Entrevista > Manuel Israel Nicolás Torres / Artista contemporáneo torrevejense (Elche, 10-julio-1982)
Los recuerdos de la infancia del artista van ligados al mundo del arte y la pintura. Siempre con folios y bolígrafos que su padrino le regalaba hasta que, por recomendación de su profesora, sus padres lo llevaron a la Escuela Municipal de Pintura de Torrevieja.
Allí tiene su estudio, el Atelier de Arte Israel Nicolás, de donde prácticamente no se mueve debido a la situación sanitaria actual y donde pasa el día trabajando en su obra y encargos.
¿Cómo y dónde te formaste?
En la Escuela de Arte y Diseño de Murcia obtuve el título de Técnico Superior en Ilustración. Al terminar me mudé a Altea para empezar la carrera de Bellas Artes en su facultad, pero tras el primer año aparqué los estudios y me mudé a Murcia, donde me solicitó la empresa publicitaria ‘Contraparada’ para ilustrar una colección de treinta libros sobre la historia de Murcia.
Finalmente dejé la universidad en tercero para desarrollar mi carrera laboral que paradójicamente la facultad me ralentizaba. Lo siguiente que hice fue viajar a México buscando influencias, porque mi método por aquel entonces ya se acercaba a algunos estilos latinos.
«Suelo mezclar en mi obra símbolos religiosos con la cultura de consumo»
¿Cómo definirías tu estilo?
Teniendo en cuenta que pinto desde un prisma emocional, suelo mezclar desde los dibujos animados que veía de niño hasta el Barroco, el surrealismo, el simbolismo, el realismo mágico latinoamericano, lo vintage, lo bizarro…
Al ser de la generación del 82 creo que en la pintura se me mezcló el pasado con el presente, los símbolos religiosos de la cultura de mis mayores, aunque no soy creyente, con la llegada de la cultura de consumo.
Hace poco surgió el movimiento pictórico Lowbrow con el que, en parte, me siento identificado, es como surrealismo pop.
Has hecho de todo. Retratos, escultura, interpretaciones libres e incluso de clásicos, pero siempre dándoles una visión más actual o introduciendo elementos nada característicos de su época original. ¿Tienes alguna preferencia?
Me gusta mucho el arte clásico y lo conservo como un referente desde siempre. Con la escultura llevo mucho menos tiempo que con la pintura y aun no me expreso con ella como pintando.
Si tuviera que quedarme con una parcela de lo que hago, serían los cuadros simbolistas, las sirenas, la luna, el marinero, los santos descontextualizados… toda esa simbología de la que me valgo para contar una historia visual, para expresar una emoción o un sentimiento abstracto.
Son los cuadros que más suelen conectar con la gente, porque nacen de la psique, del inconsciente colectivo. Para mí es la obra más poética, más curativa, la razón por la que pinto, lo que me hace darme cuenta que la imagen tiene poder y puede ayudarme a mí y a las personas sensibles que conecten con la obra.
«Repinté mis personajes para una empresa de helados ecológicos de Canadá»
Y en los encargos, ¿suelen darte libertad en la obra?
Tengo la suerte de que a la gente le gusta el estilo y la temática que represento y, cuando me piden algún encargo, siempre me dan libertad creativa. También es verdad que soy afortunado de tener una clientela de diez.
Acabo de repintar tres cuadros que ya estaban vendidos, igual que también me han pedido repetir personajes; por ejemplo, contactaron conmigo para la nueva imagen de una empresa de helados ecológicos de Canadá, y querían que repintara mis personajes para los envoltorios de su producto.
¿Tienes alguna obra que destacarías como tu preferida?
Una de ellas es una sirena que pinté cuando tenía 23 años, en una de esas etapas en las que te replanteas lo que quieres en la vida, y creo que al pintarla ‘me hice mayor’, porque considero que fue el primer cuadro que marcó mi estilo actual.
Existen un par de copias de ella, pero nunca me ha vuelto a salir igual. Esa sirenita ha viajado conmigo siempre, ahora la tengo en mi habitación colgada frente a mi cama.
¿En qué estás trabajando ahora?
Trabajo mucho en taller, diseñando ideas y piezas nuevas, produciendo para poder seguir vendiendo, dedicándole tiempo a encargos, a la venta online… Tengo la suerte de enviar obra a muchos lugares diferentes, dentro de España y fuera (Amsterdam, Alemania, EEUU, Francia…).
Si puedo mantenerme trabajando en lo que me gusta es únicamente gracias a esa gente que se interesa en mi obra.
Has hecho exposiciones en Torrevieja, Alicante, Murcia, Madrid e incluso en el Caribe. ¿podremos ver alguna de ellas próximamente?
La última expo fue el pasado diciembre en el Centro de Cultura Contemporánea de l’Escorxador, en Elche. Pero de momento pienso que estamos viviendo una situación muy delicada por la Covid y que es más prudente aparcar el tema expos hasta que todo mejore.