Entrevista > José-Román Zurutuza / Presidente del Club Náutico de Altea
El Club Náutico de Altea, fundado en 1977, ocupa más o menos la mitad de la extensión total del puerto de la Villa Blanca. Es, junto a la cúpula azul de su parroquia y la inconfundible silueta del propio municipio, una de las imágenes más reproducidas y conocidas de la Costa Blanca, pero, tal y como explica su presidente, José-Román Zurutuza, la institución pelea por salir de una situación de interinidad que le impide un desarrollo acorde a las necesidades de los tiempos actuales.
El Club Náutico de Altea viene arrastrando desde hace años una serie de dificultades burocráticas relativas a la regularización de la concesión por parte de la Generalitat Valenciana. ¿Es una cuestión que ya se ha podido solventar?
No, en absoluto. No es algo que venga de los últimos años. Llevamos en situación de prórroga los últimos 20 años. Desde entonces, poco a cambiado y seguimos siempre igual. Todo son promesas. Nosotros no hemos parado nuestra actividad deportiva y portuaria, ni tampoco hemos dejado nunca de trabajar por solventar esa situación, pero todavía estamos pendientes.
«El club tiene más de 40 años y llevamos más de 20 en situación de prórroga, que es algo inconcebible»
Para dejar este punto lo más claro posible para los lectores, estamos hablando de la concesión que debe otorgar la administración encargada del Club Náutico, que en este caso es la Generalitat Valenciana.
Efectivamente, nosotros dependemos de la Dirección General de Puertos de la Generalitat Valenciana. El Club Náutico tiene una obligación fundamental que es fomentar el deporte y eso es lo que hacemos. Fomentamos todos los deportes náuticos y es en lo que estamos volcados desde hace ya más de cuarenta años.
¡Fíjate! De ellos, como he dicho antes, llevamos más de 20 en situación de prórroga, que es algo inconcebible.
¿A qué se debe esa situación?
Política pura y dura. En todo este tiempo ha habido cambios, nuevos nombramientos…
A pesar de ello, el Club Náutico de Altea sigue siendo una de las instituciones más queridas de Altea. ¿En qué se podría mejorar toda la actividad que desarrollan en el momento en el que se regularice la situación del club?
En el momento en el que tengamos una nueva concesión, tendremos una nueva reordenación de los amarres, tendremos nuevas superficies, podremos dar más y nuevos servicios. En cuanto tengamos la nueva concesión quiero trabajar por tener el mejor club náutico de España.
Explíqueme su visión en ese sentido ¿Cómo es el mejor club náutico de España?
Es un club náutico con unas instalaciones más variadas y actuales, accesibles para todos. Tenemos que contar con todas las comodidades: luz, agua, teléfono, televisión, Internet… Para uso de los socios y clientes parece que con lo que tenemos es suficiente, pero nosotros lo queremos mejorar. Por ejemplo, queremos contar con un auditorio, pero eso, hoy en día, es soñar despierto.
¿Considera que es una situación que se podrá solucionar en un espacio breve de tiempo?
Es algo que se va a solucionar. Eso seguro. ¿En breve? Eso ya no lo sé. Este es uno de los clubs náuticos que mejor funciona de toda la Comunitat Valenciana. Quizás estemos en un tipo medio en cuanto a número de barcos, pero la prestación de servicios nos sitúa muy arriba.
Cuando habla de la redistribución de amarres, ¿se refiere a aumentar el número de los mismos para barcos de gran eslora?
No necesariamente. Se trata de redistribuir el espacio útil de los pantalanes para disponer de más espacio para yates de todo tipo de eslora. Obviamente los de gran eslora es lo que más nos renta, pero la mayor demanda se sitúa en el tramo de la pequeña y mediana eslora.
Hace ya muchos años se planteó un proyecto de creación de un nuevo puerto deportivo en la zona de la Serra Gelada. Aquello quedó en nada, pero usted asegura ahora que falta oferta. ¿Hay que crear nuevas infraestructuras o mejorar las existentes?
Lo más urgente ahora mismo es mejorar lo que existe, pero a todos los niveles. No obstante insisto, mientras no tengamos una nueva concesión estamos cogidos de pies y manos.
Como ha dicho antes, una de las labores fundamentales de un club náutico es el fomento del deporte. De todos los que ustedes ofertan la vela es, por número de licencias, el más visible, pero sigue teniendo una imagen de actividad elitista. ¿Cree que es merecida?
No, en absoluto. Nosotros hacemos los cursos a unos precios que ponen el deporte de la vela al alcance de todo el mundo. Pero quiero subrayar que no sólo fomentamos la vela, sino que nos tomamos muy seriamente esa obligación del fomento de los deportes náuticos y también trabajamos el remo, la natación, el buceo, el snorkel… todo.
Es verdad, como has dicho, que la vela es, quizás, el más conocido porque es el que más número de licencias tiene.
«En Altea se pueden practicar deportes náuticos una media de 345 días al año»
Además, en un lugar en el que, salvando los días de temporal, se pueden practicar los deportes náuticos durante los doce meses del año.
Así es. Tenemos calculado que, de los 365 días del año, se pueden practicar deportes náuticos una media de 345 días al año.
Insisto en la cuestión de la vela y de su relación con el deporte base y, por lo tanto, de la actividad deportiva para los niños. ¿Cómo trabajan esa cuestión desde el Club Náutico de Altea?
Lo más importante para eso es el trabajo que se hace desde las escuelas de vela. Son ellas las encargadas de impartir la formación básica y, desde allí, al que le gusta y destaca pasa a regatear en las distintas clases de este deporte.
Y se crece hasta su gran cita anual: las 200 millas a 2.
Esa nuestra regata reina. Es una actividad dirigida a profesionales y que se celebra buscando un tiempo más duro. Pero no es la única que tenemos ya que abarcamos un calendario muy amplio con un montón de actividades.
También es llamativa la actividad del remo, una especialidad que siempre fue muy tradicional en la zona, pero que ha perdido cierto empuje.
El remo ha existido aquí toda la vida, especialmente con el llaut. Hoy tenemos tres especialidades y, para nosotros, es muy importante. Además, de los equipos que tenemos, el que mejor funciona es el de las mujeres veteranas. Eso sucede porque para el remo lo mejor es que se produzca una continuidad. Estamos muy contentos con los resultados.
Ahora hay muchos más barcos de recreo que de pesca en sus instalaciones, pero, a la vez, la pesca es también una de esas modalidades deportivas que fomentan y que muchos practican con esas embarcaciones de ocio.
Efectivamente, así es y eso es lo que hace que no perdamos nuestra raíz marinera.
Este año ha sido terrible para todos los sectores y, muy especialmente, para el turístico. En crisis económicas anteriores hemos visto como los sectores del lujo no sufrían tanto las consecuencias. ¿La de 2020 ha sido distinta?
Sí, ha sido muy distinto. Mira, esto está sustentado por la afición. La prueba la tienes en que el 95% de la gente que tenemos es muy normal: desde obreros de la construcción hasta un consejero de un banco.
«La imagen elitista de la náutica nace porque en los años 60 y 70 se atravesó una época en la que sí era un lujo»
Si es así, ¿de dónde viene esa imagen elitista del mundo de la náutica?
Porque en los años 60 y 70 se atravesó una época en la que, efectivamente, estamos hablando de algo que era fundamentalmente un lujo. Hoy en día ya no es así, aunque es cierto que tener un barco conlleva unos gastos de mantenimiento, atraque y demás que igual no todo el mundo se puede permitir.
«Salvo que nos carguemos, y vamos camino de ello, la clase media, creo que cualquiera puede tener un barco»
En cualquier caso, salvo que nos carguemos, y vamos camino de ello, la clase media; creo que cualquiera puede tener un barco.
Pese a todo, ¿cómo valora el año 2020 del Club Náutico de Altea?
Ha sido el más atípico de cuantos hemos vivido en toda la historia del club. Jamás hemos dejado de pagar un salario. Es algo que hemos podido hacer porque somos una organización sin ánimo de lucro, por lo que destinamos todos nuestros recursos a ello. Ahora, además, estamos muy metidos en todas las cuestiones del mantenimiento medioambiental y hemos conseguido todas las calificaciones, que suponen una gran inversión. Nosotros queremos seguir siendo los números uno en todo.
¿Esa conciencia medioambiental es algo en lo que realmente se cree desde la dirección del Club Náutico o la consecución de esas calificaciones son un elemento de promoción?
La gente que va en barco y ama el mar se toma esto muy en serio. Muchos, por lo primero por lo que se interesan es, precisamente, por ese nivel de cumplimiento de las medidas de gestión medioambiental. Nosotros, por ejemplo, hemos mantenido la bandera azul de forma ininterrumpida desde su primera edición. Además, tenemos cuatro calificaciones de primer nivel. Es algo que nos condiciona porque no queremos ver los mares sucios.
«Tenemos la vergüenza épica que es la catarata de la depuradora de la Serra Gelada. Yo he hecho lo indecible por solucionarlo»
Usted que conoce bien el mar en la zona, ¿cómo está la salud del Mediterráneo en los alrededores de la Bahía de Altea?
Tenemos la vergüenza épica que es la catarata de la depuradora de la Serra Gelada. Yo he hecho lo indecible contra ello. Incluso me quise llevar a un conseller hasta allí, con prensa y todo, pero no me dejó. Eso es algo que se tiene que solucionar porque hay días, sobre todo cuando sopla llebeig, en el que llega hasta aquí. No sé cómo se puede hacer, pero hay que solucionarlo porque tenerlo así es un delito que afecta a todo un parque natural. Es impensable.
En ese mismo sentido, ¿cómo es la convivencia con un puerto pesquero como el que tienen enfrente?
En principio, buena. Nosotros nos quejamos, sobre todo, por la cuestión de la limpieza. Los pescadores, que son los que más deberían cuidar la mar, se han acostumbrado a tirar lo que les sobra. Nosotros tenemos el Muelle P, junto a la bocana, bastante sucio por ello, pero, por lo demás, las incidencias son mínimas.
«El cambio climático es algo que me preocupa mucho. Llevo aquí 73 años y he visto todo tipo de temporales»
Siguiendo con la cuestión medioambiental, estamos viendo como en los últimos años el cambio climático nos deja temporales cada vez más destructivos en la costa. ¿Cómo están resistiendo el Club Náutico y sus instalaciones?
Por ahora, perfectamente, pero también es verdad que cuando hay un gran temporal siempre tenemos a todo nuestro personal de marinería aquí. Se refuerzan todos los amarres y se aseguran todas las medidas necesarias para garantizar que, por ejemplo, no se nos vaya a soltar un pantalán. Eso sería un desastre.
¿Es algo que le preocupe a medio o largo plazo?
Me preocupa qué planeta les dejaremos a las próximas generaciones. Debemos actuar con prontitud en la mejora y protección de nuestro entorno natural. El Club Náutico de Altea está seriamente comprometido en esta labor de protección ambiental, al igual que está comprometido con el indispensable fomento del deporte náutico y la excelencia en la gestión portuaria.
Por todo ello, estoy convencido que una entidad social y sin ánimo de lucro como es el Club Náutico de Altea, es totalmente necesaria en nuestra sociedad actual y para el pueblo de Altea. Sólo nos queda esperar que la sensibilidad de nuestros responsables políticos esté a la altura de los retos ambientales, sociales y económicos que nos depara el futuro.