No se llevan los halagos, nadie les pide un autógrafo y algunos los tachan de meros figurantes. Son actores y actrices especialistas en escenas de riesgo; su misión: aportarles credibilidad a las secuencias de acción, partiéndose la cara (a veces, literalmente) si hace falta para que el protagonista acabe llevándose el mérito.
En Crevillent conocen muy bien las contradicciones por la que atraviesa el ‘doble de acción’. Llevan 25 años en este mundillo del cine, que compaginan con el rodaje de spots, la organización de eventos temáticos y espectáculos medievales.
Forman parte de Dragón Negro y Asia Espectáculos, empresas afincadas en Crevillent que han aportado a cuatro de sus miembros para el rodaje de ‘El Cid’, la superproducción de Amazon Prime Video que recrea la juventud de Rodrigo Díaz de Vivar, encarnado por Jaime Lorente, actor conocido por sus papeles en ‘La casa de papel’ y ‘Élite’.
Han trabajado con Jaime Lorente de ‘La casa de papel’
Casting
Hablamos con dos de ellos, José Javier Pérez y Toni Cerdá, cuyos rostros y rasgos, pese a llevar ropa informal, nos retrotraen a siglos pasados, llegando a la temprana conclusión de que han nacido para este oficio. Con ellos nos situamos en octubre de 2019 cuando, tras atender la llamada de un representante que formó parte del primer Gran Hermano, acaban en un casting en Madrid.
Según recuerdan, este hombre echó un vistazo al currículum de los crevillentís y sentenció: “Tenéis el nivel sobrado de la gente que estamos buscando”. “No sé si contrataros porque puede que no os interese lo que os voy a pagar”, rememora Cantó entre risas.
Los especialistas estuvieron veinticinco días de rodaje
Rodaje
Poco tiempo después llegó el rodaje de una serie que está llamada a ser la sucesora de Juego de Tronos y cuyo estreno tuvo lugar a mediados de diciembre. Comenzaron en Soria, el lugar que más se parece a la España de entonces, según los creadores de esta ficción. En concreto, en el castillo de Almenar, donde se sitúa la Corte de Fernando I de León, localidad a la que se traslada de niño Rodrigo Díaz de Vivar.
Allí, y en un plató de grandes dimensiones montado en Navalcarnero, al sur de Madrid, los experimentados crevillentís pasaron veinticinco días de rodaje. “La dirección buscaba en nosotros a los guerreros que luchaban junto al protagonista”, explica José Javier Pérez. “Para poder estar cerca del actor y salir en el plano teníamos que demostrar un nivel de lucha escénica notable, dentro de los cánones de la época”, añade Toni Cerdá.
Para ello, se vieron obligados a hacer algunas rectificaciones a sus movimientos y poses para darle mayor verosimilitud a cómo se luchaba en esa época (finales del siglo XI).
Día a día
El día a día del rodaje fue “intenso” y “divertido”, pero también duro, reconocen. “Sin duda, lo más duro de todo era el madrugón que nos pegábamos”, dice Pérez. Y es que a las cinco de la mañana ya tenían que levantarse para estar maquillados una hora después. A continuación, todos los extras de la serie se subían a varios autobuses y, vestidos para la ocasión, llegaban al escenario para empezar a rodar sobre las diez de la mañana “y no parar durante horas”.
Una vez que se han visto en la serie (llegan a salir incluso en el tráiler), sentencian con orgullo que disfrutaron “cada segundo” del rodaje porque “esto lo llevamos en la sangre”. “El día que llovía y se suspendía la grabación, todo el mundo se alegraba menos nosotros que solo cuando escuchábamos de nuevo el ‘acción’ de director nos veníamos arriba”, señala Pérez.
Es la serie de Amazon con más presupuesto
Presupuesto desorbitado
Catalogada como la serie de Amazon Prime Video con más presupuesto, les preguntamos a nuestros entrevistados cómo notaron el alto dispendio. “El día que llegamos al set de rodaje antes de que saliera el sol, estaba todo negro y nos quedamos boquiabiertos con lo que vimos –relata José Javier Pérez-; aquello parecía un poblado en medio de la montaña, con focos, carpas de maquillaje, de vestuario, de atrezo, de producción…”.
Estamos hablando de un despliegue de medios “que nada tenía que envidiar a las películas de Hollywood”, con un rodaje en lo alto de una sierra al que solo se podía acceder “por un camino de cabras”, especifican. Y es que, para grabar las escenas de riesgo, contaban con el técnico que era hijo del que grabó las secuencias de este tipo en Gladiator, quien a su vez era el nieto que estaba detrás del clásico de Ben-Hur.
Estrellas
Además de Jaime Lorente como Rodrigo Díaz de Vivar, los especialistas crevillentís trabajaron con Elia Galera (‘Amar es para siempre’ y ‘Hospital Central’) quien encarna a la Reina Sancha la Bella, así como con Carlos Bardem que ha hecho del Conde de León y Juan Echanove en el papel del obispo, entre otros.
¿Cómo es codearse con estrellas de la pequeña y gran pantalla? La respuesta, al unísono, es idéntica: “muy bien”. Pérez y Cerdá describen como “cercarnos” y “simpáticos” a los protagonistas de esta serie. “Nada que ver”, avanzan, con Colin Farrell, figura internacional con la que trabajaron en la extinta Ciudad de la Luz de Alicante para la película ‘Triage’. “Nos habían avisado de que no le pidiéramos autógrafos y ese tipo de cosas”, explica José Juan. “Vimos que él solo estaba para él, ni siquiera nos miró a la cara”, se lamenta.
Anécdotas
Además de madrugar, recuerdan haber pasado mucho frío durante el rodaje. En una escena “complicada” cruzaron los dedos para que el director no les mandara repetir la toma. “Hacía un frío descomunal; ese día venía el viento de Navacerrada, cuya sierra se veía al fondo, y ya empezaban a caer gotitas de nieve”, rememora José Juan.
Acabaron la toma y todos, el ayudante de dirección, el de sonido y el director dijeron que les había gustado. Este último añadió: “pero vamos a hacer otra” y a José Juan y Toni se les cayó el alma a los pies. “Pues menos mal que habíamos estado bien”, pensaron. Les tocó repetirla cinco veces más.
Para entrar en calor no les quedó otra que “comer mucho y bien”. “El catering del Cid fue sin duda lo mejor de todo”, indicen ambos al unísono tras reconocer que habían estado en otros rodajes, pero como éste, no, “y se eso se sabe por el catering que tienen”. “Se notaba que estábamos en Madrid porque no faltaron los churros con chocolate para desayunar”, dice Cerdá. “Mira que no suelo comer carne, pero allí me vi obligado a comerme un chuletón de ternera que nos pusieron porque tenía una pinta…”, añade Pérez.
En otra escena, técnicamente más complicada de rodar, tenían que recrear la muerte del padre del Cid en una sucesión de planos que incluía “rematarlo” tras haberle cortado previamente las piernas a un caballo. “Teníamos miedo que tuviéramos que repetirla, sentíamos la presión, pero la grabamos y el director nos dijo que estaba perfecta y no nos lo creíamos ¡había salido a la primera!”.
Caballos ‘reales’
En esa escena, que tuvo lugar en la conocida como batalla de Atapuerca (Burgos), se ensayó para que un centenar de figurantes y una treintena de caballos aparecieran muertos. Fue tal la recreación que la delegación crevillentina, en un momento determinado, vieron en el cielo a una bandada de buitres merodeando la zona: “¡Los pobres animales se creyeron que cuando nos marcháramos podrían pegarse un festín!” , comentan con una sonrisa en el rostro.
Y es que los caballos muertos “parecían tan reales” que se tuvieron que acercar varias veces para tocarlos y asegurarse de que eran de atrezo. “Nos dio tanta impresión que pensamos menos mal que son de mentira”, reconoce Toni Cerdá.
Covid
El rodaje que tuvo lugar poco antes de que se desatara la pandemia en España. Preguntados cómo les ha afectado la crisis sanitaria y económica, los componentes de Dragón Negro y Asia Espectáculos se ponen serios ya que, explican, sus principales líneas de trabajo en los últimos años estaban siendo los desfiles de Moros y Cristianos y las cabalgatas de los Reyes Magos “por todo el país”. “Como todo el mundo, llevamos un año sin trabajar cuando antes de la pandemia no dábamos abasto”, se lamentan.
Anteriormente, José Javier y Toni fueron contratados por Terra Mítica para protagonizar sus espectáculos. Allí el primero se rompió varios dedos de su mano izquierda en una escena en la que casi acaba chafado por los caballos. Toni también se rompió la rodilla. ¿Y merece la pena este trabajo? Le preguntamos. “Es el mejor”, responden a la vez.