Entrevista > Rafael García / Presidente de Honor de la Asociación de Colombicultura de Dolores
Dolores acoge estos días el campeonato regional de Palomos Deportivos de la Comunidad Valenciana, una modalidad poco conocida entre el público general, pero con una gran tradición en el municipio. De hecho, Rafael García, presidente de honor de la Asociación de Colombicultura de Dolores, lleva 80 de sus 89 años dedicado a ella.
“Sigo volando palomos con la misma ilusión que al principio. Lo que pasa es que ya no es lo mismo que antes. Hoy en día, en un campeonato así soltamos cien palomos, cuando antes no pasábamos de cincuenta. Eso hace que no veamos lo que se veía antes”.
Con casi 90 años, Rafael García está acompañado de su hijo, José Manuel, que ha heredado esa misma afición y que habla con pasión de un deporte que, aunque vivió épocas mejores, sigue contando con una importante base social que ahora esperan poder ampliar, gracias al interés que pueden despertar estos eventos, con nuevas generaciones.
Rafael García lleva 80 de sus 89 años dedicado a este deporte
Usted se aficionó a la colombicultura con sólo nueve años y está a punto de cumplir los 89. ¿Ya existía una importante tradición hace ocho décadas?
Sí. No sabría decirte cuándo se fundó la Asociación en Dolores, pero sí recuerdo que cuando yo me apunté no había juveniles y por eso tuvo que firmar mi padre para que se me permitiese entrar. En cualquier caso, sí existía ya tradición porque mi padre, mis tíos y el que luego sería mi suegro ya formaban parte de la Asociación por aquel entonces.
¿Cuántos palomistas hay ahora mismo en la sociedad?
Ahora somos poco más de 30 palomistas, pero hubo una época en la que llegamos a ser más de 70 aficionados.
¿Por qué cree que se ha reducido tanto el número de aficionados a la colombicultura?
En realidad, eso es relativo. Por un lado, está el hecho de que hoy en día muchos aficionados van a los campos de vuelo, pero también que hubo una época que nuestra Asociación puso unas cuotas muy elevadas. Yo recuerdo que hace más de 30 años se impuso un precio de 50.000 pesetas para hacerte socio (algo más de 1.720 euros actuales una vez aplicado el índice de la inflación acumulada).
¿Qué llevó a tomar esa decisión?
Esta era, por aquel entonces, la asociación que más fama tenía. Además, coincidió con que tocó la lotería en Dolores y se decidió comprar un local, algo que hizo que todos los socios tuviéramos que aportar para comprar ese patrimonio.
Con esas decisiones, algunos presidentes echaron a perder todo aquello porque provocó que la gente joven no se pudiera unir. Otras sociedades sí han crecido, pero aquí quedamos los de siempre.
«Aunque hay palomos que se venden por mucho dinero, no hace falta gastarse nada para empezar»
Independientemente de las cuotas que se establecen en cada momento, ¿es la colombicultura una afición cara? Se lo pregunto porque hay palomos que se han vendido por auténticos dinerales.
No. El que tiene dinero y se lo quiere gastar en eso, puede gastarse una verdadera fortuna; pero el que no quiere, no tiene porqué gastar dinero porque siempre vas a encontrar a alguien dispuesto a ayudarte. Te digo más, puedes incluso ganar dinero porque nosotros, sin haberlo comprado, hemos llegado a vender un palomo por 12.000 euros.
¿En qué consiste exactamente el tipo de competición que ustedes están desarrollando estos días en Dolores?
Lo que hacemos es soltar unos palomos que deben ir detrás de una hembra. Todos intentarán ir detrás de ella para tratar de emparejarse. Antiguamente soltábamos entre 40 y 50 palomos, pero hoy en día se llegan a soltar unos cien.
La hembra, como van tantos machos detrás de ella, trata de esconderse y el animal que consigue estar más tiempo con ella y no la pierde de vista es el que gana.
«Con la colombicultura los niños van a tener la oportunidad de disfrutar de la naturaleza y del aire libre»
¿Qué les diría a esos padres a los que sus hijos les muestran un interés por este deporte para que les permitan practicarla?
Lo más importante, es que se trata de un deporte que se practica en el exterior, lo que siempre es buenísimo. Y más hoy en día, cuando vemos que los chavales están todo el día metidos en casa con los ordenadores, las consolas, los móviles… Con la colombicultura van a disfrutar de la naturaleza y del aire libre y van a hacer ejercicio, porque van a caminar siguiendo a los palomos.