Una vez más se volvió a cumplir el milagro, como ocurre, con apenas alguna interrupción, desde la década de 1870, cuando se crean los belenes del Tío Sarguero, Pepe El Cullerotero y José Esteve Carbonell, posteriormente unificados por la familia de este último, dando por resultado el ‘Betlem de Tirisiti’.
La representación cumple todas las medidas posibles de seguridad
Representación pese a la covid
El caso es que este belén popular, una media hora que tiene mesmerizados a grandes y chicos, volvía este año, desde el 3 de diciembre (desde el 23, para todos los públicos), a representarse pese a la covid-19. Eso sí, cumpliendo todas las medidas posibles de seguridad.
«Esta temporada está siendo la más emocionante» J. Rozalén
“Ofrecimos al Ayuntamiento las máximas garantías”, señala Joanfran Rozalén, al frente de la compañía de teatro La Dependent, creada en 1987 y que desde 1990 se hace cargo de la gestión artística del belén, tras ser asumida su tutela por el Ayuntamiento. “La verdad es que esta temporada está siendo la más emocionante”, afirma, y eso pese al haber tenido que diseñar medidas que incluyen una ocupación al 50 por ciento, otro tanto de representaciones, y dedicarse ahora, en cuanto a las funciones en vivo para escolares, más a los centros locales.
Apoyo del Ayuntamiento
Un detalle a retener puesto que, como confirma Rozalén, “generalmente vienen de todas partes de la provincia”, además “de Valencia o del norte de Murcia”. Lo normal es facilitar hasta dónde aparcar los autobuses.
Este año no se llegaba a esos 15.000-17.000 escolares (un 65 por ciento de fuera de Alcoy), algo con lo que contaban. En el momento de escribir estas líneas también saben que no se alcanzará esos 32.000 espectadores de los que se habló otros años en titulares. Bien es cierto que el Ayuntamiento ha decidido apoyar en todos los aspectos un espectáculo que, al cabo, suele estar autogestionado.
Un poco de historia
El Betlem bucea en realidad en una historia que nos retrotrae hasta la Nochebuena de 1223, cuando Francisco de Asís monta en Italia el primero de los llamados vivientes. En 1258, desde el monasterio alemán de Füssen incorporan las figuras talladas; y los napolitanos le añaden el toque costumbrista.
A España llega cuando Carlos III encargó el ‘Belén del Príncipe’ a un equipo capitaneado por el imaginero valenciano José Esteve y Bonet (1741-1802), quien lo hará crecer con contribuciones del alicantino José Ginés Marín (1768-1823) y el murciano Francisco Salzillo (1707-1783). Quizá eso explique su arraigo en todo el Levante.
Betlem de Tirisiti
El Betlem de Tirisiti, de ágiles marionetas de pie y varilla, sublima lo anterior: el Nacimiento como alféizar para asomarse a un pellizco irónico del día a día alcoyano. “Recogemos el legado, una herencia de títeres mediterráneos. Nosotros heredamos el texto, porque es como lo escuchábamos, así lo vivimos y luego lo llenamos con cosas del momento, críticas que cambian cada año. Yo creo que la gente es consciente de que se trata de una obra del XIX, que va recargándose”.
En el acervo estable, el campo, los Moros y Cristianos, el torero Andrés Coloma, ‘Clásico’ (1907-1964), etc. O dichos como ‘l’amo del comú quan ni ha ningú’ (‘el dueño del común cuando no hay nadie’: en los comienzos industriales alcoyanos, en los edificios vecinales de los obreros había un solo aseo para todos, el ‘común’). O la Historia Sagrada en castellano (el habla ‘culta’); y en valenciano (la popular), la del Tirisiti (el personaje principal, esencia del ‘alcoyanismo’, que se llama así por el personaje de ‘su’ Tereseta, puesto que las voces de los títeres se interpretan con lengüeta y cuando la llama suena “Tirisiti”).
La experiencia es un grado
La representación fue declarada por el Consell, en 2002, Bien de Interés Cultural Inmaterial. “Es una gran responsabilidad que asumimos en La Dependent hace 31 años. Éramos muy jóvenes. Fíjate”, añade sonriendo Joanfran Rozalén, “tanto que ya ni puedo recordar qué hacía antes de esto”.
Eso sí, este año no ha podido estar tan encima. “El equipo de sala no puede tener relación con el resto. Se comunican mediante intercomunicadores y es que si sale un solo positivo, ya tienes que hacer una cuarentena. Antes se tardaba unos 45 minutos entre función y función, y ahora llegas a hora y cuarto”.
Se ha creado una oferta con proyección de futuro, la ‘Webinar’
Nuevas tecnologías
No han perdido el contacto con los 300-400 centros que pueden saber de ‘Tirisiti’ desde septiembre, cuando la compañía comienza a materializar en las aulas un trabajo previo a las funciones navideñas. Este año no ha sido posible, por el protocolo covid-19, presentarse en los colegios, pero se ha creado una oferta con proyección de futuro, la ‘La tramoia de Tirisiti. Webinar’, para poderle contar mediante ‘zoom’ a la chavalería, antes de las representaciones, los intríngulis. Tramoya escénica y también sociológica. Qué es ‘Tirisiti’, y por qué.
“Es un orgullo y una satisfacción hacerse cargo del ‘Tirisiti”, reflexiona Rozalén. Porque ‘El Betlem de Tirisiti’ “es un pequeño fenómeno de masas que tiene a un colectivo, a una sociedad, una tribu, con el ánimo de hacerlo año tras año”. Y dura.