Resulta llamativo -y, seguramente, curioso-, como gran parte de la ciudadanía se ha ido concienciando con algunos conceptos y neologismos, surgidos en las últimas décadas, hasta el punto de haberlos convertido en las reivindicaciones y exigencias más repetidas en muchas de las encuestas que valoran la percepción de la calidad de vida de una sociedad determinada.
Concienciación actual
Todos aquellos que vivieron el cambio de siglo, del que ya se han cumplido dos décadas, seguro que recuerdan los mensajes ecologistas que comenzaron a sonar con más fuerza a finales de los 70 y principios de los 80, como algo que surgió del movimiento contracultural hippie y poco a poco fue calando en el resto de la sociedad hasta haber llegado al punto de concienciación actual.
Por el camino todos hemos aprendido. Lo que comenzó con mensajes muy sencillos y ‘enemigos’ muy claramente identificados, ha terminado convirtiéndose en el complejísimo problema que hoy en día denominamos emergencia climática, y que va mucho más allá de las emisiones de los coches y las industrias o el excesivo consumo de plásticos, por poner sólo dos ejemplos, con los que durante años se trató de captar la atención de la sociedad.
Consumo sostenible
Por fortuna, la evolución hacia una mayor concienciación social por el ecologismo ha permitido que, la inmensa mayoría de la sociedad, haya comprendido que el actual modelo consumista debe tender hacia el concepto de la sostenibilidad, aunque todavía falta dar el gran y más difícil paso adelante: comprender que, para ello, vamos a tener que renunciar a ciertas comodidades.
Mientras llega ese momento, tanto los individuos como las sociedades que conforman han ido adaptándose a los nuevos tiempos y un claro ejemplo, muy visible también en La Nucía, lo encontramos en la configuración de los espacios urbanos, un ámbito en el que las transformaciones están siendo muchas y profundas.
Ciudades amigables
Pueblos y ciudades más amigables con el peatón y los medios de transporte ecológicos son hoy en día una reivindicación muy extendida, algo que se puede extender a la cada vez mayor importancia que le da la ciudadanía a poder contar con grandes espacios para el ocio.
Pero esos son los ejemplos más llamativos. Hay otras acciones de las que llevamos siendo testigos durante años y quizás hayan pasado más inadvertidas. Una de ellas es la sustitución del antiguo alumbrado público por la nueva tecnología de LED.
Los nuevos puntos lumínicos que se han ido instalando consiguen un ahorro energético de un 75%
Contaminación lumínica
La Nucía arrancó con esa transformación hace ya mucho tiempo, y buena prueba de ello es que en las últimas semanas ha culminado ya la quinta fase del Plan Municipal de Luminarias LED, una actuación concreta que ha afectado a 35 elementos lumínicos y que ha supuesto una inversión de 18.000 euros asumidos íntegramente por la empresa concesionaria del alumbrado público nuciero.
Como ya sucedió en las cuatro fases anteriores, una de las principales motivaciones sobre las que se fundamenta es el ahorro que supone esta nueva tecnología, cifrada en un 75% del consumo eléctrico en cada punto lumínico, algo que se consigue mediante la sustitución de las antiguas luminarias de 150 vatios por las actuales, de sólo 32 vatios con tecnología LED.
Además, estas nuevas farolas ayudan también a luchar contra uno de esos neologismos de los que hablábamos al principio de este reportaje como es el de la contaminación lumínica, ya que proyectan una luz blanca, en vez de la amarilla anterior, lo que no sólo mejora la visibilidad, sino que tiene una menor afección sobre la flora y fauna urbana que comparte espacio con nosotros.
Las últimas unidades instaladas en La Nucía permiten, a través de tecnología GPS, un mejor control de estas
Mejor control
Como quiera que los avances tecnológicos llegan casi a diario, esta quinta fase del Plan Municipal de Luminarias LED ha supuesto la implantación, por vez primera en La Nucía, de un sistema de control de las farolas vía GPS que permite controlar en remoto las luminarias, permitiendo subir y bajar la intensidad y programar los horarios con mayor afluencia de tráfico para que estén al 100% cuando sea necesario.
Las nuevas luminarias reducen la contaminación lumínica a niveles casi nulos y la emisión de CO2 a la atmósfera
Todo ello, posibilita que La Nucía siga avanzando en el camino para ser, cada día, un municipio más sostenible y respetuoso con el medio ambiente ya que, como se ha indicado, estas nuevas luminarias reducen la contaminación lumínica a niveles casi nulos y reduce la emisión de CO2 a la atmósfera.
Ahorro para el municipio
Tal y como explica Bernabé Cano, alcalde de La Nucía, “los nuevos dispositivos lumínicos que se están instalando están de acuerdo con el Reglamento de Eficiencia Energética de Alumbrado Exterior y las Normativas Europeas Medioambientales que exigen que las farolas tengan una contaminación lumínica de 0% de emisiones. A su vez, estas nuevas luminarias suponen un doble ahorro para las arcas municipales en cuanto a facturación eléctrica, ya que al ser tipo led necesitan menos potencia contratada y consumen menos energía”.