Pese a que en pleno siglo XXI vivimos en un mundo completamente globalizado y que esos aparatos que todos llevamos en el bolsillo nos permiten contactar, de forma inmediata, fácil y ágil con cualquier persona, aunque esté en nuestras antípodas, los humanos seguimos funcionando, en gran medida, reaccionando a los estímulos externos en base a la información grabada a fuego en nuestro cerebro por los centenares de generaciones que nos han precedido.
La covid se ha convertido, más de doce meses después, en la mayor crisis sanitaria, social y económica a la que se ha enfrentado el planeta desde el final de la II Guerra Mundial. Como siempre ocurre, hay países y sectores especialmente expuestos a los efectos de cada uno de los baches que la historia nos va poniendo en nuestro camino. En este caso, España y el turismo se han llevado la peor parte en Europa.
Avalancha de peticiones
El turismo, sí; eso de lo que directa o indirectamente vive la totalidad de la población de la Marina Baixa y, por consiguiente, de La Nucía. Con la industria parada desde hace demasiado tiempo, la crisis económica ha puesto a prueba, como nunca antes -ni siquiera en la crisis de 2007 la cosa se puso tan cuesta arriba-, las costuras del sistema de bienestar social local, provincial, autonómico y nacional.
La Nucía reaccionó pronto. En todo este tiempo, tras lidiar primero con lo urgente, se ha centrado en lo importante y ha puesto sobre la mesa una lista de iniciativas que, en forma de ayudas de todo tipo, han tenido como principal objetivo paliar los efectos de la situación entre la población más desfavorecida.
El problema ha sido, como en muchos otros sitios, que la avalancha de peticiones de ayuda ha provocado, en momentos puntuales, el colapso del sistema. Por ello, mientras que el Ayuntamiento sigue movilizando recursos económicos para tratar de tapar las muchas vías de agua que amenazan con hundir la economía de muchas familias, ese mismo consistorio ha tenido que ampliar la red asistencial de su concejalía de Bienestar Social para ser capaz de dar respuesta, en tiempo y forma, a todas esas demandas.
Para esta actuación, el Ayuntamiento ha movilizado una dotación presupuestaria de 30.000 euros
Tiempo récord
Por ello, La Nucía ha acometido, en tiempo récord, las obras en el Centro Social El Calvari, para dotarlo de tres nuevos despachos para el nuevo personal del Equipo Social Base de la concejalía de Bienestar Social. Para ello, el ayuntamiento nuciero ha destinado 30.000 euros con los que espera poder mejorar la calidad asistencial social y, de esta manera, agilizar todos esos trámites que, para los que los solicitan, son siempre muy urgentes.
Se trata, como ya se ha indicado, de una actuación que, debido a su enorme importancia, se ha completado en un tiempo récord. Apenas quince días tuvieron que pasar desde el inicio de las mismas hasta que los tres nuevos despachos estuvieron plenamente operativos.
Tal y como explica Bernabé Cano, alcalde de La Nucía, “se trata de una actuación necesaria ante el aumento del Equipo Social Base de la concejalía de Bienestar Social en el Centro Social Calvari. Estos tres nuevos despachos permitirán mejorar la calidad asistencial social, de forma individualizada”.
La Nucía no sólo crea estos espacios físicos, sino que ha aumentado la dotación de personal del Equipo Social Base
Servicio centralizado
El primer edil recordaba, explicando el motivo por el que se ha procedido a esta mejora en tan poco tiempo, que “con la crisis sanitaria, social y económica provocada por la pandemia, el trabajo y la atención se ha incrementado considerablemente en la concejalía de Bienestar Social. Hemos realizado esta obra necesaria para crear tres nuevos espacios, ya que hemos aumentado el personal de atención social”.
Cano añade que “para dar un buen servicio hemos puesto en marcha estos tres nuevos despachos, que se han ubicado en la planta superior del Centro Social El Calvari, concretamente en el salón de actos, tomando parte de este espacio diáfano”.
Un salón de actos que, debido a las distintas restricciones que se han ido aprobando durante el último año, había quedado sin utilidad y, por ello, se ha convertido en la mejor opción para aumentar los puestos de atención de un área, la de Bienestar Social, cuya sede y servicios se encuentran, precisamente, en ese mismo edificio.
Para maximizar su eficiencia, los nuevos despachos se han creado en el mismo edificio en el que se ubica la concejalía
Calidad del servicio
Dado que se trata, como explica Cano, de un espacio diáfano, se ha tenido que trabajar de forma muy cuidadosa para que las nuevas instalaciones permitieran no sólo que la calidad de la atención fuese la correcta, sino que se garantizase la confidencialidad y privacidad de las gestiones.
“Para que fuera una obra lo más ágil posible se ha compartimentado los nuevos despachos con carpintería de aluminio y paredes de cristal, con el objetivo de que tengan la mayor luz natural posible, y para garantizar la privacidad se ha colocado vinilo arenado en los cristales. Son tres despachos de doce metros cuadrados. Además de la obra se ha adecuado la instalación eléctrica y climatización para estos tres nuevos espacios, así como las conexiones informáticas e internet”, añade el alcalde nuciero.