La onda expansiva provocada por la pandemia de la covid-19 ha alcanzado a todas las actividades sociales, entre ellas el deporte. Las medidas de seguridad sanitaria y prevención de contagios han afectado a miles de deportistas no profesionales, que han visto reducidas las opciones para realizar su actividad favorita. Sin embargo, el golf es una de las pocas disciplinas deportivas a las que la crisis sanitaria apenas ha golpeado.
Prueba de ello es la actividad que se sigue registrando en el Club de Golf l’Alfàs-Albir, entidad que dirige Miguel Torres, uno de los dos golfistas profesionales de la provincia de Alicante y ex campeón autonómico en la categoría Máster.
El golf permite disfrutar del deporte en espacios abiertos y con distanciamiento social
El deporte del momento
El campo de Club de Golf l’Alfàs-Albir, de titularidad municipal, mantiene un ritmo alto a pesar de que la coyuntura no acompaña demasiado. La psicosis del virus, el miedo a compartir espacios cerrados y el estrés acumulado por toda esta situación sanitaria han provocado, sin embargo, que se dispare la pasión por el golf, que ofrece algo que hoy en día pocas disciplinas pueden ofrecer: deporte al aire libre, distanciamiento social durante el juego y sin concentraciones de rivales o público alrededor.
«Tras el confinamiento han aumentado las personas que desean realizar cursillos» M. Torres
“Se ha notado un aumento en las personas que desean realizar algunos cursillos individuales. El golf ya de por sí mantenía la distancia social, de poco riesgo y en espacios abiertos y saludables, pero con todo lo que está pasando se ha convertido en una buena opción para relajarse y hacer deporte”, explica Torres, quien apunta que la cancha mantiene un aforo máximo de 30 personas para cumplir con las normativas sanitarias.
La parte negativa se deja notar en el perfil del jugador, mucho más joven que en otras etapas. “Las personas mayores tienen todavía algo de recelo a salir de casa y a jugar por el miedo al contagio. Se lo piensan más”, añade.
El club aplica el protocolo y no permite más de 30 jugadores sobre el campo
Impacto de la pandemia
Como todas las entidades sociales y deportivas, los primeros meses de la pandemia fueron complicados para el Club de Golf l’Alfàs-Albir, que vio reducida su actividad casi al cien por cien. “Tras el confinamiento había miedo al contacto entre personas mayores y a ceremonias como la entrega de premios, que se realiza en espacios cerrados. Pero a partir de julio comenzamos a recuperar torneos pitch and putt”, explica Torres, quien aclara que estas competiciones se realizan en dos grupos para cumplir a rajatabla el protocolo sanitario y no superar nunca más de 30 jugadores en el campo.
Otra de las actividades realizadas en el club fue la organización, durante el pasado mes de noviembre, de un torneo benéfico en colaboración con el Club Rotary de Alfaz para las víctimas del Covid, Corazón Express y el Banco de Alimentos. Y es que el Club de Golf l’Alfàs-Albir quiere aprovechar su tirón con los aficionados al golf de la provincia para ofrecer a la sociedad que le rodea algo más que una actividad deportiva.
La entidad cuenta con 170 socios, de los que 130 están federados, lo que le convierte en el club con más licencias a pesar de no contar con un campo propio en el que competir.
Una cancha atractiva
El campo de juego, que también es utilizado con regularidad por el equipo de críquet de la localidad, es un enorme polo de atracción para los golfistas aficionados por sus peculiares dimensiones, que se suman al atractivo de su localización, en un paisaje idílico como el Albir.
La cancha tiene 130 metros de largo, ideal para ensañar el juego corto y el putt, el golpe final que se realiza para hacer rodar la bola y embocarla en el hoyo. “Al tener menos distancia, las partidas son más rápidas, de unos 45 minutos, lo que encaja en la situación actual en la que la gente, entre restricciones de horarios, duchas y otras cosas, tampoco tiene tanto tiempo libre como antes”, explica el director del club.
El campo dispone de 20.000 metros cuadrados, con una zona de quince reservas de tiro y área de lanzamiento para 20 personas. Además, el Ayuntamiento de Alfaz, al que Torres está “profundamente agradecido por la confianza depositada” en él durante más de una década, se ha encargado de renovar y modernizar la cancha con maquinaria nueva, un drenaje espectacular y un sistema de riego vanguardista.
Jugadores fidelizados
Uno de los aspectos de lo que más orgulloso se siente el presidente del Club de Golf l’Alfàs-Albir es que ha logrado fidelizar a todos los socios, por lo que la entidad ya forma parte del ADN de Alfaz. “Es verdad que existe el tópico del turista extranjero que viene a jugar el golf y casos tenemos, pero al menos 100 de los 170 socios están empadronados aquí”, explica.
“También los hay de fuera, pero muy fidelizados. Tanto que incluso consultan las fechas libres del campo para hacerlas coincidir con sus vacaciones”, añade Torres con orgullo. En este sentido, el golfista agradece a las instituciones, sobre todo a Costa Blanca, las campañas y torneos para atraer turismo a los campos de golf alicantinos, aunque aclara que “tampoco somos de pedir cosas mientras no las necesitemos”.
A la vez que coordina y dirige, Torres, el mejor golfista autonómico Máster, no deja de lado su otra pasión, la competición. Durante noviembre estuvo preparando el Campeonato de España en Playa Serena (Almería), en el que su objetivo fue estar al nivel de los mejores en un año muy complicado por las circunstancias sanitarias.