Durante este invierno hemos visto como numerosos franceses abarrotaban Madrid buscando una oferta de ocio ahora mismo inexistente en el país galo, mientras que los hoteles de Baleares recibían multitud de reservas sobre todo de turistas alemanes para Semana Santa.
Una situación que contrasta en gran medida con las restricciones perimetrales que tenemos impuestas los españoles, por las cuales no podemos movernos entre comunidades autónomas salvo por una serie de excepciones muy justificadas.
Pasaporte sanitario
Ante esta paradoja, el pasado 17 de marzo la Unión Europea anunció la puesta en marcha de un nuevo Pase Verde. Se trata de una suerte de pasaporte sanitario, el cual certificará si la persona portadora está vacunada contra la covid-19, se ha hecho un test PCR o ha pasado ya la enfermedad. Funcionará mediante códigos QR.
“Con el Pase Verde adoptamos un enfoque europeo para garantizar que los ciudadanos de la UE y los miembros de sus familias puedan viajar con seguridad y con las mínimas restricciones” declaró Didier Reynders, comisario europeo de Justicia.
El Pase Verde no estará en funcionamiento hasta junio
Dudas sobre la utilidad
Desde la Comisión Europea se determinó que el Pase Verde no estará disponible hasta junio, y además en ningún caso será obligatorio para el viajante. Esto mismo ocurre con las propias vacunas, pues en todos los países europeos son voluntarias. Por ello, algunos expertos dudan de su utilidad real.
“Se supone que este Pase Verde se saca para favorecer la libertad de circulación de las personas y el turismo. Sin embargo los países van a seguir teniendo la potestad de decidir si sus visitantes deben hacer cuarentenas, incluso aún presentando este documento. Lo normal es que si un turista ve el riesgo de pasarse quince días encerrado, se le quiten las ganas de viajar. Así que no acabamos de entender qué utilidad tiene todo esto” nos comenta Elena Pico, responsable de protección de datos en la consultoría Forlopd.
Algunos expertos e incluso la OMS dudan de la utilidad real de este Pase Verde
Derecho a la privacidad
Por otra parte, también han surgido ciertas dudas acerca de si el Pase Verde es compatible con el derecho a la privacidad que supuestamente tenemos todos los ciudadanos europeos. “Los principios de protección de datos están recogidos en el artículo 5 del reglamento que han elaborado, tales como la minimización de datos, la proporcionalidad, la necesidad, la información a los usuarios y los análisis previos de riesgo. Ahora habrá que ver si todo esto se cumple de verdad cuando la iniciativa se ponga en vigor” nos comenta Pico.
Desde Forlopd no descartan que la Comisión Europea realice algún cambio de aquí al verano, ya que “no han acabado de orientar bien esta iniciativa. No parece que tenga mucho sentido poner en riesgo que otras personas accedan a nuestra información personal si encima no tenemos claro que ventajas trae tener este Pase Verde” concluye Elena Pico.
La propia OMS ha manifestado sus dudas ante esta idea, aduciendo que no está aún científicamente demostrado que las personas vacunadas no puedan ser portadoras de covid e incluso contagiar a otros sujetos.
Para entrar en España no es preciso una PCR negativa si se viene por carretera o procedente de un país no considerado ‘de riesgo’
Seguimos con las PCRs
De momento aquellas personas que pretendan viajar entre países tendrán que abocarse a hacerse una PCR en los días previos al traslado, aunque con excepciones.
Por ejemplo, para entrar en España vía aérea o marítima es necesario presentar los resultados negativos de dicha prueba realizada como máximo 72 horas antes, pero solo si se proviene de una ‘zona de riesgo’ (cada 15 días el Ministerio de Asuntos Exteriores publica una lista de los países considerados de riesgo). Una obligación que además no existe para quienes traspasen nuestras fronteras por carretera, se venga de donde se venga.
Suficiente abastecimiento
Actualmente parece que ya hay suficiente abastecimiento de PCRs para todo aquel que precise realizarse esta prueba en España, si bien aún tenemos en nuestro recuerdo cómo al principio de la pandemia escaseaban hasta el punto de que algunos sanitarios se manifestaron frente a los hospitales al grito de “¡queremos más tests!”.
“Durante los primeros meses faltó mucha infraestructura y personal. En España las empresas especializadas producíamos un número de PCRs mucho mayor del que las administraciones eran capaces de de gestionar, por lo que se desaprovechaban los recursos. Con el paso de los meses fueron aumentando los medios, y mi sensación es que ya hemos superado estos problemas logísticos” nos comenta el doctor Antonio Martínez-Murcia, director de la compañía Genetic Analysis Strategies.
Avances técnicos
Además, la funcionalidad de las PCRs también es mayor ahora que hace un año cuando la covid llegó a nuestras vidas, gracias sobre todo a las investigaciones realizadas por las empresas que los producen. “Hemos conseguido varios avances y ahora los tests son más rápidos, más manejables por el personal e incluso se pueden transportar a temperatura ambiente” nos indica Martínez-Murcia.
Aún así, el doctor nos avisa de que existen también algunos tests cuya fiabilidad es bastante cuestionable. “Hay bastantes pruebas ‘fake’. Nosotros por ejemplo ahora estamos investigando una técnica genética que sería tan rápida como los tests de antígenos, pero aún no la hemos puesto en el mercado porque todavía no hemos conseguido que tenga una sensibilidad comparable a las PCRs” nos comenta.
PCRs bucales y anales
Recientemente el Gobierno de China incluso comenzó a realizar PCRs anales, una idea que ha sido acogida con bastante escepticismo entre la comunidad científica occidental. “La mejor forma de realizar estas pruebas es mediante las fosas nasales, porque aquí es donde empieza el ciclo de la infección y reside la mayor carga vírica” nos explica el gerente de Genetic Analysis Strategies.
Según el doctor Antonio Martínez-Murcia, realizar PCRs con muestreos genéticos obtenidos de la boca o el ano disminuiría la sensibilidad de la misma. “Estas muestras podrían contener menos concentración en virus. Además, la enfermedad no llega hasta las heces hasta una fase final, y lo óptimo es detectarla cuanto antes” apunta.