María Bernabéu / Judoka (Salamanca, 15-febrero-1988)
Nació en Salamanca pues su padre es un guardia civil alicantino que estaba destinado allí a finales de los años 80. Su madre es una inmigrante guineana. Apenas un año después de llegar al mundo, su familia se trasladó a Alicante.
María Bernabéu Avomo hoy es una de las mejores judokas del planeta. En su palmarés cuenta con un quinto puesto olímpico en Río 2016, una medalla de plata en el Mundial de 2015 y un bronce en el de 2017. Actualmente ocupa el número 12 del ranking internacional de su categoría (-70 kg). Para clasificarse a los Juegos Olímpicos de Tokio debe llegar a junio entre las 18 primeras, lo cual parece más que probable. Hablamos con ella para conocer cómo lleva el camino hacia estas próximas olimpiadas que se celebrarán precisamente en el país donde nació el judo.
«De pequeña no me gustaba el judo y quería hacer patinaje»
Empecemos por el principio. ¿Cómo te metiste en esto del judo?
Fue por mi madre. Cuando tenía seis años me apuntó a judo al ver que había salido una chica grande y fuerte. La verdad es que yo al principio no quería, prefería hacer patinaje. Sin embargo poco a poco me fue gustando cada vez más. De pequeña me lo tomaba como un juego y de pronto me vi participando en competiciones oficiales.
De hecho me acabé dando cuenta de que lo que más me gustaba del judo era competir. Empecé por campeonatos infantiles, luego nacionales, internacionales… y hasta el día de hoy. Siempre queriendo llegar a lo máximo, que en este deporte son los Juegos Olímpicos.
¿Cuál fue tu primera gran alegría en competición?
Diría que un campeonato de España infantil, con 12 años, en el que quedé subcampeona. Es un recuerdo muy bonito. Era mi primera competición a nivel nacional, y al tener tan buen resultado me metieron en la Selección Española. Ahí comenzaron para mí las concentraciones y la vida de la deportista de élite.
Mi primer torneo importante en el extranjero fue en un Campeonato de Europa celebrado en Azerbayán. Era cadete, es decir que tendría unos 15 años.
Imagino que te cambiaría mucho la vida cuando comenzaste a competir a tan alto nivel.
Sí, bastante. Me tocaba compaginar las competiciones y concentraciones con el colegio. Entré en una rutina muy diferente al resto de mis amigas. Tienes que tener una disciplina bastante mayor que los chicos normales de esa edad, y convertir en prioridades cosas que no lo son para la mayoría.
«Me considero una judoka muy agresiva, me gusta dominar los combates»
¿Cómo definirías tu estilo como judoka?
Soy bastante agresiva. No me rindo y me gusta dominar el combate. Sobre todo soy una persona con mucha actitud.
¿Desde cuándo te entrena tu actual entrenador, Carlos Montero?
Pues casi 20 años, toda la vida como quien dice. Lo conocí nada más empezar a competir, así que básicamente todo lo he aprendido de él.
¿Qué porcentaje dirías que tiene de entrenador y de psicólogo?
No sabría decirte, es un conjunto. En realidad no es que hagamos sesiones psicológicas, sino que cuando estamos entrenando pues me suelta una frase o me dice algo para motivarme.
La verdad es que después de tanto tiempo juntos, nos conocemos muy bien y ya sabemos perfectamente cómo somos ambos. Esto por supuesto supone una gran ayuda. Además él es profesor en la UMH precisamente de deportes de lucha, dirección de equipos deportivos y variables de comportamiento en competición.
Tus primeras olimpiadas fueron en Río de Janeiro. Quedaste quinta, pero perdiste el combate por el bronce. Una experiencia agridulce, supongo.
Recuerdo que los primeros meses después de las olimpiadas fueron bastante duros, de darle muchas vueltas al coco sobre qué hice mal y podría haber hecho mejor. Me había preparado muchísimo para ese momento, y al final me quedé muy cerca.
Yo tengo fe en Dios y además mi familia, entrenador y entorno me ayudaron mucho en hacerme entender que no había sido una derrota sino una victoria. Porque realmente ser quinta es un gran puesto. Ahora que lo veo con más perspectiva, valoro mucho más aquella experiencia.
«Ser creyente en Dios me ayuda a encontrar paz tanto en el día a día como en los momentos de competición»
Sois muy creyentes en tu familia, ¿no? Muchos deportistas dicen que rezar antes de los combates les ayuda mucho a calmar los nervios y encontrar paz interior.
Sí, sobre todo mi madre es muy creyente y así nos lo ha inculcado a todos sus hijos. Para mí es una amistad con Jesús y por supuesto que me da mucha tranquilidad, pero realmente no solo al competir sino más bien de forma diaria. Sí es cierto que en competición, cuando estoy más nerviosa, puede que también me aporte ese plus de paz que me da la fe.
Hablemos ya de Tokio 2020… o más bien 2021 ¿Cómo es esto de preparar unos Juegos Olímpicos que se han aplazado un año, y que ni siquiera es seguro que se vayan a celebrar este verano?
El año pasado fue muy complicado, se cancelaron los JJOO y todas las competiciones. Yo creo que todos los deportistas vivimos mucha incertidumbre.
Al final aprendes de la experiencia, y vivimos en el día a día sabiendo que lo único garantizado es el hoy. Somos conscientes de que mañana pueden volver a cancelarlos o ponernos una nueva fecha, así que vamos a corto plazo.
«Es una suerte que los JJOO sean en Japón porque es un país bastante preparado para gestionar situaciones de pandemia»
¿Qué se rumorea por los círculos de los deportistas de élite? ¿Se piensa que habrá Juegos Olímpicos este verano?
Pues en general pensamos que serán este verano, pero a puerta cerrada. En mi opinión, creo que somos bastante afortunados de que sean en Japón porque es uno de los países mejor preparados del mundo para estas circunstancias de pandemia.
Qué bajón unos Juegos Olímpicos sin público, ¿no?
Sí, serían raros… pero al menos serían (risas). Al final nosotros lo que queremos es competir. Quizás en los deportes de equipo noten más esta ausencia. Al fin de cuentas el judo no es un deporte acostumbrado a grandes multitudes de espectadores.
En febrero competiste en el Grand Slam de Tel Avid, donde caíste en primera ronda ante la alemana Miriam Butkereit ¿Qué tal estás ahora mismo? ¿Te ves con posibilidades de medalla olímpica?
La verdad es que me veo muy bien para conseguirlo. La experiencia que tengo me está ayudando mucho, y me siento tan preparada como tranquila. Estoy entrenando de forma óptima, y centrada en dar el 100% cada día.
¿Quién crees que será la gran rival en tu categoría en Tokio?
Ahora está destacando la japonesa Chizuru Arai, quizás es quien menos suele fallar. Aunque en general mi peso está muy igualado, un torneo gana una y al siguiente gana otra. Realmente cualquiera puede caer cuando llegue ‘el día D’.
¿Será una olimpiada especial para vosotros los judokas, al disputarse en Japón?
Sí, claro que será especial para nosotros competir en la cuna del judo. Pero vamos, yo creo que los japoneses se volcarán en todos los deportes y conociéndoles seguro que la organización saldrá perfecta al 99,9%.
¿Quizás baje un poco el nivel en estos Juegos Olímpicos, debido a la pandemia?
Es posible. Las restricciones sanitarias son diferentes en cada país, y algunos judokas pueden haber visto más mermadas sus opciones de entrenar que otros. Quizás esto suponga una desigualdad. Como esto de la pandemia es tan cambiante, es difícil realizar una planificación y que todo salga según lo previsto.
Además los judokas estáis constantemente compitiendo en torneos internacionales. Ahora en marzo se celebran los torneos de Taskent (Uzbekistán) y de Tbilisi (Georgia)… ¿Cuántas PCRs te has hecho ya?
Pues un montón. El protocolo de la Federación Internacional de Judo nos pide hasta cuatro PCRs negativas para poder ponernos el tatami. La primera cinco días antes de coger el avión, la segunda 48 horas antes del viaje, la tercera al llegar al destino y la otra el día antes de la competición.
Aparte de las restricciones que todos estamos haciendo por ley, ¿tú haces todavía más?
Pues la verdad es que sí. Somos un deporte de mucho contacto, y estamos entrenando continuamente con gente. Así que me toca reducir mi vida social todavía más.
«En Alicante hay tan buen nivel de judo que muchos profesionales se vienen a entrenar a aquí»
Si ganas una medalla olímpica en Tokio serías ya la tercera judoka alicantina en conseguirlo tras Miriam Blasco e Isabel Fernández. ¿Esto es casualidad o es que aquí hay muy buenas escuelas de judo?
No es ninguna casualidad, el judo es un deporte que tuvo una muy buena acogida en Alicante hace ya algunas décadas. De hecho son muchísimos los alicantinos que han practicado judo alguna vez, sobre todo de niños. Incluso algunos profesionales vienen de otras provincias a entrenar en los clubes alicantinos, porque saben que aquí hay muy buen nivel. Todo esto evidentemente ayuda a que salgan buenos judokas.
¿Qué aconsejarías a todo este ejército de niños alicantinos que practican judo y quieran ser la próxima María Bernabéu?
Sobre todo trabajo duro e ilusión. El judo es un deporte que a veces no es tan agradecido como quisiéramos. Pero sí te quedas con la satisfacción de haberlo dado todo tanto en el entrenamiento como en la competición, puedes llegar muy lejos. Evidentemente no todos podemos ser medalla en unos Juegos Olímpicos, pero hay muchas otras metas deportivas y personales que también son muy satisfactorias.