentran los jóvenes que viven en la calle. Nos comenta que les permite usar el baño de su local cuando está abierto y les ayuda en la medida de sus posibilidades, pero estos jóvenes viven en la calle careciendo de lo básico para subsistir, y sus necesidades son muchas.
“Yo lo único que pido es que ayuden a las personas sin techo y que no nos cobren por los alimentos y sobre todo es que me cuesta mucho trabajo de mantener mi local que lo tengo ahí. Y que tengo a todos los chicos aquí en la calle y nadie les ayuda. Lo único que hace la Policía es detenerlos. Lo que quiero es que les ayuden a tener un techo y que nos ayuden al barrio de Virgen del Remedio, que nos tienen abandonados”, nos indica esta emprendedora.
Vecinos se acercan a conversar con los dos ediles socialistas mientras observan el deplorable estado de algunos locales. “Les pediría que por favor que ayuden a esas personas, que todos tenemos derecho a tener alimentos y una cama, y que mantengan limpia la zona, porque no podemos salir con los niños. Yo llevo viviendo 45 años en este barrio y estas personas no tienen culpa, no tienen aseos y a veces les vemos hacer sus necesidades en la calle porque no tienen otro remedio; por favor ayúdenlos”.
Estos son dos ejemplos puntuales pero extensibles a más lugares de esta Zona Norte, cada vez más deprimida. Hay un problema social que va a más por culpa de la pandemia. Mientras tanto, el Gobierno del bipartito tiene la pretensión de “resucitar” una ordenanza contra la mendicidad que castiga a la pobreza, como si ser pobre fuera delito.