Paula Dalli / Actriz, cantante y periodista
A cualquiera que entre los años 2011 y 2013 tuviera en casa a niños o preadolescentes le sonará la cara de Paula Dalli; la actriz, cantante y periodista nacida en la localidad alicantina de l’Alfàs del Pi que en esos años se convirtió en el rostro de Carolina, cantante y guitarrista del grupo Pop4U que protagonizaba la serie ‘La Gira’, cuyos 51 capítulos emitió Disney Channel España.
«En Disney tuve la oportunidad de grabar fuera de España, algo que te da un bagaje para poder adaptarte a cualquier cambio»
¿Cómo fueron sus inicios en el mundo de la interpretación?
Antes de La Gira ya había hecho otras cositas. En 2009 entré en Disney a través de My Camp Rock, pero fue en 2011 cuando llegó esa serie que, hasta el momento, sigue siendo el proyecto más grande que he hecho.
Los artistas a los que les llega el éxito en la edad adulta siempre hacen gala de la importancia que para ellos tuvo su formación en tal o cual escuela de arte dramático. ¿Cómo se desarrollan las habilidades interpretativas cuando, como en su caso, se empieza siendo niña y, por pura lógica, no se puede acceder a esa misma formación?
Es algo que siempre me había llamado la atención y logré convencer a mis padres para que me apuntasen a clases de interpretación, canto y baile desde muy pequeña en l’Alfàs del Pi. Luego, en 2011, me marché a Madrid para estudiar periodismo y empezar a rodar la serie; pero nunca había dejado esas clases. Evidentemente, no es una formación tan profesional, pero me sirvió muchísimo.
Usted entra en Disney con 17 años. Supongo que sería un paso realmente impresionante.
Disney siempre fue mi ideal. Con trabajo y esfuerzo todo se consigue. Es un sitio tan grande que es verdad que parece que no perteneces a ningún sitio, pero, en realidad, encuentras tu sitio. Yo siempre tuve una persona de referencia con la que contactar. Siempre he estado muy cómoda con todo el mundo. También con toda esa gente que trabaja para Disney, pero no pertenece a la familia.
Al ser una compañía de referencia en el entretenimiento infantil, Disney también está ligada a historias de ‘juguetes rotos’. ¿Se sintió protegida en ese sentido?
Sí, es algo que trabajan muy bien. Por ejemplo, tú estás en un proyecto y, de repente, te dan otro distinto; pero si no te gusta, lo dices y trabajan para buscar otro en el que te sientas a gusto. Son muy flexibles y hacen el trabajo muy fácil. En cuanto al término familia, te puedo contar que el elenco de la serie seguimos viéndonos y estando muy unidos hoy en día.
¿Cómo se vive una adolescencia tan distinta a lo normal?
Había algunos momentos complicados porque, por ejemplo, ir un sábado a un sitio donde hubiese niños podía ser una boca del lobo. Pero nunca me he sentido agobiada. Los niños y los jóvenes, que es el público objetivo de Disney, son muy agradecidos y jamás he vivido faltas de respeto o problemas de ese tipo.
Es importante ser siempre muy consciente de que, si estás ahí, es porque el público quiere y por ello siempre he pensado que no cuesta nada tener un gesto con la gente y seguir haciendo vida normal. No me gustaría tener que sacrificarla por evitar al público. Sería algo contradictorio.
«Ahora ejerzo más de periodista que de actriz, pero no es un terreno que haya descartado»
De cara al futuro, ¿por dónde le gustaría desarrollarse prioritariamente?
Disfruto muchísimo de ambas cosas y me costaría decidirme. Creo que es bueno porque va a permitir que, me venga lo que me venga, lo voy a disfrutar. No estoy en esa situación en la que una cosa me hace más feliz que la otra.
«Recomendaría que los padres apoyen los sueños de sus hijos, pero siempre aconsejándoles que tengan un plan b»
¿Cómo reaccionaron sus padres cuando llegó con aquello del ‘yo quiero ser artista’? ¿Cómo recomendaría a otros padres que se puedan enfrentar a ese deseo por parte de sus hijos?
Hicieron lo que yo considero correcto. Me dejaron claro que me iban a apoyar en todo siempre y cuando yo prometiese que iba a estudiar o formarme en algo que no tuviera nada que ver con ese campo para tener un ‘plan b’.
Es verdad que mis padres, al principio, tampoco se tragaban mucho eso de ‘quiero ser artista’ porque yo empecé a decirlo con tres años. Hasta que no vieron un interés real y me presentaron al primer casting por insistencia mía y me cogieron, no dieron el paso de apuntarme a clases de teatro, ballet y demás.
Es importante escuchar a los hijos. Hay veces que pueden ser ideas pasajeras, pero si uno tiene una vocación desde pequeño, eso es una suerte y hay que apoyarlo. Da igual en que campo. Un niño puede querer ser artista, deportista de elite, astronauta… hay profesiones que no son de tan fácil acceso. Yo recomendaría que los padres apoyen esos sueños, pero siempre aconsejándoles que tengan ese ‘plan b’.